El Hospital Auxilio Muto celebró esta mañana una década desde el hito médico que los hizo único en Puerto Rico: trasplantar hígados.

En presencia de personas que sumaron más años de vida gracias a la gestión médica, galenos y personal de la institución hospitalaria indicó que, durante esa década, suman 369 pacientes que se han beneficiado de la operación.

“Juntos hemos logrado que el programa de trasplante de hígado sea motivo de orgullo para todos los que laboramos en el centro y el Caribe”, comentó el doctor y director quirúrgico del Programa de Trasplante de Hígado Juan Del Río Martín. “Lo más importante al día de hoy es que si yo no estoy no se note. Y eso es lo que es importante, que se pueda crear una estructura insostenible en el tiempo”, agregó.

“Antes el paciente tenía que viajar a los Estados Unidos por un promedio de seis meses a un año para poder trasplantarse; desde hace 10 años el paciente puede recibir un trasplante de hígado en Puerto Rico”, dijo por su parte el doctor Rafael Pastrana, director médico del Programa de Trasplante de Hígado.

En la actividad celebratoria, se resaltó al paciente Johatmar Andino Pizarro, el receptor más joven del trasplante. Por su pequeño tamaño a sus 11 meses, recibió solo una porción del hígado trasplantado, el cual fue compartido con la joven Miryan Rivera. La gestión médica posicionó al hospital como el primer lugar en Puerto Rico donde se ha hecho una partición hepática.

“Fue un evento novedoso, logísticamente un dolor de cabeza”, indicó Del Río Martín mientras el pequeño Johatmar saludaba a los presentes

Además, se hizo mención del primer paciente que recibió el trasplante, Nelson Guzmán, quien tiene 67 años y es padre y abuelo.

El programa, explicó el licenciado y director ejecutivo del hospital Jorge Matta, cuenta con todas las certificaciones y aprobaciones, incluyendo la de la Red Nacional para la Distribución de órganos (UNOS, por sus siglas en inglés).

Se destacó, además, que los pacientes beneficiarios del programa reciben el trasplante a un ritmo de tres a cuatro veces más rápido que en los Estados Unidos, ya que localmente se capturan más hígados de los que se trasplanta. Aquellos órganos que no se utilizan se envían a receptores fuera de la Isla, gestión posible en colaboración de Lifelink de Puerto Rico.

Sin embargo, el director médico y pediatra, José Isado, reconoció que aún hay áreas para mejorar para así acaparar la mayor cantidad de pacientes y ofrecer un mejor servicio. El primer punto que abordó fue las mejorías que se podrían hacer en los servicios dirigidos al equipo médico y el personal “que se desviven por nuestros pacientes”.

“Nos queda mucho por andar todavía”, confesó.

Del mismo modo, señaló que el proceso de evaluación de los pacientes debería optimizarse, para así asegurar que más personas puedan beneficiarse del servicio.

“Donde está el problema, y la administración hemos tomado consciencia, es el bloque de evaluación. Todos esos pacientes tienen que pasar por un proceso de evaluación donde se tiene que hacer de todo, estudios cardiovasculares, estudios renales. Todas estas cosas conllevan un periodo de citas, de esperas y ahí es que tenemos que incidir fuertemente, porque de eso depende de que pasen esos pacientes a la lista de espera, la esperanza de ser trasplantado”, recalcó.

Por su parte, Del Río Martín coincidió que “se podría estar haciendo más”.

“Deberíamos estar haciendo 65 a 80 al año y estamos haciendo entre 35 a 50 casos. Hay margen. Estamos perdiendo referidos”, puntualizó.