Médico ponceño relata momento en que ayudó a pescadores en altamar

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 16 años.
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Yauco. “Recordé un amargo momento de mi vida”.
Con estas palabras el oftalmólogo ponceño Hiram Quiñones Ferrer describió el momento en el que ayudó en altamar a Luis A. Milián y Jona-than Méndez, los pescadores de Aguadilla que quedaron a la deriva desde el pasado miércoles. Y es que hace un año uno de sus hijos también se perdió en el mar cuando la embarcación en la que pescaba se viró, viviendo horas de angustia.
“Yo no soy el héroe, yo sólo ayudé a la Guardia Costanera”, sostuvo.
Este navegante apasionado de la pesca relató cómo su viaje profesional y de placer a la República Dominicana cambió su vida sin imaginarlo.
El médico recordó que salió a pescar con su esposa y unos amigos cuando recibió la alerta de efectivos de la Guardia Costanera, quienes le pedían que los ayudara a socorrer a unas personas en una embarcación en altamar.
“Yo sabía que eran los muchachos de Puerto Rico, porque desde el jueves estábamos escuchando por radio la alerta de emergencia”, dijo Quiñones Ferrer.
Finalmente, los encontró el sábado a las 5:30 de la tarde en las costas de Punta Cana, relató el médico a Primera Hora.
Quiñones Ferrer narró que cuando se acercaron a la yola de Luis y Jonathan, una de fabricación casera, los jóvenes se encontraban en buen estado de salud. Luego de las directrices de la Guardia Costanera, entonces procedieron a trasladarlos a su embarcación, donde, dijo, los muchachos agradecieron su gesto humanitario.
“Yo los hubiese traído de vuelta a la Isla, pero como estábamos en aguas dominicanas, tuvieron que cumplir con el protocolo de Aduana e Inmigración”, indicó el médico.
Quiñones Ferrer admitió que nunca se imaginó que Luis y Jonathan pudieran sobrevivir a una travesía tan larga y difícil.
Sobre la odisea que vivieron, el médico contó que los jóvenes pescadores de 22 años le contaron que se tapaban del sol con unas capas, que dormían poco durante la noche por temor a que el bote se virara y que intentaron varias veces comunicarse por el celular. Al final, pudieron hablar con las autoridades dominicanas, que, a su vez, informaron a la Guardia Costanera.
“Ellos tenían equipo de emergencia, pero las bengalas y los flares no le funcionaron y tampoco tenían remos”, sostuvo.
El oftalmólogo explicó que los jóvenes estaban a cuatro millas de Aguadilla cuando perdieron el motor, pero que las condiciones del tiempo y el cambio en la dirección del viento fueron los factores que los alejaron de la Isla, llevándolos por tres días a aguas desconocidas.
Salieron el miércoles pasado y fueron rescatados el sábado al este de la República Dominicana.
“Los ayudamos, les dimos comida, ropa y dinero para que pudieran pasar el tiempo hasta que fueran devueltos a su hogar”, reiteró el médico ponceño, quien dijo que tuvo miedo al no saber lo que las autoridades de la República Dominicana harían con ellos.
“Debemos darle gracias a Dios porque sobrevivieron, están en buenas condiciones y ya hoy están juntos a sus seres queridos”, dijo, mientras recordaba el crudo momento que vivió su familia con la desaparición de su hijo.