Llamado a trabajar con los problemas de los educadores
Los gritos hacia los estudiantes, al igual que el instinto de protegerlos es parte de la realidad actual.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 8 años.
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La opinión viene de voz del maestro en electrónica Agustín Pujols, expuesto en octubre al juicio público, al igual que sucede en ambos sucesos, luego de que un vídeo lo mostrara gritándole a sus estudiantes y usando palabras soeces en un salón de clases.
“Le muestran al país que somos humanidad. Somos una sociedad y que tenemos muchos problemas, que tenemos que trabajar con esos problemas”, dijo el educador a Primera Hora durante una entrevista en la que habló por primera vez de su caso.
Por un lado, el incidente de la balacera ocurrida cerca de la escuela elemental Evaristo Ribera Chevremont en el residencial Vista Hermosa, en San Juan, evidencia el problema de las armas ilegales y, por el otro lado, el caso de la maestra Kamalia M. Rivera Berríos, coloca sobre la mesa los “muchos retos” de educación especial.
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Sobre el caso de Rivera Berríos, a quien la semana pasada le encontraron causa para arresto por un cargo por violar el Artículo 58 de la Ley 246, por maltrato de menores intencional, Pujols opinó que “la persona no supo manejar bien sus emociones en ese momento, que le puede pasar a cualquiera, pero quizás no tuvo el suficiente autocontrol”.
También hay que descubrir el trasfondo de la situación porque “casi siempre nos enfocamos en lo que pasó en el momento, pero no vemos qué situación fue la que condujo hasta ese punto”.
“Se deben investigar todas las situaciones. No se deben juzgar livianamente, sino que debe todo ir por un proceso”, agregó.
En cuanto al caso de la balacera, Pujols lo catalogó como un caso inesperado, crítico y extremo. “Nadie está preparado, realmente (para enfrentar un suceso así). Se maneja la situación en el momento”, dijo.
Expuso que si hubiese estado en una situación similar de peligro, no sería un héroe, simplemente un ciudadano responsable que haría lo que tendría que hacer. “Si yo hubiera estado en ese salón, yo hubiera hecho lo mismo (que la maestra Rebecca Gómez): proteger a los niños lo mejor que se pudo”, precisó.
Agregó que a pesar de que los educadores reciben talleres o adiestramientos para situaciones similares, “ningún simulacro te prepara. A la hora de la verdad es tu carácter lo que te guía a hacer lo que tienes que hacer”.