Las ofertas de empleo le llegaron desde distintas ciudades y estados en Estados Unidos: Nueva York, Texas y Washington DC, por mencionar algunos. Cada oferta era un paquete completo de beneficios y compensaciones altamente tentadoras.

Siendo los puertorriqueños Amy L. Cabrera Márquez y Luis A. Figueroa Jiménez los componentes de un matrimonio de hematólogos oncólogos, ambos bilingües, las ofertas eran aún más prolíferas, pues les ofrecían empleo en conjunto en búsqueda de convencerlos.

Pero el compromiso de esta joven pareja de profesionales con la salud de sus coterráneos, con sus respectivas familias, y con su país, pudo más que cualquier cifra, y decidieron emprender en la zona este de la Isla con el establecimiento del Centro Oncológico Figueroa-Cabrera.

“Nuestro programa de entrenamiento de hematología y oncología consta de tres años y ya para el segundo año, empezaron las ofertas, y nosotros por ser un matrimonio, tuvimos múltiples ofertas de Nueva York, Florida, Texas, pero nuestro compromiso siempre fue con Puerto Rico", afirmó la doctora, al tiempo que hizo una exhortación a sus colegas jóvenes para que “se queden en Puerto Rico y apuesten por los puertorriqueños, y ayuden a la salud, que está tan difícil en este momento”.

Ambos están convencidos de que tomaron la mejor decisión. “No lo hemos puesto en duda, no ha sido un tema entre nosotros”, aseguró Cabrera Márquez. “Aún con todas las ofertas y todo lo lindo que nos ofrecían, decidimos quedarnos”.

Los especialistas en hematología y oncología realizaron sus bachilleratos en el Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico. Luego, estudiaron medicina en la Universidad Iberoamericana (UNIBE) en República Dominicana; la residencia de medicina interna la completaron en el Hospital Municipal de San Juan, en Centro Médico; y la subespecialidad de hematología y oncología, entre el Hospital de Veteranos y el Hospital Municipal de San Juan.

Además, se entrenaron sobre tratamientos de médula ósea en el Moffitt Cancer Center, en Tampa, Florida.

A lo largo de la preparación, enfrentaron la enfermedad de cáncer de seno que afectó a la progenitora de él, y esa experiencia los dirigió a establecer su proyecto médico.

El Centro Oncológico Figueroa-Cabrera inauguró el pasado 12 de mayo, aún en medio de la cuarentena por la pandemia de Covid-19, en la urbanización Virgen del Pilar en Canóvanas.

Según contaron, se establecieron en esa zona, porque durante sus procesos de formación, vieron la necesidad de servicios que ofrecen para los pacientes de los pueblos de Carolina, Loíza, Canóvanas, Luquillo, Río Grande, Fajardo, Vieques, Culebra, Humacao y Juncos, aunque han recibido de otras partes de la Isla.

“En el Hospital Municipal de San Juan y en el Hospital de Veteranos, le preguntábamos a los mismos pacientes, y veíamos la necesidad, porque a los pacientes había que atenderlos temprano porque regresaban en carro o guagua pública, y la misma población de los pacientes nos fue dirigiendo para nosotros poder establecernos”, expuso el doctor.

El centro ofrece servicios de inmunoterapia y quimioterapia para los distintos tipos de cáncer; diagnóstico y tratamiento de enfermedades de la sangre; infusión de medicamentos biológicos para tratar condiciones como artritis reumatoide, osteoporosis, enfermedad de Crohn, esclerosis múltiple, psoriasis, lupus, colitis ulcerativa; e, infusión de hierro para la anemia y la deficiencia de hierro durante el embarazo.