PONCE.- Andrés Rivera Arzola llegó hoy hasta el parque Las Delicias II en la Ciudad Señorial donde iniciaría su semestre escolar, aunque extrañando los compañeros de la escuela Áurea E. Rivera Collazo a la que asistía y de la que aun sus padres desconocen si el Departamento de Educación (DE) volverá a abrir ante la incertidumbre de que esté apta para recibir estudiantes.

Le acompañaban sus padres, Samaria Arzola Mejías y José Manuel Rivera Martínez, quienes en vías de que el pequeño del Educación Especial no se atrase más, decidieron acudir a la alternativa presentada por la maestra y directora Carmen Rodríguez.

El proyecto denominado Educamos Donde Sea, ya cuenta con alrededor de 183 estudiantes de varias escuelas del DE en Ponce y ya se ha extendido a otros municipios afectados por los temblores que se vienen registrando en la zona desde el pasado 28 de diciembre, como en el Parque Urbano en Yauco y próximamente en el Estadio Municipal Luis A. “Pegui” Mercado Toro en Guayanilla.

A Rodríguez la mueve la vocación, por eso exhorta a los maestros que se unan a la iniciativa porque necesitan de manos que colaboren con la llegada de los pequeños que se suman diariamente. Actualmente, divide la matrícula entre prekínder a sexto grado y se ofrecen clases de  lunes a viernes, de 1:00  a 5:00 p.m.

“Saqué los niños que iban a las escuelas y me los llevé al parque, a un lugar donde se sienten seguros, a un lugar donde se están educando, y no hay tres niños, hay 183 estudiantes que sus padres están preocupados por la incertidumbre de que no saben cuándo comienzan las clases, qué escuelas están aptas, qué escuelas no. Ellos allí están emocionalmente saludables, porque no están preocupados de que nada le caiga en la cabeza, no están preocupados si tembló o no tembló, están allí educándose, llevan sus libretas, llevan sus libros y allí un maestro está educándolo con las destrezas del semestre”, explicó la maestra con 15 años de experiencia.

Padres buscan alternativas

Ese fue el caso de Andrés, quien inició hoy su educación en la improvisada escuela que comenzó labores el pasado 14 de enero.

“Estoy listo”, dijo el pequeño, mientras esperaba a ser ubicado en una de las mesas ya atestadas de estudiantes.

Su mamá, Samaria, indicó que acudió al lugar para evitar que el menor se atrase, ya que desonoce cuándo el DE retome las clases en el sur.

“Estoy aquí porque las escuelas públicas no abren, no nos han informado de cuándo (lo harán), tampoco si la escuela donde él está si tiene daños estructurales… no quiero  que se siga atrasando. Vimos el anuncio que gente puso en los medios de Facebook y entonces decidimos venir hoy a ver de qué se trata”, dijo.

Lamentó, además, que el DE no le haya provisto alternativas como las que ha empleado Rodríguez porque, a su juicio, tiene los recursos y las herramientas para hacerlo.   

“Es una entidad privada la que lo está iniciando y debió ser una iniciativa del Departamento, (que la) debe estar mirando, porque ellos tienen los maestros y tienen el equipo. Lo que tienen es que moverlo fuera de la aula, al aire libre primero, porque en esta área no sabemos cómo están las escuelas”, esbozó.

“Para nosotros los padres es una preocupación enviar a nuestros hijos (al plantel) y que algo suceda durante las horas que ellos están allí. Hay montones de sitios abiertos donde ellos pueden poner carpas, mover los pupitres y traer a los maestros para que eduquen a nuestros hijos”, sostuvo.

En tanto, descartó el “home schooling” como alternativa por desconocimiento a cómo funciona, y si verdaderamente tendrá el tiempo para hacerlo, porque ambos en la casa trabajan a tiempo completo.

“No sabemos mucho del ‘home schooling’, hay diferentes opiniones… los dos trabajamos ‘full time’ y a veces para mí es un poco temeroso… voy a tener el tiempo necesario que él necesita para yo poder educarlo en la casa, entonces por eso no lo he visto como una alternativa, no sé cómo funciona, no me han dado información, por eso no lo he considerado”, dijo.

