Imperioso para culebrenses salir hacia la Isla Grande
Tras el paso del huracán María no paraba la peregrinación de personas al aeropuerto Benjamín Rivera Noriega en busca de alguna comunicación fuera de la isla.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 8 años.
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Hoy, viernes en la mañana, a más de 48 horas del paso del huracán María no paraba la peregrinación de personas al aeropuerto Benjamín Rivera Noriega en busca de alguna comunicación fuera de la burbuja en la que se ha convertido esta isla.
Para algunos era imperioso salir a como dé lugar hacia la Isla Grande. Ese era el caso de Yamaris, quien necesitaba sacar a sus dos hijos. Tras muchos esfuerzos y varias rondas entre el aeropuerto y Punta Soldado uno de los únicos tres lugares en los que hay señal de celular, finalmente logró comunicación y un vuelo de Air Flamenco llegó a recoger a sus vástagos.
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La mujer le prometió al piloto pagarle más adelante, pero eso no era opción para el individuo quien desde la pista le contestó: “esto va por mí”.
Yamaris los observó elevarse en la aeronave y soltó un suspiro.
“Ahora estoy tranquila”, indicó la mujer llevándose la mano al pecho y se fue sin abundar más.
A pesar de estar bastante expuesto a los vientos y que los barrios a su alrededor sufrieron daños, las instalaciones del aeropuerto no padecieron ningún rasguño.
Además, las luces de la pista estaban funcionando, al igual que la planta que las mantiene encendidas en caso de que se queden sin electricidad.
No obstante, los vuelos no fluían como de costumbre. Los puestos de las distintas aerolíneas estaban vacíos con excepción de Vieques Air Links cuyos empleados se reportaron a trabajar a pesar de no tener sistema poder hacer reservaciones.
Fuera del ir y venir de algunos, en ocasiones, el lugar se tornaba desolado. Apenas dos gallinas rondaban la pista a su antojo.
Por su parte, Rudy Rossy dueño de la hospedería Villa Bohéme, también llegó dispuesto a hacer algún arreglo con tal de lograr llegar hoy a la Isla Grande. Sin embargo, su propósito era asegurar su casa en Dorado, buscar algunas pertenencias y sacar a su esposa y sus hijos para regresarlos a Culebra.
“Aquí tenemos agua, ya tenemos luz; el plato de Dish sirve; acá van a estar mucho mejor por las próximas semanas”, expresó.
Otras personas llegaron dos o tres ocasiones a lo largo del día para saber si había cambiado algo y había vuelos disponibles. Por la tarde algunos de los que llegaban al lugar ni siquiera se bajaron de sus autos para preguntar. La respuesta para todos era la misma: el lunes. A menos que se hagan vuelos charters pero con la difícil comunicación solo unos pocos lo lograrían. Una mujer que llegó al lugar dijo que un piloto le quiso cobrar $1,000 por hacer la ruta aérea.
Los viajes a las demás islas vecinas también estaban cancelados hasta nuevo aviso.