La boa de Puerto Rico se ha recuperado tras décadas de esfuerzos para proteger su hábitat en la isla, por lo que se ha propuesto su eliminación de la Lista Federal de Especies Amenazadas y en Peligro de Extinción.

Según informó este martes el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos (FWS, en inglés), los datos científicos disponibles indican que “la boa se ha recuperado y ya no cumple con la definición de especie amenazada o en peligro de extinción” acorde a la Ley Federal de Especies en Peligro de Extinción.

Fue incluida en esa lista del FWS a principios de la década de 1970, debido a la disminución tanto de su población como en su distribución provocada por la deforestación generalizada durante el siglo XIX, explicó Leopoldo Miranda Castro, director regional del organismo.

Miranda Castro aseguró que el Gobierno de Puerto Rico, organizaciones locales de conservación y universidades “han jugado un papel importante durante las últimas décadas, desarrollando la ciencia y protegiendo los hábitats para sustentar a este habitante nativo de la isla”.

La boa de Puerto Rico es una serpiente endémica, grande y no venenosa, que está ampliamente distribuida por toda la isla, pero no es uniformemente abundante, detalló el FWS en su nota.

Es una serpiente nocturna, mayormente arbórea, que se puede encontrar en una gran diversidad de hábitats, desde bosques costeros hasta bosques húmedos kársticos y montanos, a lo largo de arroyos, bosques y bordes de caminos, y en áreas rurales, suburbanas y algunas urbanas.

Los sistemas de cuevas son particularmente importantes para esta especie porque proporcionan alimento (ratas, ratones, murciélagos, lagartijas y pájaros) y refugio.

Desde el momento en que fue incluida en la lista de especies amenazadas, se implementaron leyes estatales y federales para proteger su hábitat.

A partir de 2018, aproximadamente el 16 % de la isla fue designada como área protegida para la conservación, indicó el FWS.

La especie ha sido documentada en numerosas áreas protegidas en Puerto Rico, entre ellas, el Bosque Nacional El Yunque, y los bosques estatales de Río Abajo, Guajataca, Camabalache, Vega y Maricao.

Algunas razones que han contribuido a mejorar el hábitat de la boa de Puerto Rico son la restauración y manejo de tierras públicas y privadas que históricamente se vieron afectadas por la deforestación, la agricultura y otras actividades de desarrollo.