Al igual que los “Cuatro Fantásticos” se unen para salvar al mundo de la maldad, en Aibonito hay cuatro boricuas que se juntaron para desarrollar una relación de respeto con la tierra y hacer la diferencia con sus talentos.

Desde distintas perspectivas, con sus respectivas experiencias agrícolas e, incluso, artesanales, Leila Mattina, Beatriz Lizardi, Edwin Rosario Soto y Leonardo Laboy se han convertido en entes que propician la soberanía alimentaria y las prácticas “agroculturales”.

La primera iniciativa que impulsan es el proyecto “Siembra Tres Vidas”, desarrollado en la finca con el mismo nombre, ubicada en el barrio Llanos.

“El enfoque de Siembra Tres Vidas es hacer más accesible la comida saludable ecológica a las personas de las diferentes comunidades”, dijo el agricultor Laboy.

Desde el barrio Llanos, en Aibonito, Leila Mattina, Beatriz Lizardi, Edwin Rosario Soto y Leonardo Laboy se han convertido en entes que propician la soberanía alimentaria y las prácticas “agroculturales”.

En la finca, que integra seis cuerdas de terreno, aunque se siembra en un espacio de una cuerda y media, se cosecha, entre otros alimentos, brócoli, rábano, zanahoria, repollo, cebolla, perejil, cilantrillo, eneldo, remolacha, tomate, pimiento, cúrcuma, jengibre, pepino, plátano, guineo, calabaza y yuca.

De hecho, el grupo provee productos agrícolas al Centro de Envejecientes El Campito, al Centro PASO Aibonito y a Comedores Sociales de Caguas, confirmó Laboy.

“Tenemos un programa de donaciones; tenemos la Corporación de Seguros Agrícolas (CSA) y vendemos productos directamente aquí”, informó.

Mientras, Rosario Soto, también fundador de la finca, que inició en el 2008 en el barrio Pasto de Aibonito y cuya operación se trasladó a la ubicación actual en el 2018, destacó que su mayor satisfacción es que la gente coma saludable.

“Tengo mi conciencia tranquila, porque aquí no hay químicos. Es un producto saludable”, subrayó mientras limpiaba la cosecha de las cebollas blancas y moradas.

“Todo lo que siembro se me da”, aseguró sobre la exitosa iniciativa que comenzó con su vecina Silka Besosa, quien falleció años más tarde.

“Ella (Besosa) vivía en San Juan y vino a retirarse a Aibonito. Yo era carpintero, y ella me dijo que dejara de perder el tiempo en la calle; y desde entonces aprendí todo con ella y comencé a trabajar en la tierra hasta el día de hoy. Ella vio su sueño hecho realidad”, reconoció Rosario Soto, quien destacó que el nombre de Tres Vidas es por “la vida espiritual, la vida terrenal y la vida corporal”.

Exploran otras oportunidades

Confundidas entre las flores que predominan en el espacio, Mattina y Lizardi conversaron con Primera Hora sobre el proyecto Trama, que trabaja, entre otros aspectos, “textiles y pigmentación”.

“Germinamos cosas específicas y sembramos algodón de distintos colores (blanco, marrón y verde)”, dijo Mattina, quien es la fundadora de la iniciativa.

“En tiempos buenos, tenemos hasta 200 plantas de algodón y se siembra una variedad por año. Y luego, hacemos el trabajo en equipo con el voluntariado, que nos ayuda a limpiar y peinar el algodón. En mi caso, germino, siembro y cosecho algodón”, mencionó la también artista plástica. “Necesitamos invertir en la maquinaria para hacer el producto más eficiente. Ese es nuestro tranque”, añadió.

Junto a Mattina, labora Lizardi, una hilandera autodidacta que se integró al grupo en el 2020. Así, desde allí, con su rueda y el huso, trabaja el algodón para convertirlo en hilo.

“Quería diseñar mis propios hilos para que fueran únicos. Soy ‘crochetera’ desde los 11 años y lo que me estaban dando las tiendas, no era lo que quería. Entonces, aprendí sobre las fibras naturales y cómo teñirlas. Y cogí algodón de la calle y con eso, poco a poco, fui trabajándolo hasta que me compré la rueda”, explicó Lizardi, quien es la administradora de la organización.

Ya con el hilo en mano, se procede al paso de teñirlo. Para eso, en la finca se cosechan plantas y flores de las que se extraen los colores.

“En la finca tenemos el índigo, que necesita una fermentación de 24 horas para extraer el color, a diferencia de otras materias primas que hierves y obtienes el color. Todo el proceso lo hacemos aquí”, manifestó Mattina, quien mostró una gran variedad de tonalidades de azules, uno de los colores que utilizan para teñir los textiles y los hilos, que allí se confeccionan desde el algodón.

Además, el equipo de trabajo produce madera de forma sostenible, y cosecha una gran variedad de flores que suplen a restaurantes y empresas para decorar.

“Queremos hacer de este mundo uno más sostenible. Somos una organización sin fines de lucro y queremos que este espacio crezca con más personas que lleguen aquí y tengan la experiencia”, declaró Laboy.

Para visitar la finca, ser voluntario, comprar productos o conocer más de este proyecto, puede comunicarse al (787) 672-7325; o buscar Enlace Tres Vidas en Facebook e Instagram.

Mientras, los donativos los puede hacer a través de ATH Móvil / Donar / Seleccione: Haser.