En un esfuerzo dirigido a impulsar la transparencia, y al mismo tiempo educar al público en general sobre el tema de las finanzas de gobierno de Puerto Rico y su presupuesto, la Junta de Supervisión Fiscal (JSF) dio a conocer este miércoles el primero de los informes financieros trimestrales que espera emitir de ahora en adelante, en donde detalla la situación fiscal actual y las proyecciones, pero también advierte sobre situaciones que considera debe atender el gobierno, tales como buscar las fuentes para sustituir programas o servicios que actualmente se cubren con fondos federales no recurrentes.

De acuerdo con Robert F. Mujica, director ejecutivo de la JSF, este informe ofrece detalles de la situación fiscal, cuánto han sido los ingresos y los gastos, cuál es la situación de la Cuenta Principal del Departamento de Hacienda y cuánto del dinero en esa cuenta está restringido y comprometido.

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El reporte, agregó Mujica, contiene además advertencias y recomendaciones sobre asuntos que afectan la estabilidad fiscal, como el hecho que la Legislatura haya aprobado leyes que suponen gastos significativos para el gobierno que no estaban contemplados en el presupuesto aprobado, sin identificar la fuente de financiamiento para dichos gastos.

“Este es el primero de los reportes trimestrales que esperamos emitir de aquí en adelante. Y es una especie de diálogo introductorio, porque hay mucha desinformación, o información incorrecta, y creemos que debemos ser claros y trasparentes en cuanto a cuáles son las cifras reales”, comentó el director ejecutivo.

Ya entrando en las cifras, Mujica explicó que, si bien el año fiscal 2023 vio ingresos al Fondo General por encima de las proyecciones, también hay que resaltar que esos ingresos fueron menores en comparación con el año fiscal 2022. Agregó que otros estados también vieron un declive en sus ingresos, pero indicó que no se anticipa que eso se repita para 2024 y por el contrario se espera que sea un año positivo.

Para el primer trimestre del año fiscal 2024, los ingresos al Fondo General fueron $207 millones más comparado con el mismo periodo del año pasado, y también superaron las proyecciones, por $212 millones.

Por otro lado, el gasto del gobierno para el trimestre indica que fue $609 millones por debajo de lo proyectado, pero como quiera superó por $177 millones al gasto del mismo periodo del año precedente. Todavía más, Mujica, explicó que esa cifra de gasto por debajo de lo estimado solo muestra lo que se ha reportado, “pero la realidad es que sabemos que hay otros $270 millones que se gastaron, pero no se han reportado todavía. Y también sabemos que hay otros $290 millones de gastos que está relacionado a asuntos de tiempo”.

De hecho, indicó que esos retos relacionados a reportar a tiempo los gastos es una de las áreas donde se necesita mejorar, tanto a través del sistema de contabilidad general, como en el Departamento de Hacienda y las demás agencias.

Mujica también dedicó espacio para hablar sobre la Cuenta Principal del Departamento de Hacienda y explicó que, aunque hay mucha discusión pública y se habla de que hay mucho dinero en esa cuenta, la realidad es que esa cuenta “está diseñada para ofrecer mayor transparencia sobre dónde están los fondos. Pero eso no significa que todo ese dinero esté disponible para gastarse”.

Por el contrario, la mayor parte de los $7,930 millones en esa cuenta “ya están comprometidos. Ya están comprometidos, o en proceso de gastarse, o están restringidos”.

De ese total, solamente hay $816 millones disponibles para ser usados sin restricciones. El resto está comprometido para diferentes asuntos, tales como pareo de fondos federales, inversiones capitales, desarrollo de banda ancha, reserva para emergencias por desastres, financiamiento de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) y préstamo para el pago de pensiones de la AEE, restricciones establecidas por el Plan de Ajuste, entre otras.

“Queremos que todo el mundo entienda que, aunque hay una Cuenta Principal y hay fondos en ella, esos fondos no se pueden usar para ningún otro propósito si ya se han gastado, si ya están comprometidos de alguna forma”, insistió. “Esto es bien importante, particularmente cuando la gente empieza a decir, ‘pero tenemos todo ese dinero, vamos a gastarlo’. La única manera que puedes hacer eso es cambiando la ley, cambiando las restricciones, o decidiendo que no vas a gastarlo en alguna cosa, sino en una nueva prioridad establecida por el gobierno”.

