En un abrazo solidario a las comunidades que han levantado sus propios campamentos, el doctor Mario Polo, hijo, junto a otros colegas, se desplazaron el pasado fin de semana hasta la zona devastada por los sismos para brindarles ayuda, pero, sobre todo, aliento.

El galeno explicó que la ayuda ha sido canalizada a través de las fundaciones Texas United por Puerto Rico y Correa Family Foundation, a las que pertenece y que fueron establecidas después del desastre causado por el huracán María.

La ayuda recolectada en los centros de acopio establecidos en Santa Isabel y San Juan fueron entregados a familias en necesidad de unas 12 comunidades en Guánica y Yauco. A esta ayuda de suministros se añadió, quizás, la que más necesitan los damnificados del sur: la entrega de un abrazo y de personas que escuchen la terrible experiencia vivida y los ayuden a canalizarla. En esa dirección, al grupo se unieron dos sicólogas Astrid Gandarilla y Melanie Méndez y el enfermero Bryan Rivera, para atender la apremiante necesidad de los refugios que no fueron establecidos por el gobierno, sino por los mismos integrantes de la comunidad.

También se unió a la iniciativa el doctor Gregorio Cortés. 

Le sorprende al galeno, quien organizó la actividad junto al doctor Ricky Flores, presidente de Correa Family Foundation, que actualmente los parques de pelota de los sectores visitados se han convertido en los nuevos barrios de los municipios.

“Nosotros no estuvimos en ningún refugio establecido por el gobierno, sino que identificamos refugios en estas comunidades. Increíblemente, me está curioso, que toda esta ayuda la canalizamos a través de la Fundación de Carlos Correa y los parques de pelota de todas estas comunidades se han convertido en los refugios y se han transformado en una especie de barrio nuevo donde están las casetas de campaña y donde están las personas viviendo”, dijo.

“Una de las cosas que más me llamó la atención es la organización que hay a nivel interno de cada una de estas comunidades. Los líderes conocen cada una de las necesidades, lo que necesitan, lo que no necesitan lo dejan para que otras personas lo puedan usar. Conocen las personas enfermas, las necesidades que tienen y esa fue la primera etapa, en el fin de semana pasado”, relató.

Carlos Correa podría unirse

Actualmente organizan la segunda parte de la ayuda para esta próxima semana en la que esperan contar el pelotero de Grandes Ligas y original de Santa Isabel, Carlos Correa. Manifestó que la necesidad más grande que pudieron identificar es la necesidad de casetas. Actualmente, el doctor junto a las fundaciones canaliza esfuerzos “para conseguir un donativo grande de casetas de campaña en Estados Unidos” para repartirlas en las comunidades.

“La necesidad más grande, un apremiante que nosotros pudimos identificar, más allá de los artículos de primera necesidad que todo el mundo necesita, es la necesidad de unos hogares temporeros, entiéndase casetas de campaña o algún otro tipo de estructura que provea cubierta porque la mayor parte de estos campamentos mucha gente está viviendo bajo carpas y aunque las carpas proveen un techo, no tienen paredes cubiertas alrededor”, dijo.

“La realidad es que no sabemos cuánto tiempo estas comunidades van a estar viviendo así. La gente está bien preocupada, ansiosa. Los daños estructurales en todos estos pueblos del sur son grandes. Nosotros vemos en las noticias las casas que colapsaron, pero probablemente hay cientos que no colapsaron, pero tiene daños severos y que no son vivibles”, apuntó.

Gran impacto sicológico

Durante su recorrido de impacto a las comunidades, los alrededores de 10 galenos que se unieron a la iniciativa encontraron que la mayor necesidad médica a ser atendida es la sicológica, la ansiedad postraumática, y trastornos postraumáticos.

“’Cuando llegábamos a las comunidades no hubo una sola comunidad donde los residentes literalmente se echaran a llorar por estar recibiendo ayuda. Algunas de las comunidades que vistamos no habían recibido ayuda anteriormente. Los grupos que más me preocupan, porque son los más difíciles, que expresan ese trauma de manera distinta, son los niños, los envejecientes y los pacientes con condiciones mentales”, sostuvo Polo.

De igual manera, los médicos y el enfermero atendieron a personas con otras necesidades médicas como las que sufrían de dolores e hinchazón en las coyunturas por las caminatas, así como los que necesitaban la inyección de insulina por la diabetes. También se entregaron medicamentos a las personas que los necesitan y que los perdieron durante la emergencia como fueron los hipertensos.

“Los médicos llevaron sus medicamentos para distribuir, llevaron insulina para diabéticos que la necesitaran y los sicólogos llevaron medicamentos para tratar la ansiedad. Hay muchas personas que están sufriendo de ataques de pánico porque vivieron el evento grande y cada vez que siente una réplica reviven la experiencia”, aseguró.

Algunas de las áreas visitadas fueron Playa Santa, la comunidad La Luna, Caño, Guaypao, Oasis y Fraternidad Ghamma Phi Rho en Guánica, así como la comunidad Paloma, el Cafeteal y Monte Sol en Yauco. Allí estuvieron “Hasta que la energía y el día no nos permitieron más y repartimos todo”, dijo Polo con satisfacción.

Las personas interesadas en donar, pueden visitar la página  www.correafamilyfoundation.org-, o visitar las plataformas de Facebook Correa Family Foundation o Instagram @correa_family_foundation.