Nuevas tecnologías adquiridas por el Instituto de Ciencias Forenses (ICF) permitirán a los especialistas del laboratorio de ADN trabajar con más agilidad y procesar una mayor cantidad de muestras, según anunció este jueves la directora ejecutiva de la institución, la doctora María Conte Miller.

La doctora indicó que los nuevos equipos, adquiridos como parte del plan estratégico de mejoras continuas del ICF, conducen a “la automatización de las labores del laboratorio de ADN”, y permitirán que los especialistas “puedan triplicar la cantidad de muestras procesadas, en comparación con el método manual tradicional”.

Recordó que la evidencia de ADN es particularmente importante en la lucha contra el crimen, pues “vincula casi de manera absoluta” a un sospechoso con la comisión de un delito. Subrayó además que los analistas que trabajan el laboratorio de ADN están “sumamente preparados” y cuentan con un sinnúmero de acreditaciones y requisitos para hacer su labor, pues “si hay algo regulado en las ciencias forenses, es el laboratorio de ADN”.

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Esta nueva tecnología que estrena el ICF se une a otras que ha ido adquiriendo el instituto, como la tecnología CGIC para armas de fuego, que ha triplicado la cantidad de armas de fuego y casquillos que se están procesando en el instituto.
Esta nueva tecnología que estrena el ICF se une a otras que ha ido adquiriendo el instituto, como la tecnología CGIC para armas de fuego, que ha triplicado la cantidad de armas de fuego y casquillos que se están procesando en el instituto. (Xavier Araújo)

Antes de la llegada de estos equipos, comentó Conte Miller, ya el laboratorio había adquirido hace unos años otro llamado EZ1, que había convertido su operación en una “semiautomática”.

Ahora, con la integración de los equipos QIAcube Connect y QIAgility, “hacen que la operación del laboratorio de ADN sea desde el inicio hasta su culminación, totalmente automática”.

Explicó que, además de la inversión para su compra, la puesta en operación de esos equipos requiere de “unos ejercicios de validación, capacitación y de verificar la competencia del personal para usar dicha metodología”. Es decir, no se trata “simplemente de extraer el equipo y enchufarlo”, sino que es “todo un proceso”.

La directora del ICF agregó que la expectativa es que “para la segunda semana de junio” ya estén usando todos los equipos “en su capacidad máxima”, con todos los analistas “ya aptos para usar el equipo”.

Clave en casos de agresión sexual

Mireya Hernández Arroyo, supervisora del laboratorio de ADN y quien estuvo a cargo de validar la tecnología, explicó que, en el caso del QIAcube, ayudará en particular para el procesamiento de muestras en casos de agresión sexual, en la extracción del ADN.

“Vamos a tener otro método adicional de asistencia en casos de agresión sexual, donde nosotros podemos separar las células que pueden venir de la víctima de las células de un perpetrador, cuando hay eyaculación”, indicó Hernández Arroyo.

Describió que “antes el analista tenía que hacer múltiples lavadas, en múltiples tubos” y luego “pasar por un proceso de purificación”. Además, en ocasiones tenía que estar atendiendo múltiples muestras a la vez.

 La Dra. María Conte Miller aprovechó para destacar que, para poder aprovechar las ventajas que brindan esos equipos, el ICF requiere del financiamiento adecuado.
La Dra. María Conte Miller aprovechó para destacar que, para poder aprovechar las ventajas que brindan esos equipos, el ICF requiere del financiamiento adecuado. (Xavier Araújo)

Todo eso cambia ahora con el QIAcube, equipo que posee su propia centrífuga, restando así la necesidad de que el analista tenga que moverse entre varias estaciones. “Nos va a ayudar a hacer esas lavadas, para nosotros poder tener una separación de la fracción masculina, o las células espermáticas, que son células más resistentes, de las células de la víctima, que vienen de su piel”. En otras palabras, la máquina va a permitir separar “por procesos mecánicos esas dos células”, y después “lavamos esos espermatozoides, y esta máquina nos va a ayudar a hacer la limpieza de esos espermatozoides de una forma automatizada, y permitir que el analista pueda estar más disponible al manejo de más muestras o la interpretación y emisión de resultados”.