Aseguró que el DE tampoco los ha contactado para proveerle los servicios de Educación Especial que requiere el Andrés, entre ellos terapia del habla, sicológica y ocupacional. Ahora la familia se mueve a tocar puertas a la agencia que le provee las terapias en la escuela, para llevarlo a su local privado y pueda continuar recibiéndolas.

Para Aurelis Pagán, en tanto, la escuela en el parque les da esperanza a los estudiantes, como a su hijo Adam Toro, que necesitan estar seguir con la cotidianidad perdida desde el pasado 7 de enero con el sismo. Es por eso que se ha unido como madre voluntaria al esfuerzo de Rodríguez.

“Son muchos y cada día vienen más (estudiantes al parque). Nos da esperanza que hay profesionales voluntarios dando sus servicios a cambio de nada, de la satisfacción de ver los menores que están aquí, llevando su instrucción a la casa, en este momento de necesidad. Necesitan con qué distraerse, necesitan estar ocupados, necesitan estar orientados de lo que está pasando y a la misma vez necesitan seguir con sus vidas sin que se detenga esa cotidianidad”, manifestó.

Su hijo Adam siempre ha estado en el método tradicional de educación, por lo que el “home schooling” no la ve como una alternativa por el momento. “El ‘home schooling’ para mí es nuevo, siempre he estado en el método tradicional, yo no lo descarto, pero ante la situación, se nos presentó esta oportunidad y estamos explorándola y estamos participando de ella. Es algo presencial, está la comunidad entera y si esta es una alternativa la estamos explotando”, dijo.

Maestros del DE se unen a la iniciativa

Everlides Cruz, quien se supone que imparta clases en la escuela Carmen Solá de Pereira, decidió ganarse su sueldo, pero ayudando a Rodríguez en lugar de quedarse en casa en espera de instrucciones del DE.

“Cuando somos maestros de corazón, cuando es algo que amamos y nos gusta, no importa dónde demos clases, si estamos dispuestos lo vamos a hacer donde sea, porque esto yo lo amo. Me encanta trabajar con los niños y cuando supe de la iniciativa que tenía Carmen, pues yo le dije: ‘yo quiero participar, yo quiero donar de mi tiempo, porque estamos sin hacer na’ en nuestros hogares’, pues por qué no ayudarlos a que ellos  salgan de esa rutina, de estas situaciones que están pasando y por los menos aquí se entretienen, trabajamos las destrezas que se trabajan con los estudiantes de segundo grado, de primero, porque aquí damos hasta sexto grado”, dijo Cruz.

El maestro de historia, José Ernesto Torres Gómez, tampoco se quedó de brazos cruzados y mañana comenzará a dar clases a los estudiantes refugiados en el Paquito Montaner en Ponce.

A su llamado se han unido 10 compañeros también empleados de Educación de Ponce y Coamo que se dividirán las tareas con unos 80 estudiantes de escuela elemental y secundaria.

Explicó que empezarán de 9:00 a.m. a 11:00 a.m.  Para hacerlo indicó que acudió a la generosidad de sus compañeros con el que realizó un “serrucho” para comprar los materiales para poder dictar las materias bajo carpa.

“Uno sabiendo que puede aportar, no nos podemos quedar de brazos cruzados aunque nosotros también seamos refugiados. Si fuimos llamado a la docencia, es importante aun en la emergencia, aportar al país. Yo no veo esto como gran cosa, pero simplemente dar dos horas de nuestro día y poder ayudar a estos muchachos a no atrasarse y estar un poco distraídos de toda la tragedia que están viviendo, porque es una tragedia perder su casa. Es muy duro”, dijo quien actualmente pernocta con familiares luego que su casa se viera amenazada por los sismos.

Torres Gómez, aseguró que una vez la iniciativa tome forma, se moverá a los refugios de Guayanilla y Yauco para atender los estudiantes que pernoctan allí.

“Hace falta que esta iniciativa se disemine por todo el suroeste”, sostuvo.

El maestro, por otra parte, instó al DE a no abrir los planteles escolares hasta que no tenga la certeza de que son resistentes a un terremoto.

Los maestros, en tanto,  instaron a otros colegas a cooperar tanto con su  conocimiento contribuyendo con tiempo voluntario, así como al DE con material didáctico, mesas y sillas para poder atender la necesidad.

Primera Hora requirió una reacción al Departamento de Educación, pero no la brindaron.