Mujica repasó la manera descontrolada en la que se manejaban las finanzas del gobierno antes de la llegada de la JSF por virtud de la Ley Promesa, con gastos muy por encima de los ingresos, que forzaban a pedir prestado, y que eventualmente llevó a la crisis fiscal que vive Puerto Rico.

“Hoy estamos controlando el gasto, para que algo así no vuelva a suceder. Pero eso requiere disciplina en cuanto a los gastos”, afirmó, recordando que “después de Promesa tenemos balance fiscal” y ahora los ingresos superan los gastos, “como debe ser”.

“Pero todo esto solo se logra si todos trabajamos juntos. Y quiero poner este año como ejemplo. Este año aprobamos el presupuesto el 21 de junio. Creemos que estaba acorde con los ingresos y balances. Pero para noviembre y diciembre la Legislatura había aprobado gastos por más de $1,000 millones, impactando el Plan Fiscal, fuera del presupuesto. No se puede tener un proceso presupuestario en el que decides cuánto tienes, cuánto vas a gastar, y luego ignoras el presupuesto y apruebas leyes por más de $1,000 millones”, afirmó.

“Si se aprueba un presupuesto, eso es final. Y si tienes otros gastos que consideras prioritarios, vas y renegocias el presupuesto e identificas los fondos. Pero eso de añadir $1,000 millones a los gastos sin discusión alguna de cómo vas a pagar por eso, es regresar a la lo que mencionamos antes (que llevó a la crisis fiscal). Eso no funciona, eso no es responsable desde el punto de vista fiscal”.

El director ejecutivo de la JSF también mostró preocupación por futuras prioridades de gasto, tales como la propuesta de reforma contributiva, así como muchos otros asuntos que actualmente se están pagando con fondos federales que no son recurrentes, y cuyo financiamiento una vez deje de llegar dinero federal, debería comenzar a contemplarse en los planes fiscales.

Además de la reforma contributiva, que se estima costaría unos $500 millones anuales, mencionó otros asuntos relevantes a los gastos, como el potencial acuerdo de ajuste de deuda que está ante el tribunal, el crédito por trabajo, la posibilidad de que se gaste todo el dinero de Medicaid disponible.

De igual forma, mencionó gastos recurrentes en el Departamento de Educación y otras agencias para ofrecer ciertos servicios, que se están cubriendo con fondos federales no recurrentes como los fondos ARPA, y que no se están contemplando en el presupuesto en estos momentos.

“Ahora bien, no queremos ponernos en la posición de decir que se tienen que recortar esos servicios. Pero si no quieres hacerlo, tienes que encontrar los fondos para financiarlos. Nosotros creemos que eso es una prioridad, porque ya estableciste el compromiso. Pero ese compromiso lo hiciste con recursos que no tenías, lo hiciste con dinero federal, y ahora tendremos que encontrar dinero dentro del fondo general para poder cubrirlos”, insistió.

También, está el tema del financiamiento a los municipios, el pago de pensiones, los aumentos de salarios a empleados públicos, entre otros.

“Y todo se trata de establecer las prioridades y destinar los recursos. Idealmente, si tuviéramos los recursos para muchas estas cosas, las cubríamos todas, pero no podemos. Y de eso se trata el proceso presupuestario”, afirmó. “Y queremos tener ese diálogo, para que se entiendan las decisiones que hay que tomar, cuáles son las prioridades de la gente, las prioridades del gobierno, las prioridades de la Legislatura, y cómo acomodamos todo eso dentro de los recursos disponibles”.

Mujica subrayó además la necesidad de confeccionar presupuestos mirando a largo plazo, de por lo menos cinco a seis años, de manera que cuando se añada un gasto al presupuesto no sea solo para cubrir el año actual, sino que sea algo que se pueda pagar también de aquí a seis años.