La abuelita agricultora de Yabucoa, Doña María Morales Tirado, quien ha conquistado las redes sociales donde popularmente se le conoce como "Mami", celebró ayer (sábado) sus 100 años de vida.

La ya influencer, quien se ha ganado el apoyo de sus seguidores por su actitud positiva, de puro trabajo y humildad, tuvo una amena celebración junto a sus hijos, nietos, biznietos y tataranietos. La actividad se celebró en el barrio Camino Nuevo en Yabucoa, donde ha vivido durante toda su vida.

Un bello bizcocho, un ambiente de mucha alegría y música que fue desde el reggaetón hasta las mañanitas, fueron suficientes para que Doña María celebrara una longeva vida de puro esfuerzo y trabajo, junto al producto de sus años en esta tierra: su extensa familia, muchos de los cuales conoció por primera vez en su cumpleaños.

En la fiesta, no podían faltar las palabras sabias de "Mami", quien tomó el micrófono- según se evidencia en un Facebook Live de su página "Mami is myAttitude"- para dirigirse a los presentes.

"Muchas gracias porque estos 100 años los he pasado no ha sido bailando, no ha sido fiestando, no ha sido tomando, ha sido trabajando. Nunca en los 100 años he dado una vuelta de baile, nunca he ido a un cine, a un teatro a ninguna fiesta. Ha sido criando muchachos, trabajando la finca y comiendo mucho funche", dijo la centenaria arrancando carcajadas a los presentes.

(Facebook)
(Facebook)

El festejo fue organizado por su familia, entre ellos su orgulloso nieto Julio César Lebrón, quien es el responsable de que las redes sociales sirvan de plataforma para que Mami llegue a miles de seguidores y les brinde sus sabios consejos, cuente sus anécdotas de la infancia, adolescencia, adultez y vejez, además de los ya tan esperados abrazos y bendiciones que sus seguidores siempre esperan.

"La logística de la celebración conllevó tiempo imagínate los 100 años. Fue una actividad familiar y ella conocía que se le iba a celebrar", dijo Lebrón.

De toda la celebración, según la centenaria comentó en sus redes sociales, su parte preferida fue cuando cada uno de sus descendientes presentes le llevó una rosa de un color que representaba si eran hijos, nietos, biznietos y tataranietos.

Sin duda, así se llega a los 100 con mucha actitud y que sean muchos más.