La monoestrellada ondeó hoy, jueves, en la primera graduación de militares de la Fuerza Espacial de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos, la nueva rama del Ejército, pues Kimberly Ayala Sánchez ha hecho historia al convertirse en la única mujer “Guardian” nacida y criada en Puerto Rico.

“Es un privilegio y un honor. Todavía es la hora que no (lo puedo asimilar). Me siento superhonrada”, expresó la joven de 28 años al culminar la ceremonia en la base militar de Lackland, San Antonio, en Texas.

El júbilo era evidente en el timbre de voz de Kimberly, quien es oriunda de Bayamón y quien celebró esta proeza acompañada de su madre, Francis Sánchez; su padre, Ariel Ayala; su mejor amiga y su prima.

Kimberly y su madre, Francis Sánchez, y padre, Ariel Ayala.
Kimberly y su madre, Francis Sánchez, y padre, Ariel Ayala. (Suministrada)

“Vinieron desde Puerto Rico. Sé que están superorgullosos. Tengo mi prima también, que vino desde Dallas. Estoy supercontenta que están aquí conmigo, estoy bien feliz, porque el entrenamiento fue bien difícil. (Fue) La experiencia más difícil que he tenido en mi vida, pero lo pude pasar, gracias a Dios, y tenerlos aquí para mí es otra cosa, porque de verdad que, ‘oh my God’, me hicieron mucha falta”, relató entre risas.

Para Kimberly, todo comenzó con un deseo que germinó en ella de niña cuando vio por primera vez en un aeropuerto los imponentes aviones militares de las Fuerzas Aéreas. Desde entonces siempre tuvo el deseo de adentrarse en el mundo de la aviación y posiblemente unirse a esa rama militar, aunque “por alguna razón”, no lo llegó a materializar.

Por lo contrario, se dedicó a madurar otra de sus “pasiones”, por lo que cursó comunicaciones en el recinto bayamonés de la Universidad Interamericana de Puerto Rico (UIPR). Al graduarse, laboró como asistente de contabilidad en el Centro para una Nueva Economía (CNE), empleo que catalogó como “superimportante para mí” y que representó “un momento de crecimiento profesional” que marcó benéficamente su vida.

Empero, bastó con que su hermano menor, Kevin Ayala Sánchez, de 21 años, se uniera a la Marina para que ese primer amor hacia la aviación volviera a encenderse.

“Eso siempre me lo llevé, pero nunca tuve la valentía de meterme a la milicia hasta que mi hermano lo hizo. Me gradué de la universidad, trabajé y todo, y él, para mí, fue una motivación; verlo lograr sus sueños”, comentó al especificar que Kevin está basado en Japón.

Con inteligencia geoespacial como meta, tomó el examen de admisión a las Fuerzas Aéreas, cuyos resultados positivos dieron de qué hablar. Pese a su puntuación alta, no había un espacio inmediatamente disponible para que Kimberly se pudiera unir. Mas su reclutador no se quedó de brazos cruzados.

“Me dijo ‘mira, tienes oportunidad en entrar al Space Force, una rama que es supernueva’. Esta rama comenzó en el 2019 y hoy por primera vez fue la primera graduación que tuvo el Space Force en general, porque ellos no habían tenido graduaciones oficiales. Me fui a la maroma a ver qué pasaba y aquí estoy: me evaluaron, me aceptaron, pude entrar y, gracias a Dios, me gradué”, narró.

“Yo no conocía mucho sobre el tema, pero me llamaba mucho la atención que fuera una rama diferente y nueva. Yo también quiero viajar y quiero experimentar otras cosas”, agregó.

Después de cerca de dos meses de arduo entrenamiento, ahora Kimberly se destacará en la división de inteligencia satelital dentro de la Fuerza Espacial.

El general de la Fuerza Espacial de los Estados Unidos, John Raymond, junto a Kimberly y Edgar Rivera, quien también es boricua.
El general de la Fuerza Espacial de los Estados Unidos, John Raymond, junto a Kimberly y Edgar Rivera, quien también es boricua. (Suministrada)

Por 73 años, las ramas del Ejército estadounidense habían permanecido estáticas. No fue hasta el 20 de diciembre de 2019 cuando se creó oficialmente la Fuerza Espacial, tras la promulgación de la Ley de Autorización de la Defensa Nacional al considerarse el espacio como un imperativo de seguridad nacional, específicamente en el manejo de los satélites que “conectan a las personas en todos los rincones del mundo, monitorean los patrones climáticos, transmiten transmisiones de televisión y los servicios de sincronización y navegación de la constelación GPS alimentan las redes financieras globales, permiten el comercio internacional, sincronizan las redes de telefonía celular y optimizan la infraestructura crítica”.

“Cuando se combinó con la creciente amenaza que representaban los competidores cercanos en el espacio, quedó claro que era necesario un servicio militar centrado únicamente en buscar la superioridad en el dominio espacial”, lee el sitio web oficial de la Fuerza Espacial.

“El acceso y la libertad para operar en el espacio sustentan nuestra seguridad nacional y prosperidad económica. Sin embargo, el espacio ya no está libre de conflictos. Los adversarios potenciales están buscando formas de negar el acceso de los Estados Unidos a las capacidades espaciales fundamentales para nuestra forma de hacer la guerra y nuestra forma de vida moderna. Han desarrollado una variedad de amenazas, tanto en la Tierra como en órbita, que continúan creciendo en alcance, escala y complejidad”, reza.

“Que metan mano”

De las cerca de 900 personas que se graduaron hoy de las Fuerzas Armadas, 71 forman parte de la Fuerza Espacial, número que incluye también a otros dos puertorriqueños. Entre los 71, 17 son féminas, que incluyen una joven de descendencia puertorriqueña, una peruana y una griega.

Aunque ciertamente está orgullosa de su logro y del de sus homólogos, Kimberly desea ver más participación femenina dentro de la Fuerza Espacial. Por ende, Kimberly espera que su hazaña sea el arquetipo que impulse a otras jóvenes a lanzarse hacia esta carrera o profesiones similares, simultáneamente erradicando los estigmas de asignar carreras a géneros en específico.

“Creo que la mayoría de las personas lo ven como un trabajo para hombres, pero cuando estás adentro es otro mundo, es otra cosa. Creo que hace falta más mujeres, definitivamente. Yo les diría que no tengan miedo. Esto es para todos, para hombres y mujeres. Hay espacio para nosotras. El espacio es enorme y las posibilidades y las oportunidades están ahí para que nosotras estemos y el espacio está ahí para nosotras. Hay que atreverse y coger el toro por los cuernos, porque el espacio para crecer está ahí para nosotras las mujeres. Creo que ese estigma deber de eliminarse, porque ese espacio está ahí para nosotras, para brillar y resaltar, porque sé que sí, que nosotras podemos”, exhortó.

“Que metan mano, porque se puede”, animó.