Ponce.- Algunos le dicen tapas de dron, orejas de elefante y otros los bacalaítos de las estrellas. De lo que si no hay duda es que son los bacalaítos fritos más reconocidos y deliciosos de toda la Isla.

Su creador Luis Otero narró a Primera Hora que aprendió a hacer bacalaítos con su madre y años más tarde emprendió el camino con su propio negocio, el que bautizó como 'El artesano del bacalaíto'.

“Comencé con dos estufitas haciendo bacalaos pequeños”, dijo el comerciante.

Asimismo, destacó que con el tiempo fue perfeccionando la técnica hasta alcanzar el tamaño de cerca de diez pulgadas de circunferencia.

“Con un bacalao la gente almuerza”, aseguró el comerciante, quien lleva 20 años preparando sus enormes delicias boricuas.

Este sostuvo que regularmente utiliza 50 libras de harina de trigo y 20 libras de filete de bacalao.

Además le da un gusto especial con sofrito, sazón con achiote y otros condimentos. Cada bacalaíto tiene un precio de $2.00, cantidad que la gente paga sin quejarse.

Su gran habilidad le permite hacer varios bacalaítos a la misma vez, los va virando para que tengan la consistencia deseada y luego los pone a escurrir en una varita de metal. De ahí los toma para dárselos a sus clientes calientitos y crujientes.

Aunque es natural del barrio La Calzada de Ponce, trabajo que lo llevó a mudarse para Cabo Rojo donde tiene su kiosco permanente todos los fines de semana en el área de Boquerón. Sin embargo, resaltó que viaja a todos los pueblos de la Isla a vender sus bacalaítos en todos los eventos culturales que se realizan.

Pero no solo se ha hecho famoso por sus peculiares frituras -las que cocina en manteca- sino por las más de 100 fotografías con personalidades del entretenimiento que adornan su lugar de trabajo.

Las fotos con reconocidos cantantes, actores, periodistas o políticos con su tradicional bacalaíto en mano son evidencia de que este grasocito manjar hecho de harina y bacalao se considera uno de los mejores.

“Un día Yolandita Monge llegó a Ponce y vino a buscarme”, comentó con orgullo.

Al preguntársele cuál es el secreto para el éxito de sus bacalaítos este sonriendo respondió "no revelo mi fórmula".

“Muchos han tratado de imitar mi técnica pero no han podido igualarla”, manifestó Otero.

Este reiteró que gracias a su negocio de bacalaítos ha podido darle a su familia el sustento por tantos años.

“Aquí no hay retiro, seguiré hasta que Dios diga”, aseguró el artesano de los bacalaítos.


Las frituras de Luis Otero son reconocidas en toda la Isla