Llegan a la Isla los restos de soldado caído en Irak

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 18 años.
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Los restos del soldado puertorriqueño Jason Núñez Fernández, caído en Irak, llegaron hoy, lunes, a su natal Puerto Rico, donde descansarán en el cementerio militar de Bayamón a partir del miércoles.
El ataúd, cubierto con una bandera estadounidense, fue recibido por sus familiares en una ceremonia militar celebrada en la Base Aérea Muñiz en Carolina, desde donde fue trasladado a la funeraria Naranjito Memorial.
Ataviada de negro, Nitza Damaris Martínez se apoyaba del brazo de un soldado y lloraba en su hombro por la muerte de su esposo.
La madre del joven soldado, Marlene Fernández, también lloraba desconsoladamente, mientras ocho soldados marchaban al ritmo de un tambor y cargaron el féretro hasta colocarlo en el coche fúnebre.
Fernández dijo en una entrevista reciente con la AP que su hijo, de 22 años, no era el mismo desde que arribó a Irak, donde permaneció por ocho meses.
“El tenía como un coraje las 24 horas, estaba como hastiado”, señaló la mujer, quien exhortó a los padres a oponerse a que sus hijos se enlisten en la milicia. “En el Army (ejército), no hay futuro, lo que hay es muerte”, expresó Fernández entonces.
Núñez era miembro del ejército activo y pertenecía a la División 82 Aerotransportada (Airborne, en inglés) con sede en el Fuerte Bragg, Carolina del Norte. Falleció junto a otros tres soldados en medio de un ataque suicida al convoy en el que viajaban en la provincia de Baqubah, en Irak.
En dos semanas, tres soldados boricuas murieron en el conflicto bélico que libra Estados Unidos contra Irak.
Con el deceso de Núñez y el de otro soldado muerto el sábado, suman 58 los militares de origen puertorriqueño muertos en los conflictos bélicos que libra Estados Unidos en Afganistán, Irak y Kuwait.
El sargento David A. Mejías se convirtió el sábado en el tercer soldado puertorriqueño que murió en Irak en sólo dos semanas. Todavía se desconoce cuándo llegarían sus restos a la Isla.
Otro sargento, Ed Santini, de 25 años y de Toa Baja, murió el 17 de marzo y sus restos ya reposan en el Cementerio Nacional de Bayamón.
A Núñez Fernández, le sobrevive su madre, dos hermanos, su esposa de 21 años, y dos hijas de uno y cuatro años.