Hombre camina desde Morovis al Capitolio por discrimen contra exconvictos
Con un rosario negro colgando del cuello, contó que esta es la duodécima caminata que realiza.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 12 años.
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Llegar hasta el Capitolio caminando desde Morovis le tomó dos días al ciudadano Juan Rolón Rivera. Su búsqueda de un patrono que le ofrezca un empleo a pesar de sus antecedentes penales ha durado más de 10 años, según dijo.
Rolón Rivera, quien cumplió una sentencia de cárcel de ocho años hace más de dos décadas, visitó ayer las oficinas de los presidentes de la Cámara de Representantes, Jaime Perelló, y del Senado, Eduardo Bhatia, para solicitarles que sometan una pieza legislativa que prohíba el discrimen contra los exconvictos por sus antecedentes penales y que permita que después de cierto tiempo se les borre el expediente criminal.
Con un rosario negro colgando del cuello, contó que esta es la duodécima caminata que realiza para llevar su reclamo ante la atención de los legisladores. La primera vez que lo hizo fue en octubre del 2010. "Y lo seguiré haciendo hasta que se tome consciencia de que el adicto no se puede tratar como un animal, sino como una persona que tiene una condición", indicó.
El hombre, de 54 años, que cumplió cárcel por apropiación ilegal y violaciones a la Ley de Armas, dijo que fue recibido por un ayudante del presidente cameral y que, en el Senado, pudo dejar una carta en el despacho presidencial.
"Van 16 años que yo cumplí mi sentencia. Ya no solicito trabajo porque siempre me dicen que no por el certificado. Yo les digo que ya no estoy en nada, pero de todas maneras no me quieren", contó.
Y es que Rolón Rivera contó que estudió trabajo social cuando salió de la cárcel. No fue hasta que intentó sacar la licencia necesaria para ejercer esa profesión, que se topó con la realidad: no podía obtenerla debido a sus antecedentes penales.
Dijo que también intentó conseguir unos permisos para establecer un negocio, y que se los negaron por la misma razón. "Es un discrimen y un crimen contra nosotros", puntualizó al cuestionarles a las autoridades si es real el compromiso que tienen con la rehabilitación de las personas que cumplen cárcel.
"El secretario de Corrección (José Negrón Fernández) dice que el 53% de la población (penal) reincide, pero no dice cuántos de ellos se rehabilitaron y volvieron a caer por esas trabas que encontraron para echar adelante", manifestó.
"Yo recaí (en la adicción) en el proceso debido a todos los obstáculos para salir adelante", agregó el hombre, vestido con gorra, pantalón deportivo largo, tenis y un abrigo de manga larga para protegerse del inclemente sol.
Ahora, recibe ayudas gubernamentales para subsistir y de vez en cuando realiza un "chivito". Hoy, como en todas sus visitas anteriores al Capitolio, Rolón Rivera esperaba un giro del destino que cambiara su suerte.
Mientras tanto, esperaba a la sombra de una palma en una de las áreas verdes frente al Capitolio, donde había ubicado una cruz construida con un palo de madera y un tubo de plástico, con una bandera de Puerto Rico en el tope.