Muchos acuden a donde Salvador Torrens Hernández en busca de la suerte. El vendedor de Lotería Tradicional, de 77 años, es uno de solo tres billeteros en el pueblo de Luquillo.

Pero para el propio Torrens Hernández, la Lotería Tradicional representó la suerte que cambió su vida hace 12 años, cuando comenzó a ejercer ese oficio.

“Yo era un vago”, comentó Torrens Hernández al preguntársele a qué se dedicaba antes. Explicó que nunca tuvo un trabajo formal.

El hombre recordó que comenzó a vender billetes a través de un conocido que tuvo agencia de Lotería en Luquillo.

“Yo empecé como cualquiera otro. Me dieron unos billetes pa’ vender y los vendí. Y después me fui y saqué la agencia. Había un tipo que compraba billetes allá en la Lotería. Tenía muchos billetes y me daba a vender a mí. Entonces yo me puse a pensar, ¿por qué voy a vender pa’ él, si puedo vender pa’ mí? Y así lo hice. Me fui a la Lotería y saqué una agencia”.

El veterano billetero, quien no cuenta con los beneficios del Seguro Social, aseguró que el cambio en su vida es notable, al punto que afirmó que continuará vendiendo billetes de Lotería “hasta que papito Dios me señale”. Explicó que de haber sabido lo fácil que era obtener una agencia de Lotería habría comenzado a vender billetes mucho antes.

La jornada laboral de Torrens Hernández se extiende de lunes a sábado. Comienza a las 8:00 de la mañana y culmina a eso del mediodía, cuando se retira a descansar, porque “aquí hace mucho calor”.

En esas cuatro horas recibe la visita de clientes de Luquillo, Fajardo y Río Grande que le conocen de años, y de otros que acostumbran a comprar la misma serie de billetes y saben que él la tiene.

Desde hace unos cinco años, la Lotería Tradicional le entrega a Torrens Hernández las mismas series de billetes así que ya esos clientes que las buscan, acuden donde él.

También existen aquellos que compran billetes “ajustados”. Se trata de personas que le piden separar ciertos números, aun cuando no las vea esa semana.

Como todo vendedor de Lotería, Torrens Hernández también tiene clientes que buscan billetes que finalicen en algún número en específico -las famosas centenas- sin importar la serie.

“Hay una centena que la buscan mucho: el 814″, confesó.

El billetero afirmó que goza de una buena clientela que lo sigue y lo respalda, al punto que los 50 billetes que le entregan cada semana no le dan abasto. “Yo vendo los billetes míos y me hace falta más para vender”, sostuvo.

Al menos en una ocasión, Torrens Hernández ha vendido el primer premio del sorteo ordinario de la Lotería Tradicional, que todas las semanas paga $250 mil libre de contribuciones y, frecuentemente, vende alguno que otro premio. En más de una ocasión se ha dado con la agradable sorpresa de que alguno de sus clientes ha ido buscándolo para mostrarle su agradecimiento porque se pegó con un billete que él vendió.

Claro que no todo ha sido miel sobre hojuelas para este billetero, ya que también ha tenido malas experiencias con alguno que otro cliente que ordenó un billete y no lo pagó, o con billetes que no logró vender.

“Es raro que me dejen un billete, pero me ha pasado. Cuando eso pasa, yo pierdo ese dinero porque a mí no me fían los billetes”, dijo.

Pero quizá, la peor de esas experiencias según el propio billetero, fue una ocasión en la que no logró vender seis de los 50 billetes que tenía. “Uno de ellos sacó reintegro y recuperé el dinero, pero los otros cinco salieron ‘pelaos’ y yo perdí ese dinero”, recordó.