Joseph Acabá: Viajar al espacio estuvo "brutal"

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 16 años.
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“Brutal”.
Con esa palabra, la cual aprendió ayer aquí en la Isla pronunciar y su significado, le describió el astronauta puertorriqueño Joseph Acabá Herrero, su experiencia de viajar al espacio a cientos de niños y jovencitos que fueron a conocerlo al teatro de la Universidad de Puerto Rico.
“Fue brutal, ¿Así es cómo se dice verdad? La aprendí ayer”, dijo emocionado para arrancar carcajadas entre los presentes que prácticamente durante toda la charla ofrecida por los astronautas no pararon de aplaudir y gritar cada vez que Joseph salía en pantalla o se refería a algún detalle de la Isla.
Cientos de niños llegaron hasta el Teatro de la UPR. La fila para conocer a Acabá y Steve Swanson, uno de sus compañeros de la misión de 13 días que regreso del espacio el pasado 28 de marzo, comenzó desde las 6:30 a.m. El auditorio, con capacidad para 1,500 personas, se llenó en su totalidad.
Los especialistas de la NASA compartieron con los presentes un vídeo que relató paso a paso el viaje a la Estación Espacial Internacional hasta el momento del aterrizaje en el Centro Espacial John F. Kennedy, en Florida.
Los niños y jovencitos tuvieron la oportunidad de hacerle preguntas a los astronautas -aunque el tiempo fue bien limitado- que iban desde cómo se bañaban e iban al baño hasta qué sistema métrico utilizaban en el espacio y qué fue lo más que extrañaron durante la misión que se extendió por dos semanas.
Joseph indicó que lo más que extrañó fue su cama, “porque dormir flotando era un poco incómodo”, y la comida. Pero para su sorpresa, fue recibido en casa por su madre, Elsie, y su abuela, Jovita, con un plato de arroz y habichuelas.
Tanto Joseph como Swanson motivaron a los jóvenes a perseguir sus sueños y nunca darse por vencidos. Éstos recibieron varios reconocimientos por parte de organizaciones educativas, incluyendo la UPR. Uno de los mejores regalos recibidos por Joseph fue un libro de cocina puertorriqueña, lo que provocó que inmediatamente se colocara su mano en la barriga en señal de que se disfrutaría las recetas al máximo.