El conmovedor testimonio de una madre cuyo hijo fue presa de los daños que pueden provocar productos que contienen drogas sintéticas y se venden por doquier en un sinnúmero de negocios, y su llamado a que se tomen acción efectiva para prevenir otras familias pasen por similar situación, estuvieron en el centro de una vista ante la Comisión de Salud de la Cámara de Representantes.

Tan contundente fueron los comentarios de Zulema Vázquez, quien se ha dado a la tarea no solo de dar a conocer la batalla que luchan su hijo y su familia, sino también de recopilar por su propia cuenta datos, casos y mucha más información relevante a esa situación, que al cerrar la vista el presidente de la Comisión, el representante Gabriel Rodríguez Aguiló indicó que modificarían el Proyecto de la Cámara 223 para que, en lugar de buscar regular la venta de esos productos con THC y CBD sintéticos, como pretendía originalmente la medida, se prohíba su venta por completo.

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El THC (tetrahidrocannabinol) y el CBD (cannabidiol) a los que hace referencia el legislador son sustancias conocidas como cannabinoides, que producen de manera natural las plantas de cannabis, en cantidades que pueden variar según la cepa de la planta y la manera en que se cultive, entre otros aspectos. Ambos cannabinoides, y derivados de los mismos, se pueden también producir de manera sintética. Aunque tienen uso médico para tratar ciertas condiciones, también tienen efectos sicoactivos, y su uso inadecuado o abuso puede provocar diversos efectos negativos y potencialmente peligrosos tales como pérdida de memoria, dificultad para concentrarse, ansiedad, paranoia y sicosis, entre otros.

Como parte de su relato, Vázquez indicó que uno de sus hijos sufrió hace algunos años “una situación que le causó una condición de salud que todavía estamos manejando”.

Relató que, cuando tenía 19 años, a consecuencia de consumir un ‘vape’ adquirido legalmente en una gasolinera, con “uno de estos productos Delta-8, tuvo una sicosis y no durmió por cinco días”.

Detalló que su hijo tuvo que ser hospitalizado, y desde entonces ha tenido “muchos daños de salud, problemas de memoria a corto plazo, insomnio, ansiedad, depresión”.

Además, “perdió su beca, por ‘honors’, porque tuvimos que sacarlo de la universidad”.

Explicó que saben con certeza que fue ese producto lo que le causó problemas porque en el hospital le hicieron “una prueba de casi 300 drogas, porque ellos asumían que como él estaba entrando en una fraternidad tal vez le habían dado algo”, y el resultado fue que “salió solamente positivo a los cannabinoides”.

Agregó que, a las dos semanas, uno de los amigos de su hijo “cayó también en el hospital”, a pesar de que les habían alertado que esos ‘vapes’ con Delta-8 podían causar sicosis.

“Los muchachos hoy día… es la historia de muchos, no nada más mi hijo. Ellos empiezan jovencitos con el ‘vape’, con la nicotina, y esos ‘vapes’ tienen otros ingredientes, que tienen Delta-8, Delta-9, diferentes aceites, y pues como lo compran en la gasolinera, en el ‘vape shop’, para ellos eso ni siquiera es droga. Es marihuana sintética. Se los venden también como si fuera un beneficio, que les puede ayudar a concentrarse, les quita la ansiedad, les dicen que los ayuda en veinte cosas, y es todo lo opuesto. Es un engaño, es una trampa que creó una industria para atrapar a estos menores, porque empiezan menores y se quedan ahí enganchados porque la adición es tan alta… que ahí se quedan”, afirmó la madre.

Agregó que, de toda la información que ha podido recuperar, sabe de muchos casos que “terminan en sicosis, unos terminan en coma porque le colapsan los pulmones, hay muchos casos de arrestos porque se ponen agresivos, insomnio, conozco intentos de suicidio, uno que se comió bajo sicosis un insecticida y ahí perdió todo, está vivo de milagro pero perdió su familia, su trabajo, todo”.

Afirmó que conoce “a una mamá que perdió su hijo en el 2023” y una manejadora de casos que tiene un paciente que murió en el 2024.

