Dos o tres veces en semana, la maestra de quinto grado de la escuela primaria urbana José de Diego, en Aguadilla, Darybel Acevedo Morales, llega en las tardes -durante su tiempo libre- hasta un parque pasivo del municipio para impartir la enseñanza desde su carro a dos de sus estudiantes, uno de educación especial.

Los niños son hermanos, uno de ellos tiene computadoras del Departamento de Educación, pero en su hogar de escasos recursos económicos no cuentan con acceso a Internet, por lo que educadora decidió llegar hasta ellos para que no pierdan las clases.

“Estos niños tuvieron Internet por una semana, pero su mamá no pudo pagarlo”, dijo la maestra, quien la pasada semana les dio dos exámenes de español y estudios sociales a los niños. Para ello brindó la parte trasera del automóvil como escritorio, según se puede apreciar en una fotografía publicada en las redes sociales.

Les presento a mi tía, Darybel Acevedo Morales. Ella es maestra de la Escuela José De Diego de Aguadilla. Acá dando su...

Posted by Edgar Xavier Vargas on Wednesday, September 23, 2020

Pero, la encomiable labor de Mrs. Acevedo va mucho más allá. En su salón hogar de quinto grado tiene un total de 30 estudiantes, de los cuales, solo 19 tienen acceso a la plataforma interactiva del Departamento de Educación. La maestra les imparte todas las materias: español, matemáticas, estudios sociales y ciencia, excepto la clase de inglés.

Después de atender a los alumnos de forma virtual y de completar su jornada laboral de 8:00 a.m. a 3:00 de la tarde, en su tiempo libre, la educadora, quien también está a cargo del cuidado de su progenitora de 81 años y sobreviviente de cáncer, saca tiempo para llevar el material dado en clase a los demás estudiantes que no han podido conectarse de manera que no se queden rezagados.

Incluso, reproduce el material educativo desde una fotocopiadora personal, pues la de la escuela está averiada. En la hora de actividades y reuniones, la educadora se comunica por teléfono con los padres y coordina las entregas del material fotocopiado.

Dijo que la escuela le provee el papel, “pero la tinta y el printer” corren por su cuenta.

“Ya tengo ciertos puntos, me paro cerquita de las casas y ellos (los alumnos) vienen poco a poco con sus padres. Me comunico antes con los padres por mensajes de texto o WhatsApp y yo voy y les entrego el material como en un servicarro”, contó Acevedo Morales, quien es maestra hace 25 años.

Relató que desde niña le gustaba impartir clases. “Siempre jugaba con papeles corrigiendo y decía que iba a ser maestra”, indicó para agregar que también el magisterio corre en las venas de la familia.

Dijo que varios de sus tíos son maestros y, además, su mamá era maestra en el Colegio San Carlos, en Aguadilla. Fue en ese colegio donde Acevedo Morales dijo que inició su carrera magisterial y después de enseñar allí seis años, comenzó a enseñar en el sistema de educación pública.

“Esto es un gran reto que el destino nos ha puesto. He tenido que lidiar con muchas situaciones porque vivo con mi mamá, que tiene 81 años, y me tengo que cuidar por el coronavirus, pero siempre he sido muy pro estudiante, siempre busco la manera de ayudarlos porque no todos tienen los recursos y siempre he estado para ellos”, sostuvo.

Dijo que cuando la ven, los niños se ponen bien contentos y en ocasiones, -cuando los siente un poco reacios- les lleva “una sorpresita”.