El líder sindical José “Chepito” Caraballo Figueroa espera por conocer la fecha de sentencia después de declararse culpable ante el Tribunal Federal por apropiación ilegal de fondos del Sindicato de Obreros Unidos del Sur (SOUS).

Sin mucho ruido, Caraballo Figueroa cambió su declaración original de inocencia y admitió su culpabilidad el pasado 10 de febrero por apropiarse ilegalmente de sobre $400,000 de los fondos de la organización sindical que presidió. Según se desprende de los documentos del caso, el esquema duró entre 2000 y 2007. También se le acusaba de obtener de forma fraudulenta $49,500 de fondos del sindicato el 7 de abril de 2005.

Caraballo Figueroa aceptó que “con la ayuda de otros conocidos y desconocidos por el Gran Jurado” desvió más de $400,000 de la organización laboral bajo el subterfugio de recibir reembolsos médicos, pagos de comidas, gastos de carros y y el pago de servicios rendidos al sindicato.

Originalmente, contra Caraballo Figueroa pesaba un segundo cargo, de confiscación, y perseguía que si el acusado fueron declarado culpable, se le confiscarían bienes por la misma cantidad de dinero que obtuvo ilegalmente. Sin embargo, la fiscalía solicitará su desestimación.

La jueza Aida Delgado Colón todavía no ha establecido una fecha de sentencia. Por el cargo en el que admitió culpabilidad, Caraballo Figueroa se expone a un máximo de cinco años de cárcel, $10,000 de multa y tres años de libertad supervisada.

SOUS representó a los trabajadores de la industria cañera desde que la fundó el padre de Caraballo Figueroa en 1964. El hijo tomó las riendas en 1978 y se mantuvo al frente por más de 30 años. Para el 2000, para cuando había desaparecido la industria cañera en Puerto Rico, el gremio reportaba que tenía 2,000 miembros y en el 2003 informaba de una matrícula de 250 obreros.

Para el 2005, el FBI comenzó la investigación que culminó tres años después con el arresto de Caraballo Figueroa en su residencia en Aguirre, el 8 de agosto de 2008, para la misma época en que las autoridades federales procesaron a otros líderes sindicales, como los presidentes de la Unión Independiente Auténtica (UIA), Unión de Trabajadores de Muelles y Ramas Anexas, y Frente Unido de Policías.

Tras salir bajo fianza, Caraballo Figueroa dijo en aquel momento a la prensa que se sentía “tranquilo” de que saldría airoso de las acusaciones debido a que anteriormente lo había hecho por cargos que enfrentó en los tribunales estatales. En aquel entonces, admitió que, aunque el SOUS no tenía miembros, quedaban reclamaciones millonarias del sindicato ante el Departamento de Agricultura y que en las cuentas del gremio quedaban $3 millones de una reclamación de hacía más de cuatro décadas que todavía no habían sido pagadas a trabajadores cesanteados.