Hace diez años, en una noche de invierno, un bebé congelado apareció frente a la puerta de una clínica en Alemania. Su madre lo había abandonado.

Desde ese momento, expertos comenzaron a formular un sistema para evitar los casos de abandonos incontrolados, y hoy día han puesto en marcha un método, que hasta el momento, ha funcionado a la perfección. Se trata de los “babywiege” o buzones para dejar bebés abandonados.

Según publicó El Mundo, una vez las personas colocan un infante, estas cunas inteligentes automáticamente encienden un sistema de calefacción y activan una alerta en diferentes hospitales de la región, donde médicos y enfermeros acuden rápidamente a recoger al bebé, y proceden a realizar los exámenes médicos correspondientes.

"No hay preguntas, no hay documentación. Está indicado solamente para casos extremos”, comentó en entrevista con el diario Silvia Wendt, asistente social especializada en bebés no deseados.

"Algunas de ellas no desean abortar, pero temen las consecuencias de que el embarazo y posterior proceso de adopción llegue a conocimiento de sus familiares, y encuentran en estos buzones una tercera vía que evita abortos y dolorosas consecuencias psicológicas", explicó Wendt, que calcula que los buzones reciben en Berlín unos dos bebés al año.

"El buzón les da la oportunidad de vivir", insistió.

En Europa, existen cerca de 200 buzones de este tipo.

Alemania es uno de los países europeos con menor tasa de abortos. A la mujer se le permite decidir libremente durante las primeras 12 semanas de gestación, y establecen una serie de supuestos excepcionales para las semanas posteriores.