La mariposa arlequín de Puerto Rico, también conocida como la quebradillana, fue incluida por  el Servicio de Pesca y Vida Silvestre (USFWS, en inglés) en su listado de especies candidatas a recibir protección federal.

A pesar de que una evaluación denominada como el 12 month finding determinó que es necesario incluir a la mariposa en la lista de especies amenazadas o en peligro de extinción, los limitados recursos que tiene el Servicio de Pesca y Vida Silvestre obligan a que el insecto boricua se mantenga, por el momento, en la lista de candidatos. 

Lo que quiere decir que de ahora en adelante la agencia federal evaluará anualmente la situación de la mariposa arlequín, la cual se puede observar en bosques y farallones costeros de la zona del karso.

“El que ahora la especie esté en la lista de candidatas, le permite al USFWS y otras organizaciones a trabajar de forma cooperativa para explorar mejor las necesidades de hábitat de la especie. Esto podría incluir asistencia técnica y financiera y se abre la puerta a la posibilidad de desarrollar acuerdos de conservación con salvaguardas para los dueños de terrenos privados que proactivamente quieran tomar acciones en pro de la especie”, dijo

Edwin Muñiz, supervisor de la Oficina de Servicios Ecológicos del Caribe del USFWS en comunicación escrita.
Se informó que el investigador de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Mayagüez, Hernán Torres ha logrado reproducir a la especie en cautiverio.

La agencia estableció que la pérdida de hábitat natural es en gran medida una de las principales causas para el deterioro de la especie.

“La pérdida y fragmentación de hábitat que causan proyectos de desarrollo grandes, son el principal riesgo para la sobrevivencia de la especie. Otros riesgos incluyen la baja capacidad reproductiva de la especie, números poblacionales bajos y que depende de una sola planta hospedera”, lee el documento.

La planta a la que se refiere es la zarza espinosa de la que depende para “alimentarse, descansar, depositar sus huevos y proveerles nutrientes a la oruga”.

El singular patrón de colores intercalando líneas blancas, negras, anaranjadas y rojas, que tiene la mariposa por debajo,  similar a los patrones de diamantes que usaban los arlequines en las comedias italianas hace más de 400 años, dio pie a su nombre.  

La evaluación del Servicio de Pesca y Vida Silvestre de la mariposa arlequín surgió tras el pedido del ciudadano Javier Biaggi-Caballero, quien le hizo pidió a la agencia  protección para  la mariposa y la designación de  un  hábitat crítico para la especie.

La mariposa arlequín es muy parecida a la mariposa monarca, una de las más conocidas en América.