Entre los principales testigos que presenció el accidente que sufrió la niña Jednnielys Pérez Rivas, mientras viajaba en un vehículo todoterreno durante unas vacaciones familiares en Aruba, se encontraba su hermanito Ángel, quien al ver gravemente herida a la menor se tiró al piso de rodillas y comenzó a clamar a Dios en voz alta por la salud de la chiquita del hogar.

Desde entonces, Ángel ha sido constante en orar por su hermana y -aún siendo un niño de 10 años- ha sido el soporte en medio de la pesadilla para sus padres Johnny Pérez y Alexandra Rivas.

“Él ha sido un campeón. Estuvo ahí. Vio todo el accidente… (cuando) vio a su hermana (herida) se tiró de rodillas a pedir oración. A pedirle a Dios que, por favor, que no se quería quedar solo, que salvara a su hermana”, dijo entre sollozos la madre de los niños minutos después de haber visto a Jednnielys quien continúa en un coma inducido en la unidad de cuidado intensivo del Hospital Pediátrico Dr. Hugo Mendoza, en el Centro Médico, en Río Piedras.

La pareja agregó que ha sido precisamente el nene quien los alienta a diario con frases como: “mami, papi, tienen que ser fuertes… todo estará bien”.

“Sé que se hace el fuerte, pero sé que necesita mucha ayuda psicológica… él llega a la casa y estar solo debe afectarlo porque comparten el mismo cuarto”, expresó preocupada Alexandra.

Ayer, por primera vez, después del accidente el niño, retornó a su escuela. La mamá lo acompañó. “Por lo menos le despeja un poco la mente”, manifestó al agregar que un terapeuta se puso a la disposición de atender al menor a superar los traumas emocionales de la tragedia familiar.

De otra parte, ayer la familia recibió ofertas de diversas compañías de equipos médicos que están interesados en donar una prótesis para la pierna que perdió la pequeña durante el accidente.

Aunque es muy temprano para realizar el proceso, los progenitores se mostraron agradecidos por la bondad de las empresas con interés de ayudar.

“Su pierna está a nivel de la rodilla y esa área todavía tiene una herida abierta que hay que limpiar y sanar antes de poner una prótesis o coger medidas”, explicó Johnny al agregar que consultarían con los médicos los donativos que se ofrezcan para seleccionar el equipo que mejor se adapte a su condición.

Entre las compañías interesadas en realizar la donación -y que ayer se reunieron con la pareja-se destaca DS Ortho.

Esta empresa, según su página web, es una división de Diabetic Solutions especializada en servicios de prótesis de extremidad superior e inferior, prótesis de seno, órtesis, zapato diabético y equipos ortopédicos pediátricos para personas físicamente impedidas.

En cuanto a la recuperación de la menor explicaron que aún está bajo observación médica luego de ser sometida el sábado a una cirugía para estabilizar la articulación del cuello.

La nena sigue sedada con medicamentos y no han surgido complicaciones, agregó por su parte la directora médico del Hospital Pediátrico, Mirna Quiñones.

La preocupación principal de la familia y los galenos es si hubo o no algún efecto del accidente a nivel de la actividad cerebral de la niña.

“Todavía está en una coma terapéutica para asegurarnos que pueda descansar. A medida que esa sedación, controladamente, se vaya disminuyendo se podría evaluar a nivel de neurología. Eso será determinante para todos nosotros saber si ha afectado alguna estructura cerebral”, sostuvo Quiñones.

De otra parte, los progenitores dijeron no tener detalles de la investigación del accidente. “Ni siquiera nos han dado lo que aquí se conoce como querella”, dijo Johnny.

Mientras, la compañía de cruceros, así como la empresa de alquiler del vehículo todoterreno tampoco han tratado de contactar a la familia.

“El capitán nunca nos dio tan siquiera la cara para decir: ‘no están solos, aquí estamos’. Entiendo que como ser humano sensible debió haber mostrado interés y más tratándose de una niña”, dijo por su parte Alexandra.

Actualmente, los padres de Jednnielys tienen la preocupación de pagar una factura médica emitida por el hospital de Aruba que atendió a la menor. “Me dieron un recibo al salir... tengo los recibos y son $27,000 de la nena y $4,000 de la mamá”, dijo el papá.

Aún así están muy agradecidos por el servicio recibido por la niña en el hospital de Aruba donde la atendieron aún sin tener bagaje especializado en la población pediátrica.

Cualquier ayuda económica será recibida a través de ATH móvil al teléfono (939) 339-2495 o a la cuenta del Banco Popular 059-275-5081.

Los familiares informaron que Sean Whelan, el expolicía estadounidense que rescató a la chiquilla, le brindó primeros auxilios y costeó los gastos para traerla a Puerto Rico, continúa atento a la salud de la pequeña y acude dos veces al día la instalación médica para visitarla.