Casi mes y medio después del paso del huracán María, miles de estudiantes siguen sin recibir el pan de la enseñanza, mientras el Departamento de Educación (DE) se aferra a procesos burocráticos que impiden la reapertura de los planteles escolares.

Ayer, maestros, estudiantes y padres de diversas escuelas de distintos puntos del País, como la Ramón Vilá Mayo, en Río Piedras, realizaron protestas para dramatizar la situación que mantiene a niños y niñas fuera de las aulas. 

Los manifestantes demandaron -desde uno de los carriles de la Avenida Gándara- que la secretaria de Educación, Julia Keleher, ordene la reapertura del plantel, que había sido incluido el 18 de octubre en la lista de las escuelas que abrirían sus puertas, pero esta semana se le informó al personal escolar que la escuela no contaba con las certificaciones. 

“Venimos de lejos, desde Caguas, Carolina y Canóvanas para que un día nos vengan a decir que esta escuela la van a trancar porque ellos quieren. ¿Y dónde vamos a estudiar?, porque algunos de nosotros tenemos nuestras casas arruinadas”, dijo la estudiante de décimo grado, Katerine Serrano.

“Todos queremos ser algo en nuestro futuro y ellos no nos van a permitir ser lo que queremos ser. Ellos estudiaron y ahora nos toca a nosotros estudiar. Tienen que ponerse en nuestros zapatos”, sostuvo la jovencita, quien al igual que otros estudiantes vestían los uniformes de la escuela. 

En medio de la protesta, el director regional del DE, Luis Orengo, llegó al plantel y tras reunirse en el patio con la facultad y personal de la escuela, les dijo que un informe reveló que en el edificio Hawthorne, que forma parte del plantel, había “un hallazgo grande” y que impartió instrucciones para que la Oficina para el Mejoramiento de las Escuelas Públicas (OMEP) le ponga una malla al igual que a “una verja rota”. 

Orengo dijo que una vez corrijan los hallazgos, regresaría con “unos ingenieros de Manhathan” para que determinen que todo “está set”. Mientras el funcionario hablaba, algunos padres gritaban: “abran la escuela ya”, “es inaceptable” a lo que Orengo respondió: “ese es el proceso que hay que seguir, gústele o no”.

Una de las maestras advirtió que no esperarán por OMEP. “Mañana (hoy) vamos a volver a la calle… La certificación la vamos a traer nosotros”, sentenció.

Otra educadora, Rosa Soto, miembro del consejo escolar del plantel, explicó que el edificio Hawthorne, que data de 1903, resultó con una filtración y daños en la cablería eléctrica por el impacto del huracán, pero un perito electricista corrigió la falla, libre de costos. Añadió que desde el 27 de septiembre, los maestros y el personal escolar se dedicaron a la limpieza y recogido de escombros.

Dijo que la verja dañada no afecta a la comunidad escolar y añadió que el resto del plantel está apto para el reinicio de clases y que así lo certificó el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos.

Indicó que la escuela abrió el 24 de octubre y dos días después la directora del plantel Ivette López Román les informó que el departamento había dispuesto que la escuela no cumplía con las certificaciones. El plantel, que tiene agua y no tiene electricidad, en agosto tenía una matrícula de 532 estudiantes.

“Tienen todas las escuelas superiores de Río Piedras cerradas”, denunció Soto.

José Ángel Núñez, uno de los padres expresó que “es incomprensible, que los estudiantes quieren estudiar y el Departamento no se los permite”.

En Cidra, en la Escuela Violeta Reyes Pérez, que se conoce como la escuela elemental urbana, los 600 estudiantes del plantel tampoco han podido regresar a clases porque todavía hay 28 refugiados. La facultad se está reuniendo en otra escuela. 

Otro plantel en San Sebastián, la Patria Latorre Ramírez, tampoco ha reanudado clases porque no ha recibido la autorización del DE, dijo José A. Lugo, presidente del Comité de Padres de la clase graduanda de la escuela pepiniana.

Lugo indicó que el plantel está restaurado con sus servicios de agua y energía eléctrica desde el 17 de octubre de 2017 y que fue evaluada y aprobada el 19 de octubre de 2017 por la Agencia True North. 

“Esta escuela siempre ha gozado de buena reputación... mientras más tiempo transcurra sin regresar a la escuela se verán afectados académicamente, en especial los estudiantes graduandos”, sostuvo el portavoz del comité.

Por su parte, Keleher dijo por voz de la directora de prensa del DE, Yolanda Rosaly, que al presente hay 897 escuelas cerradas y que su reapertura va a depender de las certificaciones que emita el Cuerpo de Ingenieros.

“Las expectativas de la Secretaria son de que a mediados de noviembre se pueda tener abierta la mayoría de las escuelas que no hayan sufrido daños considerables”, dijo Rosaly.

Detalló que del total de 1,113 escuelas públicas que hay en el País, unas 152 están abiertas “como escuelas académicas” y otras 64 siguen funcionando como centros comunitarios. Éstas van a continuar operando de esta forma “hasta nuevo aviso”.