El documental “The Tinder Swindler”, o “El Estafador de Tinder” es tendencia en Netflix y aunque habrá muchas personas que lo observarán como una situación aislada, la realidad es que, con la misma velocidad que han crecido las aplicaciones para buscar pareja, igualmente van en aumento las situaciones de fraude y daño emocional entre quienes las utilizan.

En el caso del documental, tres mujeres narran las estafas de las cuales fueron víctimas por parte de Simon Leviev, uno de los tantos hombres que, según descritos por la sexóloga y terapista de parejas, Ivelisse Cintrón, están como “tiburones” dentro de la red esperando pescar a quien de inmediato identifican como una presa vulnerable, o para tener un encuentro de sexo casual y nada más.

Plataformas como el mismo Tinder, Badoo, Plenty of Fish, Migle2 y Bumble, por mencionar algunas, son el sustituto moderno de los dates o encuentros presenciales para conocer a posibles parejas. La inmediatez, el filtro del Internet para manejar timidez, por ejemplo, el acceso a personas que, de otra forma, jamás conocerían, pueden ser algunas de las ventajas que mueven a las personas a accesar a estas apps, según reseña La Vanguardia en el artículo Pros y contras de buscar pareja online.

La especialista consultada segmenta a las personas que entran a estas redes en dos grupos: Las que buscan el lucro propio y saben que “pueden encontrar a alguien que hasta le pague por sexo”, o mujeres, mayormente movidas por el despecho o, “que han estado en relaciones de pareja por más de 20 años donde se han sentido encerradas, no han tenido la exposición al mundo real y de la noche a la mañana termina la relación y, obviamente, entran buscando de inmediato una relación de pareja que sea a largo plazo, porque entienden que allá dentro pueden conseguirlas”.

Esa búsqueda se da más por parte de las mujeres, en muchas casos con baja autoestima y con necesidades afectivas, advirtió Cintrón. En términos demográficos, las personas que entran a estos encuentros virtuales representan al grupo de personas de 18 a 65 años.

¿Cuál es el peligro?

“La mayoría de los chicos que entran a estas aplicaciones pueden identificar qué carencia o qué debilidad tiene esta mujer que entra a buscar pareja, e inmediatamente las primeras palabras son: ‘Mi amor’, ‘Mamita’, ‘Mi reina’, ‘Nunca había conocido a una mujer como tú', y ahí comienza en muchas ocasiones la odisea de muchas mujeres. He tenido mujeres (en la oficina), desde jóvenes hasta bien mayores, que inmediatamente le sueltan $10 mil al tipo porque a lo mejor vive en otro país y quiere venir a conocerla, pero de momento no tiene el dinero, o tiene el dinero, pero no lo puede sacar del banco, que es lo que prácticamente siempre establecen. O, la mayoría de ellos se identifican como militares, que tienen las cuentas congeladas y para poder salir, necesitan dinero, y ellas comienzan a soltarles el dinero”, expone la sexóloga.

Cintrón no le encuentra un beneficio o lado positivo a estas aplicaciones, sobre todo, por la poca o ninguna seguridad que ofrecen. Es fácil crear perfiles falsos, donde inclusive se pueden involucrar menores de edad. Badoo, especialmente, la describió como la “olla del diablo”, por permitir un acceso prácticamente gratis, lo que facilita el acceso a cualquier persona.

Consejos

La sexóloga aconseja lo siguiente:

- Si tus emociones no están saludables, donde no sepas a lo que vas allá adentro, no entres, porque puedes salir no solo lacerado económicamente, sino lo peor, emocionalmente. He tenido personas hospitalizadas por lo que les ha pasado en las aplicaciones.

- Si sales de una relación, no busques en tu mente una relación inmediata dentro de estas aplicaciones, porque no la vas a encontrar.

- Si lo que quieres es tener sexo casual, entra. Haz un search, sigues dándole swipe, quien te guste, te detienes, le escribes y sigue tu vida. Tenemos relaciones esta noche, si nos gustó, podemos hacernos fuck friends, pero si no, seguimos pal’ próximo. He tenido mujeres que han tenido encuentros sexuales cuatro, cinco y seis veces con las relaciones de su vida, como las llaman ellas.