Impera el discrimen hacia los adultos mayores en la Isla
AARP lanza campaña para romper ese esquema y revela los resultados de estudio en Puerto Rico.

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Pese a que Puerto Rico está habitado por una comunidad envejecida, los adultos mayores piensan que “la sociedad en general está dirigida con una perspectiva de juventud”.
En general, este ambiente promueve que “el discrimen cultural y en el ambiente laboral (hacia los adultos mayores) sean percibidos como predominantes en nuestra sociedad”.
Más allá, ha ocasionado que “la gente que ha experimentado el discrimen por edad esté más propensa a internalizarlo y, por lo tanto, tener una visión negativa del envejecimiento”, según concluye un estudio revelado por la organización AARP Puerto Rico ante la conmemoración en este mayo del Mes de los Adultos Mayores.
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De hecho, el estudio apunta a que el 21% de los 719 entrevistadas señalaron que envejecer es deprimente. Además, un 66% de los adultos mayores siente estar más propensos a tener experiencias negativas relacionadas a la edad, como pudiese ser que lo estafen.
En la actualidad, Puerto Rico ocupa la cuarta posición en envejecimiento a nivel mundial, donde cerca del 40% de la población es mayor de 50 años y los mayores de 60 ya superan el 30%.
El índice de envejecimiento es de 198. Esto representa que hay 198 personas mayores de 65 años por cada 100 de 15 años o menos.
El estudio, en el que se entrevistaron a personas mayores de 45 años, apunta a que la edad donde los boricuas comienzan a sentirse discriminados en el ambiente laboral es entre los 40 y los 50 años, con un 43%. Pero, principalmente, se alude que el discrimen predomina en los 50, con un 35%, y a los 60, con un 45%.
Mientras, el sentimiento captado entre los encuestados apunta a que, en el ámbito de los servicios, están más propensos a ser tratados diferente por su edad en la industria de la tecnología, con un 42%; seguido por la banca, la prestación de servicios de salud y los deportes, con 36% cada una.
Sin cambiar la mentalidad
“El discrimen por edad (edadismo) es un obstáculo para la visión innovadora que necesita Puerto Rico para responder a las necesidades y oportunidades de desarrollo social y económico que presenta su realidad poblacional a nivel del gobierno, en el sector privado y en las comunidades”, afirmó a Primera Hora el director estatal de AARP, José R. Acarón, al demarcar el problema.
Según el experto, Puerto Rico se atascó en la idea de que es perjudicial envejecer desde la revolución industrial.
“La gente hacía trabajos forzosos de fábricas, etcétera, pues tienen que retirase temprano y la expectativa de vida era mucho menor. Pero, ahora el mundo cambió, el ambiente cambió”, comentó Acarón.
Sin embargo, nunca llegó el cambio de mentalidad para integrar a los adultos mayores a los procesos sociales y económicos.
Acarón aludió a que se ha promovido el mensaje de que “la gente mayor vuelve a ser niño” y no es funcional.
Al retomar los números de la encuesta, le dio validez a sus expresiones. Comentó que “el 62% en esa encuesta dice que la gente quiere tomar decisiones por mí y el 66% dice que me quieren estafar. ¿Por qué? Porque nos creen incapaces. Ahí es que tenemos que romper este mito de que la gente mayor es incapaz”.
Otro aspecto que Acarón destacó es que “seguimos pensando que (los adultos mayores) son un grupo homogéneo, enfermo, que no contribuye y que es frágil”. Expuso que estos tipos de prejuicio son los que se emanan en la población y ocasiona la discriminación señalada por este sector. Destacó que, en ocasiones, este tipo de pensamientos lleva a que los adultos mayores sufran de maltrato.
Edadismo más joven
Pero, en vez de progresar como comunidad, el problema que se presenta es que cada vez se amplía la edad en que se comienza a sentir el discrimen por envejecer. Acarón destacó que ya este sentimiento se empieza a registrar en el ámbito laboral a los 40 años, cuando “todavía es gente productiva y joven”.
“Oye, y que el 83% de la población diga que yo he sentido discrimen laboral por edad... Yo sabía que eso era alto, pero jamás tan alto. Sé que son los comentarios. Comentarios como: ‘¿Cuándo te vas a retirar? Es hora de irte’”, aludió.
Indicó que esta cultura de remover a adultos mayores para colocar empleados más jóvenes las promueven, principalmente, los altos ejecutivos de las empresas.
“Eso hay que romperlo”, urgió. “Tenemos que reconocer una realidad, que hay una gente que tiene una necesidad de apoyo, que tiene esta fragilidad, pero no son la mayoría. Hay muchísima gente que tiene la energía, la experiencia para seguir contribuyendo al país, pero se le echa a un lado”.
Explicó que el cambio que necesita del país para mejorar la visión del adulto mayor pudiese surgir del gobierno, pero que en realidad tiene que involucrar a toda la sociedad.
“Envejecer es lo mismo que vivir y se vive a todas las edades. Y el envejecer puede ser aspiracional, exitoso”, expuso el director de AARP.
Para lograrlo, dijo que se deben promover oportunidades y puestos laborales, mejorar la prestación de servicios y reconocer sus aportaciones.
“Tenemos una miopía, ceguera aguda de la realidad del país, que es una tercera parte de gente mayor que todavía puede producir, puede contribuir al país, y los echamos a un lado. Estamos desperdiciando talento y experiencia jugando dominó”, sentenció.
“Yo decido”
Para cambiar este panorama y con motivo del Mes de los Adultos Mayores, AARP comenzó una campaña mediática bajo el lema “Yo decido”.
La misión de esta campaña es realizar “un contundente llamado a respetar las decisiones de los adultos mayores y desenmascarar las manifestaciones de edadismo, que cuestionan la capacidad y las decisiones de los mayores por un discrimen que se sigue normalizando”, informó Acarón.
Destacó que tener el poder de decidir va desde si deseo o no salir a dar un paseo, cuándo dejaré de trabajar o en qué se gastaré el dinero.