“Brutal”.

Con esa  palabra,  la cual   aprendió ayer aquí en la Isla pronunciar y su significado, le describió el astronauta puertorriqueño Joseph Acabá Herrero, su experiencia de viajar  al espacio a cientos de  niños y  jovencitos que fueron a conocerlo al teatro de la Universidad de Puerto Rico. 

“Fue brutal, ¿Así es cómo se dice verdad? La aprendí ayer”, dijo emocionado para arrancar  carcajadas entre los presentes que prácticamente durante toda la  charla  ofrecida por los astronautas no  pararon de aplaudir y gritar cada vez que Joseph salía  en pantalla o se refería a algún detalle de la Isla.

 Cientos de niños llegaron hasta el  Teatro de la UPR. La  fila para conocer a Acabá y Steve Swanson, uno de sus  compañeros de  la  misión de 13 días que regreso del espacio el pasado 28 de marzo, comenzó desde las 6:30 a.m.  El auditorio, con capacidad para 1,500 personas, se llenó en su totalidad.

Los  especialistas de la NASA compartieron con los presentes un vídeo que relató paso a paso  el viaje a la Estación Espacial Internacional hasta el momento del  aterrizaje  en el Centro Espacial John F. Kennedy, en Florida.

Los niños y jovencitos  tuvieron la oportunidad de hacerle preguntas a los astronautas -aunque el tiempo fue bien limitado-  que iban desde  cómo se bañaban e iban al baño hasta qué  sistema métrico  utilizaban en el espacio y qué fue lo más que extrañaron durante  la misión que se extendió por dos semanas.

Joseph indicó que  lo más que extrañó fue su cama,  “porque dormir  flotando era un poco incómodo”, y la comida. Pero para su  sorpresa, fue recibido en casa por su madre, Elsie, y su abuela, Jovita, con un plato de arroz y habichuelas. 

Tanto Joseph como Swanson motivaron a los jóvenes a  perseguir sus sueños y nunca darse por vencidos. Éstos recibieron varios reconocimientos por parte de organizaciones educativas, incluyendo la UPR. Uno de los mejores regalos recibidos por Joseph fue un libro de cocina puertorriqueña, lo que provocó que inmediatamente se colocara  su  mano en la barriga en señal  de que  se  disfrutaría las recetas al máximo.