Jugar a los piratas para descubrir tesoros que salven la crisis fiscal por la que atraviesa el país es una idea “irreal” y “descabellada”, sobre todo considerando que el posible valor de las piezas recuperadas son “museables” y no monetarias.

Al menos eso considera el arqueólogo Miguel Rodríguez en referencia al proyecto radicado por las senadoras novoprogresistas Evelyn Vázquez y Lucy Arce, el cual sugiere otorgarle hasta un 50% del valor de lo que se recupere de los tesoros a quien lo encuentre y lo rescate, y el resto para el Gobierno. El argumento de las legisladoras fue más allá al hacer alusión a un galeón inglés que descubrió en Isabela, en 1991, el buzo Efraín Acevedo, quien asegura que el yacimiento guarda un gran tesoro con lingotes y monedas de oro cuyo valor se estima entre $1,000 y $2,000 millones.

Acevedo insistió en que si se aprueba la medida, en la que saldría beneficiado económicamente, la extracción de las supuestas riquezas podría tomar “sólo de seis a siete meses”. Además, dijo contar con $4.7 millones para la operación.

Precisamente, son los detalles de toda esta teoría los que hacen del plan una “locura”, según Rodríguez.

“Para empezar, cualquier proyecto científico y de excavación subacuática de este tipo es reglamentado por ley y requiere tiempo de investigación, no meses, como se ha sugerido”, dijo el también rector del Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe (CEAPRC).

Destacó, además, que muchas veces la inversión económica que se hace no se recupera, pues el valor de las piezas son “museables” y no económicas, “como se ha proyectado”.

“Escuché que se habla de ganar millones de dólares (ríe). Eso es irreal y está fuera de proporción. Es poco probable que en Puerto Rico se encuentren tesoros con un valor monetario de esa índole. Además, lo que se descubra debe conservarse como patrimonio cultural”, insistió.

Su razonamiento responde a datos históricos que revelan que eran muy pocos los galeones con tesoros que pasaban por la Isla. En su lugar, los navíos eran comerciales.

“Nuestra Isla era una ruta marginal para galeones comerciales. Por lo general, los que cargaban riquezas tenían una ruta principal entre Veracruz (México), La Habana (Cuba) y de ahí seguían hacia Europa. No venían para nada a Puerto Rico”, dijo el experto, al destacar que de realizarse algún hallazgo en las aguas circundantes a la Isla podrían encontrarse piezas que podrían exhibirse en algún museo.

Criticó también el hecho de que se vislumbre como capitán de la operación a un buzo, en este caso Acevedo, pues “este tipo de descubrimiento tiene que ser confirmado por arqueólogos certificados y con experiencia”. Así lo dicta la Ley de Protección, Conservación y Estudio de los Sitios y Recursos Arqueológicos.

Por su parte, la arqueóloga Diana López Sotomayor, aseguró a Primera Hora que Acevedo fue orientado hace años sobre esta ley y se le instó a que “no sacara piezas” del mar porque estaría violando el reglamento y pondría en riesgo la conservación de las mismas.

“Si (Acevedo) estuviera obrando de buena fe hubiera buscado un arqueólogo hace 20 años”, dijo la también profesora de la UPR.

Ni el buzo ni las senadoras respondieron ayer llamadas de Primera Hora.