Joven piloto boricua lleva la mancha de plátano en las alturas
Camilla Decamps Villafañe, de 26 años, quien labora para American Airlines, persistió hasta lograr su anhelo.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 1 año.
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La emoción se apodera de Camilla Alexandra Decamps Villafañe cada vez que mira por la ventana del Boeing 737 que pilotea para American Airlines y contempla la despampanante belleza de su tierra natal.
Aunque el ejercicio se repita una y otra vez, la piloto de 26 años, quien transporta unos 180 pasajeros a diversos destinos en Estados Unidos y Latinoamérica, no deja de expresar un profundo orgullo por sus raíces puertorriqueñas a dondequiera que llegue, especialmente, cuando vuela “a casa”.
Por eso, lleva en su maleta un distintivo que dice: “Boricrew’” con el que devela su “mancha de plátano”.
Nacida en Bayamón y criada en Gurabo, la hija de Alexis y Glenda asegura que el camino para convertirse en piloto de la prestigiosa aerolínea es comparable a “correr un maratón por más de cinco años y, por fin, llegar a la meta”.
“A todo el que me pregunta, (le digo) yo soy de Gurabo”, advirtió sin reparos sobre su amor por “el pueblo de las escaleras”.
“Siempre me gustaba viajar, pero yo no sabía que ser piloto era una opción. Pensaba que eso era solamente para los que habían sido pilotos militares. Así que nunca le di consideración, porque decía que, como no iba a ser militar, ese trabajo no se puede hacer”, confesó la egresada de la Escuela Secundaria Especializada en Ciencias, Matemáticas y Tecnología (CIMATEC) en Caguas.
Fue su hermana mayor, Brhitney, quien tuvo un papel decisivo para que Camilla escogiera la profesión de sus sueños.
“Mi hermana mayor se convirtió en azafata de Jet Blue y hablaba con pilotos todos los días, les hablaba de mí y, le dijeron que sí, que se puede (ser piloto) porque hay programas de universidad y que, (en ese entonces), en los próximos 10 años, iba a haber una escasez de pilotos”, recordó.
“Un día me llamó y me dijo: ‘Mira, me siguen diciendo que deberías ser piloto, verifica el programa de la Inter’ y, por ahí me fui. De verdad que eso es una de las cosas de la vida que, si no llega a ser por esa conversación con mi hermana, no podría decir con certidumbre que estaría aquí hoy”, asintió.
Entonces, dirigió su meta académica hacia la Universidad Interamericana en Bayamón, “que es a donde pertenece la Escuela de Aeronáutica que está ubicada en el Aeropuerto de Isla Grande”.
“Ahí completé, no solo clases de teoría, sino las clases de las licencias de aviación, las prácticas, horas de vuelo. Cuando uno se gradúa, tiene la licencia de instructor. Di instrucción de vuelo como por año y medio en lo que hacía ‘time building’; acumulando las horas necesarias para cualificar para una aerolínea”, recordó.
Su primer trabajo como piloto fue en 2019 para SkyWest Airlines, a donde estuvo cerca de dos años y medio. Ahí tripulaba “un avión chiquito que cargaba 50 pasajeros”.
“Yo sabía que las aerolíneas eran lo que yo quería y, además, quería volar pasajeros. Nunca tuve interés por volar carga. El primer vuelo con pasajeros fue del aeropuerto de Detroit (Michigan), porque esa fue mi primera base con SkyWest, volando para Delta Connection. Estoy casi segura de que fue para Lansing, Michigan”, sostuvo.
Luego, llenó la solicitud para American Airlines, “la entrevista fue en diciembre de 2021 y el training en enero de 2022″.
“Francamente, fue la culminación de todas las metas, todos los sueños, porque le preguntas a cualquier estudiante de aviación, lo que es la meta final, (y aspiran a) ‘the major airline’. Imagínate estar corriendo un maratón por más de cinco años y por fin llegar a la meta final. Ese fue el sentimiento”, reveló.
“Siempre que me levanto y me pongo el uniforme de American, es un orgullo tan grande que siento. Lo único que queda es dar el 110% de uno todos los días y, enfocarse en dar el mejor servicio a los pasajeros”, afirmó.
Camilla vuela un Boeing 737, que carga casi 200 personas, “pero en la configuración de American Airlines son como 180 personas”.
“Ahora mismo estoy haciendo un ‘trip’, que es dentro de Estados Unidos, es el primero que hago -que es doméstico- en muchos meses, porque usualmente son internacionales. Me paso en México, Colombia, San Juan, Barbados, Santo Domingo, Ecuador. A muchos destinos de Latinoamérica”, expuso la también hermana de Kasey.
Sin embargo, “volar a casa me encanta… eso es otra cosa”.
“Mirar por la ventana y saber que esta es mi tierra natal, y que de ahí es que vengo, tiene otro sentimiento. Es chévere, porque sé que estoy trayendo a turistas, pero también estoy trayendo mi gente a su casa. Tiene el doble de la recompensa”, resaltó.
“A la gente le interesa saber cuando los aviadores son boricuas. Las palabras de apoyo han sido increíbles. Me ven montándome en el avión y yo tengo un ‘tag’ montado en mi maleta que dice: ‘Boricrew’, con la bandera de Puerto Rico. Todo el que lo ve, dice: ‘Tú eres boricua’”, admitió.
Pero el vuelo no queda ahí, sino que Camilla aspira a llegar más alto.
“Ahora mismo estoy haciendo una maestría. Me gustaría, a largo plazo, aparte de ser capitán en American, volar aviones más grandes con destinos en Asia y Europa y, eventualmente, participar en el departamento de training en la aerolínea, que es dando clases”, concluyó.