Don Luis Armando Pizarro Cardona no quiere pasar solo el huracán Irma, por lo que recogió sus cosas temprano y fue el primero en llegar ayer al refugio de la Isla Nena.

A las 3:00 de la tarde el viequense ya estaba sentado frente a la puerta de entrada de la instalación, en espera de que otros vecinos se le unieran a esperar el temporal en un lugar seguro.

“Yo tengo una casa grandísima y vivo solo. Lo único que tengo son dos perros como amigos y no me puedo quedar solo, por si acaso me da un dolor o cualquier cosa. Es mejor estar acompañado”, expresó Pizarro Cardona, de 80 años, quien reside en el sector Santa María.

Sus padecimientos de presión alta y artritis pesaron en su decisión. 

Sus mascotas, dijo, las acogió un amigo y estarán protegidas dentro de una residencia en lo que pasa la emergencia.

Don Luis Armando no recuerda si esta es la cuarta o quinta vez que se refugia, pero sí tiene muy claro lo ameno que la ha pasado.

“Siempre estoy relajando con los que vienen, los que nos conocemos. A veces se juega dominó”, comentó.

Su casa, ubicada “en un cerro”, no le genera preocupación, pero sí el tamaño y potencia de Irma.

“Empezaron a decir que subía y subía, y ya es categoría cinco”, manifestó.

Lemuel Cádiz Delgado, coordinador municipal del Departamento de Vivienda para manejo de emergencias, comunicó que se esperaba la llegada de una familia que avisó, pero el grueso llegaría hoy por la mañana.

“El refugio tiene 60 camitas, pero tenemos más catres en caso de que hagan falta y la Escuela María M. Simmons está disponible para servir como refugio también, si se alcanza el límite de capacidad”, sostuvo Cádiz Delgado. 

Los alimentos se prepararán en la escuela Simmons y serán trasladados al refugio, que tiene además baños con duchas, cisterna, planta eléctrica y estacionamiento.

Preparados para lo peor en Culebra

En el caso de Culebra, la situación era un poco distinta. 

Desde temprano ayer muchas personas se acercaron para preguntar desde cuándo podrían llegar, indicó Dimary Ramos Curbelo, directora de la Escuela Ecológica que servirá de refugio para sobre un centenar de personas.

“Es la primera vez que paso un huracán en Culebra. Soy de Comerío y los vientos también soplan fuerte. Pero aquí estamos en un área de la costa y saber que todo el mundo se preocupa por nosotros, pues me preocupa más, porque sé que somos el primer municipio que recibirá el huracán”, expresó Ramos Curbelo. 

Por su parte, el director de manejo de emergencias municipal, José Pérez, indicó que uno de los lugares que desalojarían anoche era el sector Villa Muñeco, donde hay casas en madera y personas viviendo en “trailers”. También lo harían con las personas que viven en botes en la bahía.

Según el alcalde culebrense, William Solís, actualmente en este municipio hay cerca de un 38% de casas en madera, muchas de las cuales tienen parte de su estructura en cemento.

Aunque con paciencia, los culebrenses manifestaban ayer sus temores por Irma, al recordar los estragos que causó en 1989 el huracán Hugo.

“Demasiado… demasiado de preocupada, porque cuando Hugo… Madeline… y ahora de nuevo”, manifestó Wanda Arizmendi. “Fue algo feo”.

“Vamos (a estar) en familia en un refugio. La casa no es segura, (es) de madera”, añadió la mujer mientras hacía compra junto a sus hijas en el colmado Milkas, donde uno de los primeros artículos en acabarse fue el agua de azar, que sirve de tranquilizante.

Precisamente, la posible carencia de suministros tras la tempestad es lo que más le preocupa a Solís.

“Que se afecten las líneas aéreas, que estemos desconectados de la Isla Grande”, abundó. “Ahí no se puede hacer nada. No se saben los daños que se van a hacer”.

“Lo importante es que la gente sepa que podemos estar incomunicados”, expuso.

Los viajes en lancha están suspendidos hasta nuevo aviso y los vuelos se reanudarían el viernes, si no hay daños mayores.

Los últimos vuelos salieron ayer de regreso a la Isla Grande. Varios grupos de turistas llegaban al aeropuerto buscando acomodo, pues algunos fueron cancelados.

Uno de los que salieron fue una pareja de turistas, quienes tenían planificado estar en Culebra hasta el sábado.

“Sabíamos que había algo por ahí, pero no sabíamos hacia dónde iba. Así que probamos suerte… y aquí estamos”, comentó la mujer, quien se identificó como Casey. 

“Tenemos un hotel en San Juan y después nos vamos en el primer vuelo que nos lleve a cualquier lugar del mundo mañana en la tarde”, añadió. “Somos de Nueva Inglaterra (en Estados Unidos) y hemos estado en tormentas, pero nunca (en un huracán categoría 5). Sí, da un poco de miedo”.

Pero los que se quedan saben a lo que se enfrentan. Con un tono de resignación mezclado con optimismo, Luz Rivera dijo saber a qué se expone su casa, en la que vive desde que se mudó a Culebra, a donde llegó en primera instancia para trabajar como voluntaria tras el paso de Hugo.

“Sé que lo que viene es bien fuerte. Sé que vivo en el agua. Es la ventaja cuando las cosas están buenas, pero ahora están malas”, manifestó Rivera, quien pasará el ciclón en la casa de una amistad alejada del mar.

“Estoy sacando lo de valor: las fotos de la familia, sacando una muda de ropa y poner las cosas en bolsas lo más alto que puedo, pero serán pérdidas materiales y lo sabemos”, afirmó. “Son como 18 horas y después sale el sol. Vamos a pensar positivo”.