¡Achú!, ¡achú!, ¡achú!

A veces uno se levanta y no deja de estornudar. En cuestión de segundos, la cara se hincha, la nariz se pone roja y comienza el gotereo nasal. Lo normal es pensar que nos cogió un catarro, pero poco después el asunto se resuelve, y volvemos a la normalidad.

Pero, ¿qué provoca estos desagradables episodios? Unos seres casi invisibles e imperceptibles al ojo humano: los gérmenes, bacterias, virus y hongos que, debajo del microscopio, se observan muy llamativos y coloridos. Sin embargo, estos pequeñines no deben ser subestimados pues pueden ser muy, pero muy poderosos.

Según el catedrático asociado del Departamento de Microbiología del Recinto de Ciencias Médicas de la UPR, Benjamín Bolaños, en las condiciones tropicales de Puerto Rico los hongos son los principales responsables de las alergias y problemas respiratorios como el asma. Además, esté pendiente: la temporada más intensa de exposición a los alérgenos es de agosto a noviembre.

“El hongo se desarrolla debido a la humedad que existe en Puerto Rico. Crece por la combinación de humedad alta y materia orgánica como el polvo, libros, tela, cuero, cartón comprimido. Esas materias orgánicas le permiten al hongo crecer, por eso es tan común en el baño que se formen manchas negras en las losetas y cortinas, que se convierten en un problema para limpiar. El baño es un lugar idóneo de crecimiento (de hongos) por la humedad”, explicó Bolaños.

Además de adueñarse de paredes y losetas, estos pequeños invasores se apropian de zapatos y ropa, y hasta de muebles completos. Algunos son más perceptibles que otros porque se dibujan como marcas en paredes y techos, mientras que los que crecen en la ropa y los zapatos se asemejan al polvo.

Más allá del daño estético, los efectos a la salud por respirar las esporas de los hongos son mucho peores.

“Las esporas de esos hongos son invisibles y están por el aire. Son tan pequeñas que llegan hasta los alveolos del pulmón”, dijo el experto.

Ahí es que surgen las alergias, los ataques de asma, los bronquioespasmos e infecciones respiratorias que tanto afectan a los puertorriqueños.

Se estima que en más del 60 por ciento de las viviendas en Puerto Rico existen hongos.

Los virus y bacterias

Otros asesinos ocultos son las bacterias y los virus. Por ejemplo, si uno está preparando un pollo y éste tenía salmonela, nos podríamos contagiar si esta bacteria hace contacto con una herida abierta. Entonces se desarrolla un episodio de diarreas intensas que, posiblemente, ameriten una visita a la sala de emergencia para que le pongan suero y algún medicamento.

Las infecciones bacterianas usualmente requieren de la administración de antibióticos. Debido a la medicación excesiva durante las últimas décadas, las bacterias se han vuelto más resistentes.

Para evitar episodios desagradables, se recomienda que, cada vez que usted visite un hospital, utilice los líquidos y gels antibacterianos que están ubicados en los pasillos.

Los virus, por su parte, suelen ser la causa de los catarros comunes. Para tratarlos no se administran antibióticos, pero quizá la persona requiera medicinas para la congestión nasal y síntomas asociados.

En todo caso, la clave para combatir estos intrusos indeseables es la prevención. Es por ello que, cuando limpie su hogar, lo recomendable es que use cloro, limpiadores antibacterianos y soluciones naturales, se recomienda el vinagre y el limón.