Hijos de la mano dura los gatilleros

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 17 años.
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Armados hasta los dientes.
La ola de violencia que se ha disparado de forma alarmante en los primeros dos meses de este año responde a una diversidad de factores sociales, políticos y económicos que se manifiestan en el deterioro general de la sociedad y la pérdida de valores, que incluyen el no respeto por la vida.
Estudiosos del comportamiento humano y conocedores de la nueva modalidad de violencia, sostienen que ya es hora de que los gobiernos tomen el toro por los cuernos y rescaten a estos jóvenes que han hecho de la cultura del crimen su forma de vida. Destacan que hay que ofrecerles oportunidades, educarlos y sacarlos de la pobreza cultural y económica.
“Las razones de fondo son las desigualdades sociales. La situación se debe de atender seriamente. Hay violencia porque hay disponibilidad de las armas. Hay que lidiar con la educación y la prevención”, dijo a PRIMERA HORA la criminóloga Dora Nevares.
Mientras estén disponibles las armas, agregó, lo que antes se resolvía con puños ahora se resuelve con armas.
El negocio de la droga crea una fuente de ingresos para unas poblaciones marginadas, apuntó.
“No es tan sencillo. Tienes que bregar con las generaciones que están subiendo. Esos que están por ahí asesinando a los jóvenes: los gatilleros. Estamos armados hasta los dientes. Es el celular de última hora. Si el punto genera dinero y te dan trabajo pues... es alto el riesgo, pero es una fuente de ingreso para vivir en una sociedad consumista”, subrayó Nevares.
“Los que están matando ahora son los hijos de la política pública de la mano dura. Ésos fueron los jóvenes que se estaban criando en los años 90”, dramatizó.
Viven al día
Los jóvenes que se hunden en el mundo de la droga y la guerra por el control de puntos son gatilleros por contratos y resulta “una gran distinción” para ellos el tumbarle la cabeza al enemigo del bando contrario.
El director del Negociado de Investigaciones Especiales (NIE), el fiscal Luis Ríos, describió los nuevos gatilleros que utilizan las organizaciones como jóvenes entre los 18, 19 y 20 años, que son reclutados y los inician como en una fraternidad.
“Es matar. Es dar un contrato de algún enemigo de la organización para obtener la confianza y el ranking. Ejecutan ese contrato para ganar la confianza”, explicó.
“Nuestros testigos, que fueron gatilleros, informan que ellos viven al día. En un contrato se ganan entre $2,000 y $4,000 y con eso se compran ropa bien cara... una motora. Lo consumen bien rápido, porque van a vivir el día. Saben que no tienen mucho tiempo de vida. Ya se sabe que son gatilleros y los van a buscar a ellos”, reveló Ríos.
“Duermen y en la mañana salen. Compran un Play Station y juegan hasta la madrugada antes de salir a matar. Algunos son usuarios y otros no utilizan drogas”, acotó.
Según Ríos, los gatilleros tienen el tiempo de la vida para acechar y determinar el momento preciso para matar a su objetivo.
El sociólogo y profesor universitario José Luis “Pinchi” Méndez identificó la guerra civil que existe entre la gente joven por el control de los puntos del mercado de la droga como un problema estructural que se hace cada vez más potente y feroz, pero que no es exclusivo de Puerto Rico.
“Creo que a todo esto han contribuido mucho los medios de comunicación y muy particularmente el cine, la televisión y el vídeo”, mantuvo.