Lo despidieron con todos los honores de un héroe caído. Algunos residentes sujetaban rosas blancas mientras otros esperaban bajo un sol intenso para ver el coche fúnebre que contenía el féretro de Israel Candelaria Mejías, muerto en Irak a principios de este mes por la detonación de un explosivo improvisado colocado por las fuerzas insurgentes en la batalla diaria que se vive en suelo iraquí.

El velatorio del militar había concluido, pero aún muchos residentes se preparaban para decirle “hasta luego”. La Policía municipal se ocupaba de mantener el orden ante la muchedumbre que se aglomeraba en las aceras.

El vehículo de la funeraria se desplazó lentamente hasta que se estacionó frente al Museo del Veterano, monumento construido por el Ayuntamiento para reconocer “el valor, la entrega y el sacrificio” de los sanlorenceños caídos en combate.

Niños de una escuela cercana se arremolinaron frente a la instalación municipal y aplaudieron cuando se retiró el féretro plateado para una ceremonia que organizó el ayuntamiento debajo de una carpa y ante la estatua de un soldado que sujetaba un rifle.

Los pequeños no podían contenerse. De alguna manera tenían que mostrar un gesto de rendimiento ante los restos del primer soldado de San Lorenzo muerto en el conflicto. Aplaudieron ante la mirada solemne de los militares y familiares.

“Éste es el día más difícil de nuestras vidas. Hoy enterramos su cuerpo, pero su alma siempre estará con nosotros. Él nos enseñó a luchar por lo que creemos”, sostuvo el hermano menor de Israel, Josué Candelaria Mejías, en un aparte con periodistas, al describir las cualidades positivas de su hermano mayor.

La muerte de Candelaria Mejías antecede a la fatalidad de otro soldado puertorriqueño en Kabul, la capital de Afganistán ,y de un militar que había regresado a Puerto Rico de Irak durante las Navidades de 2007, que fue encontrado ahorcado en Levittown. Las tragedias dejan una estela de consternación que une a los seres queridos de los 93 soldados puertorriqueños muertos en Afganistán e Irak desde que se incrementaron los conflictos en la zona.

Solamente las muertes de soldados estadounidenses ascienden a 4,266, pero el enviado por el Pentágono para la muerte de Candelaria Mejías, el general de brigada Leslie J. Carroll, consideró que Estados Unidos está “cumpliendo con sus objetivos en Irak”. El oficial acompañó a la viuda del soldado caído durante una ceremonia militar, celebrada en el cementerio Remanso del municipio, que precedió el entierro. “Hoy nos sentimos vacíos, pero tenemos recuerdos que vivirán por siempre en nuestros corazones”, dijo la amiga de infancia de Israel, Glendaliz Martínez.