Jonaisa Morales Alicea, quien se identifica como agroempresaria feminista, persigue educar a la comunidad para hacer del País un lugar sostenible y sustentable.

En tiempos donde se habla de la seguridad alimentaria y en la disminución de producción agrícola, en Guánica hay una joven agrónoma de 24 años que, junto a su familia, siembran y cosechan gran variedad de hortalizas, pero también trabajan en un ángulo social para sembrar futuros en las comunidades que les rodean.

Jonaisa Morales Alicea creó la empresa Cosecha Jíbara LLC, fundada para ofrecer a sus clientes productos de calidad, orgánicos, en armonía con el medio ambiente.

“Comenzamos en la industria de hortalizas, farináceos y crianza de ganado de carne para aportar a la sostenibilidad. Nuestro norte es poder hacer de nuestra finca un lugar para la comunidad. Que el beneficio no solo para nosotros, sino que pueda ayudar a muchas personas a través de la agricultura y la educación agrícola. De igual manera, que sea un gran recurso para que los y las agricultoras nos unamos y levantemos la agricultura de Puerto Rico, que nos continuemos educando, pero que también eduquemos a la comunidad para hacer del País un lugar sostenible y sustentable”, señala Jonaica, quien se define agroempresaria feminista.

Una de las distinciones que tiene Cosecha Jíbara es que su producción está libre de químicos dañinos.
Una de las distinciones que tiene Cosecha Jíbara es que su producción está libre de químicos dañinos. (Suministrada)

“Lo que buscamos es contribuir al desarrollo de la educación agrícola y la preservación de la cultura puertorriqueña en condiciones de equidad, igualdad de oportunidades, cultivando en armonía y respeto por el medio ambiente. Ser una finca agroecológica, impone prácticas innovadoras y proveer las facilidades para que cualquier persona sin distinción alguna, pueda recibir capacitaciones agrícolas, terapias o simplemente compartir en comunidad”, añade.

Una de las distinciones que tiene Cosecha Jíbara es que su producción está libre de químicos dañinos. En esta finca se cultiva desde cilantrillo y calabaza, hasta pimientos, ají dulce, batatas, habichuelas blancas y plátanos.

La gestora de Cosecha Jíbara ha sido consistente en educarse debidamente para fortalecer los cimientos de su negocio. Ha sido parte de la Incubadora de Iniciativas Agroecológicas, el Centro Empresarial para la Mujer en la Agricultura (CEMA), el Programa de Jóvenes Agroempresarios, Agro Next Level, Buenas Prácticas Agrícolas (GAP), Agricultura Básica, y Mercadeo Estratégico.

Como todo nuevo negocio, Cosecha Jíbara tiene sus retos, como la necesidad de implementar un sistema de riego, tecnificado, maximizar el uso de la energía solar para generar electricidad, así como habilitar una zona para realizar los talleres, con todas las disposiciones y baños para recibir a personas con impedimentos.

“Como sabemos, en Puerto Rico tenemos seis meses al año bajo temporada de huracanes, y nosotros hemos ideado que en caso de un disturbio atmosférico, la finca serviría como recurso alimentario, así como un centro educativo con atención particular a personas con impedimentos, donde se preserve la biodiversidad y también seamos un centro para la investigación científica”, añade Morales.

A largo plazo, los planes incluyen las prácticas de senderismo, corrida de bicicletas, agrotour y camping.