El procesamiento manual de las muestras toma de 18 a 24 horas, pero con el QIAcube ese tiempo de procesamiento se reduce a apenas dos horas y media, según indicó la doctora Jenny Acevedo González, directora científica del laboratorio de ADN.

Además, antes tenían que usar más reactivos para el procesamiento de esas muestras de manera manual, mientras que ahora se hace de forma controlada por ese brazo mecánico, de manera más precisa, eficiente y costoefectiva, además de que permite impactar más casos al mismo tiempo y “ayudar a más familias y procesos legales a cerrar esos procesos”.

El QIAgility, en cambio, sirve para el procesamiento de muestras “en todos los casos, no solamente de agresión sexual, sino también homicidios, agresiones agravadas, hit and runs’’, escalamientos”, o en otras palabras, “tipo de delitos donde pueda haber una muestra biológica que ayude a esclarecer ese delito”, según explicó Hernández Arroyo.

En particular, asiste a los analistas en la preparación de mezclas de reacciones y la distribución ágil y precisa de las muestras en los platos de análisis, tanto para su cuantificación como para su amplificación.

QIAgility es además una “mesa de trabajo que la podemos adaptar a cualquier química que el laboratorio quiera implementar”, es decir, que, contrario a situaciones que se daban en el pasado, cuanto ante la ausencia de algún reactivo de podía incluso detener la operación del laboratorio, con este nuevo equipo “nos va a permitir que podemos trabajar con una variedad de reactivos”. De manera similar, de surgir una nueva tecnología más moderna, también se puede adaptar a ella.

QIAgility tiene capacidad para procesar hasta 96 muestras en un ciclo. En comparación con el proceso manual, que puede tomar entre una hora y media a tres horas, el procesamiento automatizado con este equipo toma apenas 45 minutos.

Ambos equipos son “cápsulas cerradas” que, sumado a los controles de calidad del laboratorio, “es cero la probabilidad de que se pueda cometer algún tipo de error o de contaminación”. Además, ambos cuentan también con un sistema de luz ultravioleta para asegurar su limpieza y descontaminación.

Otro “avance” de esta automatización es que va a permitir “poder procesar muestras de bancos de datos”, es decir ir al banco de datos de ADN, “esa herramienta que ayuda al esclarecimiento de casos donde no tenemos un testigo que nos pueda decir cómo pasaron las cosas”.

“Si tenemos un delito que ocurrió, digamos como un asesino en serie, y tenemos un perfil genético en más de un asesinato y no tenemos una persona que pueda decir quién fue la persona que cometió el asesinato, el banco de datos puede darnos un acierto, y nosotros le decimos a la Policía, es altamente probable que fulano sea el donante del perfil genético en esa evidencia”, comentó Hernández Arroyo.

A modo de comparación, es como ocurre con las armas de fuego, que hay una base de datos de los casquillos, y si los casquillos de una escena dan un acierto, “pues el policía tiene una herramienta de investigación”, solo que en este caso sería “con un perfil genético”.

Esta nueva tecnología que estrena el ICF se une a otras que ha ido adquiriendo el instituto, como la tecnología CGIC para armas de fuego, que ha triplicado la cantidad de armas de fuego y casquillos que se están procesando en el instituto.

El laboratorio de ADN del ICF cuenta con 14 analistas de ADN, 6 técnicos de ADN y tres gerenciales a cargo.

La doctora Conte Miller, sin embargo, aprovechó para destacar que, para poder aprovechar las ventajas que brindan esos equipos, el ICF requiere del financiamiento adecuado.

“Aprovecho para exhortar a las autoridades que corresponde de proveer un financiamiento continuo al Instituto de Ciencias Forenses para poder mantener este nivel de operación, porque si no es así, no se puede mantener este nivel”, afirmó.

“Esto no es magia. Si no hay un financiamiento adecuado, estos equipos son sumamente sensitivos, costosos, y requieren de mantenimiento preventivo. Yo estoy solicitando, para mantener este tipo de nivel de ejecución en el Instituto, al menos este tipo de nivel de ejecución, $4 millones adicionales, y si no los tengo, pues simplemente esto se cae”, agregó.