Toda novia, como dice la canción interpretada por Cano Estremera, piensa que su boda “tiene que ser la mejor”.

Pero, al parecer, la apretada situación económica y el alza constante en el costo de los servicios, así como el auge que ha cobrado la convivencia, han hecho que muchas novias claudiquen a ese sueño de casarse en la iglesia, con velo, corona y una fiesta inolvidable en la que abunden la comida y la bebida.

Según datos del Registro Demográfico, en el año 1990 se registraron 33,080 casamientos, cifra que se ha reducido constantemente con el pasar de los años. En el 2005 hubo 23,540 uniones matrimoniales y tan reciente como el año pasado fueron apenas 17,937, una diferencia de poco más de 5,600 con respecto al año anterior.

A pesar del panorama, muchos empresarios que integran la industria de bodas continúan batallando por adecuar sus precios, complacer a las novias y que todo quede tal y como muchas lo han soñado.

Sin embargo, hay una realidad: casarse de manera tradicional, con ceremonia —religiosa o civil— y recepción, seguramente le dejará un gran agujero en el bolsillo.

Sepa que en una boda se le pueden ir entre $8,000 y $15,000 cumpliendo con lo que dicta la tradición, pero sin excederse. Ahora, si quiere ponerse un poco más fancy, las facturas pueden llegar a sumar desde $25,000 a $35,000 y aun así no estaría derrochando en tantos lujos, según coinciden varios expertos.

Elena Méndez, editora de la Agenda para la novia, aseguró que por más informal que se trate de ser para cortar gastos, el espíritu de las bodas seguirá siendo formal.

“Aquí a la gente le gusta tirarse la tela, tener un buen party, buena comida, porque se tiene la impresión de que si no, no hiciste nada. Ésa es la realidad que yo veo. La boda siempre es importante, porque estás diciéndole a todo el mundo‘con esta persona me voy a casar porque la amo’”, indicó la editora.

Por su parte, Blanca Rivera, coordinadora de bodas desde hace 20 años, afirmó que las ganancias que genera la industria han mermado pero, en su caso, “gracias a Dios, sobrevivo”.

“Yo, además, he visto como tendencia, que cada vez más personas se casan después que conviven. Yo te diría que de dos años para acá la gente vive junta y, cuando ya llevan mucho tiempo, tienen hijos y demás, es que preparan la boda, pero con el ritual completo, ¿sabes? El papá entrega a la novia y todo, los hijos desfilan. Me parece que hay una ilusión y que la gente quiere pasar por la experiencia de vivir la boda”, aseveró Rivera.

La inversión

La idea de que la novia es la protagonista de su día permanece intacta y, según decoradores y empresarios, todas quieren verse espectaculares como poco y tener la mejor fiesta.

Sepa que las tajadas más grandes de su presupuesto se irán en la selección de la comida y la decoración.

El costo en flores, incluyendo el ramo de la novia y centros de mesa, puede llegar a los $1,500 si es algo conservador en un espacio para 100 personas. La decoración en general puede treparse a más o menos la misma cifra. Si no cuenta con un local, puede agregarle unos $400 como base, dependiendo de si es en el área metropolitana y qué incluye.

Algunos restaurantes alquilan salones y hacen paquetes de comida y servicio según el menú y la cantidad de invitados, comenzando en $30 por persona. En un hotel, eso puede iniciar en $50 por persona.

La bebida es otra de las tajadas más significativas. Se calcula que en una boda diurna los invitados toman un promedio de cuatro a cinco copas o tragos. De noche, se estima que el promedio es de seis a siete copas o tragos, así que ya sabe cómo puede ahorrarse un dinerito.

Aunque algunos podrían pensar lo contrario, en la selección del vestido de la novia no hay mucho por dónde recortar. Un vestido tradicional en una tienda especializada en bodas puede salirle en sólo $200, si lo consigue en especial. Claro que también puede considerar alquilar y así reducirá ese promedio a la mitad.

Según la editora de la Agenda de la novia, en lo que se puede economizar un poco es en el velo o tocado de la cabeza. También se puede prescindir de ambos por completo.

Recuerde que a los gastos de la ceremonia hay que sumarles la aportación para quien la oficie sea una donación a la iglesia o a un juez, para lo que tendrá que desembolsar entre $200 y $300.

En términos de la música, puede optar por un DJ en vez de una orquesta de música en vivo y en ese caso la cuenta iniciaría en alrededor de $300.

En cuanto a tener una imagen de recuerdo, lo más económico que puede salirle un fotógrafo es en $500 y, seguramente, no incluirá la impresión o un álbum. El vídeo cuesta unos $1,000 o $1,500 más.

Pero no deje que el estrés se apodere de usted si no puede cumplir con las exigencias sociales o con lo que dicta la moda, lo esencial es disfrutarse el enlace acompañado de los que lo aman. “Lo importante es que tengas un lindo recuerdo de ese día sin arruinarte, porque se puede hacer”, destacó Rivera.

¿Dónde cortar gastos?

En vez de alquilar un local, opte por utilizar una casa de un familiar o un escenario natural. 

Use sólo flores de temporada, pues la importación de especies exóticas le drenarán el presupuesto.

Puede usar el vestido de su mamá o su tía.

Busque los servicios de un DJ en vez  de una orquesta en vivo.

No alquile una limusina, sino use el auto de un familiar. 

Elija un menú más sencillo, en donde el plato principal sea a base de pollo. 

Celebre una ceremonia por la mañana y ofrezca sólo un coctel. Se ahorrará en comida y bebida. 

Seleccione arreglos en agua. El uso de flores es mucho menor. 

No ofrezca recordatorios, está passé. Opte por colocar  dulces típicos y otra cosita de comer en la mesa.