Si los hospitales siquiátricos  y el equipo clínico que atiende a los pacientes con enfermedades severas, incluyendo esquizofrénicos, cumplieran con la Ley 408 de Salud Mental, muchos de los actos violentos y homicidios que cometen estos enfermos, no   ocurrirían.

La directora ejecutiva de la Fundación Puertorriqueña para la Salud Mental, Silvia Arias, indicó que la Ley 408,  de Salud Mental de Puerto Rico,   obliga a los hospitales y al equipo clínico que atiende a un paciente psicótico, a recomendar en un tribunal el  tratamiento compulsorio.

Si existe la certeza de  que un paciente no sigue el tratamiento, ni toma sus medicamentos, razón por la cual tiene múltiples recaídas, si los médicos  recomiendan al tribunal y certifican que  esta persona debe seguir tratamiento compulsorio,  el tribunal así lo ordenaría.

“Esto aumenta de forma  dramática  las posibilidades de que ese  paciente, bajo supervisión del tribunal, va a cumplir con su terapia incluyendo tomarse las medicinas”, dijo Arias.

“La tragedia real, es que este mecanismo tan efectivo, que salva vidas, no es de conocimiento general para la mayoría de nuestros hospitales  y nuestros psiquiatras, que son los que tienen que certificar este incumplimiento”, apuntó la psicóloga.

Arias, expresó que el incidente ocurrido con la hija que baleó a su madre y que se encuentra recluida en un hospital siquiátrico, le da la  oportunidad de exhortar a  que haya mayor adiestramiento  de nuestros clínicos en  torno al alcance positivo de la Ley 408.

“Un caso típico es el  de un paciente que ha tenido cuatro hospitalizaciones involuntarias  y cuando el hospital lo da de alta, en lugar de  recomendar al tribunal que expida un tratamiento compulsorio,  bajo el artículo  4.11  de la Ley de Salud Mental,   lo dan de alta y lo devuelven a su casa, a  sabiendas de que ese paciente,  la probabilidad es que no va a seguir el tratamiento. Así, hasta la próxima crisis”, dramatizó.

Arias señaló que en vez de hospitalizar al paciente  cinco veces corridas, de forma involuntaria, el hospital debe decir: “Mire juez, él necesita vivir en un hogar terapéutico, o  recibir tratamiento ambulatorio, necesita tratamiento con medicamentos y ver al psiquiatra, al sicólogo y a un trabajador  social, en un  enfoque multidisciplinario”.

“Si los hospitales hicieran esa recomendación, entonces tendríamos la posibilidad de que  esa persona continúe tratamiento, porque lo va a supervisar el  tribunal. Cada 90 días o antes, de ser necesario, los médicos que tratan al paciente (el equipo), tienen que proveer al  tribunal un informe de progreso, si está cumpliendo o no está cumpliendo y qué se ha logrado”, acotó.

“Si la persona no va a la cita o deja de tomar medicina, los médicos  y la familia del paciente (aquí la responsabilidad recae sobre el  equipo que atiende al  paciente) informa sobre el incumplimiento, porque tal acción constituye un desacato, entonces el paciente tiene que volver a enfrentar al tribunal, donde se van a disponer medidas más severas. Las que sean  necesarias”, señaló.

¿Los médicos tienen la voluntad de hacer eso?

"Bueno, muchas veces es que no lo saben. He visto casos de pacientes, violentos, con una  hostilidad tremenda, donde además ha habido uso de sustancias y los he visto transformarse (con la ayuda del tribunal). Al cabo del tiempo, los he visto recuperarse. Me dicen: 'Estoy estudiando, trabajando de nuevo, en mi casa, atendiendo a mis hijos'. Esa disposición  cambia y salva vidas", afirmó.

Joven que atacó a su madre

Arias indicó que hay que estar muy atentos a la joven que atacó a su madre, para ver si se le obliga a recibir el tratamiento debido.

“A la muchacha, yo voy a ver si la van a soltar  otra vez a vivir con la misma persona a quien  atacó. Tienen que hacer un plan de egreso. Hay que estar detrás, para que se cumpla. La mayoría de las ocasiones, los procedimientos de nuestras instituciones  hospitalaria es: “Ven a  buscarla, que la van a dar de alta”. Están en violación de la ley”.

La sicóloga comentó que  este incidente  trae a la atención  los actos violentos  que cometen las personas con enfermedades severas,  particularmente la  esquizofrenia.

Pero el factor que incide, según esta, es que  en  casi la  totalidad de los casos, ocurre con pacientes que han abandonado el medicamento y  no hay cumplimiento de las terapias.

“Es esta falta de tratamiento lo que ocasiona estos incidentes de  violencia. Tiene un impacto muy grande en la percepción de las sociedad sobre estos pacientes, porque se tiende a generalizar y aumenta el estigma alrededor de estas personas”, aseveró.

“A pesar de que hay más información y  educación sobre la  enfermedad mental, el estigma, en lugar de reducirse porque hay un mayor conocimiento sobre la  naturaleza de esos diagnósticos, cada vez que ocurren actos violentos, aumenta el estigma”, dramatizó.

Arias aludió a unos estudios  que indican que  entre 1900 a 1950,  el porcentaje de homicidio cometidos por personas con trastornos psicóticos,  se mantuvo de 1.7 por ciento a 3.6 por ciento.

Otros estudios hechos en  los años 77 y 78,  señalaron que   ese porcentaje aumentó a  17 por ciento.

En el  estudio más reciente, realizado  en Indiana, en  el    2008, reveló que    los homicidios   cometidos por personas con esquizofrenia, que no tenían tratamiento, se mantuvieron en 17 por ciento.

La realidad de Puerto Rico, señaló,  es bastante similar y eso pacientes  están en el  hospital forense  o en las cárceles.