Había de arroz y habichuelas, de aguacate y hasta de bacalao… pero el cierre imprevisto de la histórica Heladería Lares ha dejado un sabor amargo en el paladar de muchos.

La heladería, establecida en el 1968 y ubicada en el espacio comercial número 10, de la calle Vilella, en pleno casco urbano, cerró sus puertas el pasado 23 de febrero tras el repentino deceso de su dueño Salvador “Yinyo” Barreto, a sus 91 años.

Desde entonces, cientos de curiosos han llegado hasta Lares únicamente para toparse con la desagradable sorpresa de encontrar el local cerrado y ninguna pista que apunte a la deseada reapertura.

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“Aquí la semana pasada vino un grupo grandísimo desde Utah y encontraron la heladería cerrada. Esto es uno de los atractivos turísticos más importantes de nuestro pueblo. Todo el que viene aquí o a algún pueblo cercano, terminaba probando su heladito de Lares”, manifestó Carlos Ortiz García.

“Eso era más que una heladería, era un museo, un patrimonio histórico de Lares”, agregó.

En su interior, la heladería exhibe un sinnúmero de fotografías y recortes de periódicos que narran la historia de este establecimiento y que cuentan de las visitas realizadas por decenas de prominentes figuras políticas y de la clase artística, como el expresidente de los Estados Unidos Bill Clinton, y la actriz y exreina de belleza Denise Quiñones, entre otros.

Indudablemente, uno de los grandes atractivos de la heladería era su inusual oferta de sabores -que en un momento sobrepasó los 500- y que incluían recetas de calabaza, pana, habichuelas, café y ajo, y hasta combinaciones como las de arroz con gandules, ron con pasas, y maní con almendras.

Pero el favorito de muchos era el famoso helado de maíz.

“Ellos te servían el mantecado de cualquier sabor que te pudieras imaginar. Le podías pedir de bacalao, de sancocho… de lo que sea. Había de todos los sabores pero el favorito mío era el de maíz”, dijo Ángel López Santiago, un reconocido verdulero de Lares.

“Aquí se hacía hasta doble fila, de tantas personas que venían a comprar”, recordó, al destacar que, más que los extraños sabores, el bueno trato que recibían los clientes distinguía a la heladería.

“Don Yinyo era tremenda persona y él siempre se encargó de contratar personas que fueran amables, que dieran un buen servicio”, indicó.

Se afecta la economía

De otro lado, Iris Rodríguez Alicea, lamentó el cierre del legendario local y señaló que como consecuencia las ventas en su propio negocio han disminuido.

“Las ventas se han afectado muchísimo. Los pocos turistas que están llegando, al ver que la heladería está cerrada, rápido se van y no consumen en ningún otro lugar del pueblo”, indicó Rodríguez Alicea, propietaria de Del Campo Café.

Asimismo, José Soto Colón, director del Departamento de Cultura y Turismo del Municipio, y portavoz del alcalde Roberto Pagán Centeno, indicó que ya muchos comerciantes se le han acercado inquiriendo sobre el futuro del comercio establecido alrededor de la Plaza de la Revolución.

“Ya los comerciantes nos han hecho saber su sentir sobre el impacto negativo que ha traído el cierre de la heladería. Esto es un fuerte impacto económico para nuestro Municipio”, señaló.

Soto Colón dijo que desconoce cuáles son los planes de la familia Barreto para con la heladería, pero aseguró que hará los acercamientos para saber de qué manera el Municipio puede aportar a la posible reapertura del lugar.

“La única razón que ellos han dado fue la muerte de don Yinyo. Nosotros le estamos dando el espacio para que puedan lidiar con ese proceso de luto pero luego haremos las gestiones para ver de qué manera podemos ayudarlos”, dijo, a la vez que señaló que no descartan entrar en conversaciones con la familia para adquirir el negocio.

“Haremos todo lo que esté a nuestro alcance, ya sea mediante ayuda o una posible adquisición, para que la heladería vuelva a funcionar”, apuntó.