Sostuvo que los peores casos son “los que se fuman en ‘vape’ porque el THC aumenta, eso sube muchísimo una vez se calienta o lo fuman, y eso va directo al cerebro, y el daño en el cerebro es inmediato”.

Por si fuera poco, agregó que se están reportando casos de consumo de estos productos en escuelas, sin que los maestros y directores sepan cómo manejar efectivamente la situación.

“Los enganchan cuando son muy niños. Si van a las gasolineras se dan cuenta que esto es al lado de los chocolates y los chicles. Los colores, los sabores, todo está dirigido a los niños. Y están quemando cerebros, están afectando a una generación completa”, condenó Vázquez.

Más allá de hablar del caso de su hijo, afirmó que “hay una falta de educación increíble” y solicitó que se promoviera una campaña educativa en torno a esos productos para que jóvenes y sus familias estén al tanto de lo que contienen y los potenciales efectos que pueden provocar.

“Yo lo que identifico es falta de educación. La gente no sabe. He escuchado que hay padres que se lo compran a los hijos, y yo no creo que ningún padre quiere entregarle un hijo a un cancerígeno o a algo que le puede causar un daño neurológico. Solamente es que no saben”, indicó.

Además, hizo un llamado a otros padres que han pasado por situaciones similares a que hablen también, pues “es algo más común de lo que ellos piensan… pero la gente no sabe”.

Antes de escuchar a Vázquez, Rodríguez Aguiló indicó que hizo el ejercicio de pasar por varios negocios y comprar algunos de estos productos que están allí a la venta y “se pueden adquirir sin ningún tipo de licencia, simplemente vas y lo compras y se acabó”, y los envió al laboratorio del Instituto de Ciencias Forenses (ICF) para su análisis.

“Y aunque todavía son resultados preliminares, fueron cinco productos que le enviamos, y los resultados son los siguientes: en uno de ellos se detectó que tiene el Delta-9 THC, ese no nos dice la cantidad; en uno de ellos dice que se detectó marihuana y también se detectó el Delta-9 THC con un 5.3%, así que ese producto está prohibido para tenerlo en Puerto Rico, el límite del THC es 0.3% según el gobierno federal; y en otro de los productos se detectó la presencia de sustancias controladas con el Delta-9 THC con .77% que tampoco cumple con los requisitos federales”, informó el representante.

“Eso son solamente cinco productos que nosotros tuvimos acceso y que los enviamos como una muestra al Instituto de Ciencias Forenses. Así que ciertamente tenemos un problema en la calle. Son productos que están de fácil acceso a los jóvenes, a cualquier persona”, afirmó, agregando que esto “no es el cannabis medicinal que se prescribe y que va por un proceso altamente regulado en Puerto Rico”.

Añadió que ese tipo de productos con marihuana sintética se vende en diferentes formas que incluyen “‘gummies’, ‘vapes’ para el vapeo, los cigarrillos ‘prerolled’ que ya están enrolados, simplemente los sacan de un frasco y se los fuman, entre otros productos”. Asimismo, también los encuentran en algunas bebidas energizantes.

“Así que esto se salió de control y al final del día quien lo está pagando son nuestra juventud”, opinó el representante, agregando que situaciones como la que vivía la familia de Vázquez, probablemente se está multiplicando por muchas familias a través de todo Puerto Rico.

Aunque solo Vázquez depuso en la vista, el presidente de la Comisión de Salud indicó que han recibido varios memoriales explicativos de personas, organizaciones, y profesionales de la salud, como doctores, consejeros profesionales y consejeros en abusos de sustancias, todos en respaldo a la medida.

“Vamos a enmendar este proyecto. Eso de regularlo no es lo que vamos a buscar, vamos a buscar prohibirlo”, afirmó Rodríguez Aguiló poco antes de terminar la vista. “Hay más que estudios, hay más que evidencia de que todos estos productos están químicamente alterados, que son de fácil acceso para nuestra juventud y para la población en general, y que causan daño”.

Además de Rodríguez Aguiló, las representantes Lisie Burgos y Sol Higgins también participaron de la vista, y expresaron ambas su respaldo a la medida.