Jaime Salas: el médico flaquito de los gorditos
Jaime Salas Rushford atiende a muchos políticos, pero no se visualiza en una papeleta electoral.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 12 años.
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El cuatrieno pasado Jaime Salas Rushford revolucionó El Capitolio cuando senadores y representantes –azules y coloraos– les declararon la guerra a las barrigas.
Algunos se llegaron a poner flaquitos, pero en Navidad sucumbieron al lechón, los pasteles y el tembleque. Los senadores Carmelo Ríos y Antonio Fas Alzamora y el representante Ángel “Gary” Rodríguez, que encabezan la lista de pacientes, echaron unas libritas y están otra vez en el plan de rejuvenecimiento del doctor Salas.
Otro que se sumó al esfuerzo es el alcalde de Aguadilla, Carlos Méndez. Tampoco se ha rajado la ex alcaldesa de Cabo Rojo, Perza Rodríguez, mientras que el representante José “Nuno” López está “castigado”, pues no ha seguido las técnicas del médico.
“Los legisladores son buenos pacientes, son bien diferentes a como son en la Legislatura”, dice en tono jocoso el doctor Salas. Pero el galeno no solo atiende políticos. A su despacho también acuden artistas, deportistas y otras personalidades. “Lo que he tratado es de crear conciencia de que un estilo de vida saludable es la mejor medicina”, sostiene.
Una viejita de 104 años es la senior de sus pacientes. “Es una persona admirable. Tiene una dieta impecable”, dice. También trabaja con la nutrición de una atleta de 15 años que se prepara para competir.
La más excéntrica es una pareja de americanos que no tiene dirección fija, ya que vive en un bote. “Llegan en un carro alquilado a la oficina y nos comunicamos por Skype o por correo electrónico”, cuenta.
Salas no tiene pinta de médico. Tiene lo que llaman un baby face. En el despacho, no lleva la bata blanca y los pacientes lo llaman por su nombre de pila.
Una tarde brillante, Primera Hora entrevistó al internista –que ha ganado fama con su método de medicina integrativa y de rejuvenecimiento–, en una de las calles marginales de la Laguna San José mientras se preparaba para jogear.
“Trato de correr entre ocho a 10 millas diarias. Llega un momento en que uno hace un poquito más o un poquito menos, pero lo ideal es ver la gente. Somos un grupito. Ninguno conoce el nombre del otro, pero lo cierto es que somos una familia sin apellido entre todos los que corremos. La gente en bicicleta se une”, sostiene.
El galeno corre cuando el tiempo le da. Lo mismo puede ser a las 5:30 de la madrugada que a las 11:00 de la noche.
¿Además de hacer ejercicio, qué recomienda?
Mi práctica es una práctica preventiva para mantener salud. Siempre he dicho que la salud es un estilo de vida.
¿Qué come usted?
Soy lo que llaman un vegan, pero como mi huevo y queso de vez en cuando. Dejé las carnes un momento atrás y me siento mucho mejor con lo que estoy comiendo ahora.
El internista sostiene que “nunca” ha puesto flaco a nadie. “Lo mío es cardio, composición adecuada y que el porciento de grasa baje, y en el caso de los políticos que obtengan un cuerpo para hacer sus campañas, para que le puedan servir al pueblo y que tengan más energía en el día. En ese sentido yo no he visto una diferencia entre la farándula, los atletas, los legisladores y el pueblo que atiendo.
¿Le hacen trampa?
El reto como médico es que el paciente entienda que de lo que se trata es de un estilo de vida, que vea lo bueno y lo malo. Lo lindo es que cuando empiezan a cambiar la manera en que se ven, que respetan su cuerpo, que hacen ejercicio, se sienten mejor y eso no se les olvida.
El doctor Salas atiende a llenitos y no llenitos . “Lo importante es cómo se sienten. Hay gente que llega a la oficina y está más flaca que yo y se sienten cansados. Nos dedicamos a saber cómo está trabajando su cuerpo, qué le falta. Les digo que pueden tener un barbecue en la casa. Lo importante es buscar el balance”, sostiene.
Ni por nada quiso decir su edad. “A un médico de rejuvenecimiento jamás se le pregunta la edad. ¡Qué barbaridad es esa!”, dijo riendo.