Rogelio Adorno Dávila deambuló por las calles y las cárceles de esta Isla durante más de dos décadas. Carcomido por las drogas y rechazado por su familia, jamás pensó que otra vida era posible.

Hasta que sucedió algo inesperado.

“Alguien creyó en mí”, exclamó el hombre de 47 años. “Cuando mi familia solo me recordaba el pasado y me decía que iba a morir adicto como mi papá, aquí confiaron en mí, en que yo podía salir adelante”, agregó Rogelio.

Esa confianza que el equipo de Drug Court depositó en el hombre, que ahora reside en el albergue El Paraíso en Santurce, rindió frutos. Rogelio no usa drogas y se encuentra listo para iniciar una nueva vida y acoger otros retos.

No está solo. Mario de Jesús, Ángel Ramos, Ángel Bristol, José Luis Rivera, Rubén Isaac Ocasio, Bryan Martínez, Tomás Benítez, Christian Díaz y Felipe González también se graduaron esteste martes en la tarde del programa Drug Court de la Rama Judicial, una iniciativa de rehabilitación para las personas acusadas de delitos relacionados al uso y al abuso de las sustancias controladas.

Con un enfoque salubrista, este programa ofrece oportunidades de tratamiento, apoyo sicosocial y recursos de educación a los hombres y mujeres que aceptan el reto de encaminar sus vidas libre de las drogas.

Actualmente, el programa tiene 1,300 participantes a nivel Isla y solo un 10% de sus participantes reincide, según Amneris Sánchez, coordinadora el programa en San Juan.

Pero además de los servicios de tratamiento y de educación, los jueces, abogados y oficiales sociopenales que participan del programa se convierten en una familia extendida o en la única familia de muchos participantes, como ocurrió con Rogelio.

“Esto es una familia”, afirmó Rogelio poco después de recibir una medalla y un diploma de parte de los jueces Wanda Cruz Ayala y Harry Massanet Pastrana.

Con entusiasmo relató que ahora que su expediente en la Policía y el Tribunal está limpio, quiere empezar a buscar trabajo fijo, quizás con el Municipio de San Juan.

Como parte de los objetivos del programa, los jueces Pastrana Massanet y Cruz Ayala archivaron los cargos que pesaban en contra de los diez graduados y sellaron sus expedientes para que nadie tenga acceso a dicha información. También ordenaron que la Policía les devuelva las fotos y las huellas digatales que les tomó al momento de su detención.

Para Rubén Isaac Ortiz la graduación constituye el comienzo de una nueva vida que contempla un programa de televisión y establecer una fundación para ayudar a los jóvenes con malas notas o que no cuentan con las herramientas para abrirse paso en el mundo.

Actualmente el hombre, de 26 años, se desempeña como chef de ensaladas en un reconocido restaurante del Viejo San Juan, así que la propuesta para el programa de televisión está vinculada al mundo culinario.

“La fundación se va a llamar HOPE o Helping Other People and Environment”, explicó a este medio Rubén.

La filosofía detrás de su idea es sencilla: los muchachos con buenas notas reciben toda la ayuda y están encarrillados, pero los que tienen malas notas son los marginados por el sistema y son los que necesitan ayuda urgente.

“Yo quiero ofrecerle ayuda a ese muchacho que no tiene un libro o que necesita apoyo a través de turorías. Recuerda el conocimiento es poder”, indicó tras culminar la actividad de graduación en la sala 1106 del Tribunal de San Juan.

Durante la audiencia, los destacados atletas Jaime Espinal y Janthony Ortiz, quienes participaron en las Olímpiadas en Londres, ofrecieron palabras de aliento a los graduados.

“Ustedes tienen que creerse que son importantes, que la sociedad los necesita”, afirmó Espinal en un breve mensaje.

“Nunca se rindan”, afirmó Ortiz.

En la ceremonia, también participaron el representante Jaime Perelló, la jueza administradora del Tribunal de San Juan, Isabel Llompart Zeno, los abogados María Soledad Miranda y Gabriel Hernández, entre otros.