Productos agrícolas como recao, cilantro, calabaza, frutas, vegetales y mermeladas, cosechados y/o confeccionados por estudiantes de una escuela pública de Vega Baja comenzarán a circular próximamente en algunas cadenas de supermercados locales y a ser consumidos también por diversas entidades privadas del País, todo como parte de un proyecto que busca inculcar el emprenderismo en esa población y motivarlos para que completen sus metas educativas.

Se trata de la Escuela Segunda Unidad Manuel Martínez del barrio Pugnado Afuera de Vega Baja (también conocida como la SUPA), una escuela que por más de 100 años ha tenido un enfoque agrícola y cuyo componente académico aspira a que se convierta en una escuela de agricultura.

Todo comenzó tras lo eventos asociados al Huracán María, la pandemia y los terremotos, cuando la entonces directora del plantel, Ivette Torres Chardón, se dio cuenta que los estudiantes estaban perdiendo motivación e interés y comenzó a buscar alternativas para motivarlos y retenerlos en la escuela.

Escuela Segunda Unidad Manuel Martínez.
Escuela Segunda Unidad Manuel Martínez. (David Villafañe Ramos)

De esta manera, Torres se puso en contacto con la Asociación Enactus, que busca oportunidades para que los estudiantes universitarios de Puerto Rico puedan crear iniciativas de desarrollo económico amigable al ambiente, sostenible y de impacto social en escenarios reales. Así llegó a la escuela el programa “Entrepreneurship for the Future”, compuesto por estudiantes del capítulo de Enactus, de la Universidad Ana G. Méndez (UAGM), recinto de Cupey, quienes implementaron el modelo de emprendimiento en el salón de clases, y en la escuela.

“Lo que quiere hacer el proyecto es desarrollar esas habilidades empresariales en los maestros y estudiantes, la comunidad completa, para que ellos puedan ser una comunidad emprendedora”, explicó Delisse Ríos, estudiante de cuarto año del programa de Administración de Empresas de la UAGM y líder de casi una veintena de estudiantes universitarios que se han encargado de implementar el proyecto en la escuela.

Ríos explicó que, durante el proceso de capacitación de maestros y estudiantes, se percataron que la escuela cuenta con nueve cuerdas de terreno y dos huertos que históricamente, se usan como parte de la iniciativa de enseñanza directa fuera del aula de clases. Por ejemplo, la maestra de estudios Sociales, Minerva Rivera, quien da el curso de Historia de Puerto Rico a los estudiantes de séptimo grado, utiliza uno de estos huertos para enseñarle a sus estudiantes sobre la agricultura local, a través de la creación de un huerto de polinizadores. Un segundo huerto en el que se producen vegetales, hortalizas era utilizado en el curso de Ciencias Agrícolas de la Escuela. A medida que se cosechaban los huertos, los frutos eran compartidos con los estudiantes y una vez terminaba el curso, todo volvía a iniciar de cero.

Una vez se ofrecieron los talleres de liderato y emprendimiento, en consulta con la comunidad escolar, se decidió basar el proyecto de emprendimiento en la agricultura, los estudiantes siembran y cosechan como parte de sus materias y esa cosecha se vende a una cadena de supermercados de Puerto Rico. La Escuela de Artes Culinarias de la UAGM también compra parte de la cosecha y el dinero producto de esas ventas va a la escuela.

A la vez, los maestros también aplican el modelo de emprendimiento en sus clases, como lo hizo Marixa Vega, maestra de Ciencias de la escuela y quien el año pasado celebró la primera Feria de Emprendimiento en Ciencias.

“El enfoque era que ellos iban a identificar un producto que les llamara la atención e iban a investigar la ciencia que origina el producto, científicos, las ideas y demás, y después de pasar por un proceso de innovación en el producto, ellos lo iban a presentar como si fueran a venderlo a alguien, a una compañía o algo. Entonces, el objetivo era que al final ellos habían creado un producto, que retoma todos los conceptos de ciencia que estaban ligados a él. Además del enfoque de la ingeniería que nosotros tratamos de promocionar, y lo presentaban, venían disfrazados, traían un prototipo o al menos un croquis, un diseño de ese prototipo, y lo presentaron en los pasillos a otros estudiantes, a los maestros, a todos los que pasaron en ese momento por allí”, explicó la educadora, quien añadió que, “al principio yo pensé que los estudiantes no estaban tan motivados y como que lo veían algo difícil, pero el día que se dio la actividad en la escuela, nos sorprendieron a todos, y los maestros que pasaron por allí felicitaron a los nenes porque estaban preparados, sabían de qué estaban hablando, trajeron muestras, sus outfits. Así que llamó la atención y ellos se sintieron empoderados de lo que estaban haciendo.

El impacto del proyecto puede verse en estudiantes como Yaris Cortés Ramos, de octavo grado y quien actualmente colabora en los huertos, a pesar de haber tomado el curso de Historia de Puerto Rico el año pasado. Además del aprendizaje en términos de empresarismo y emprendimiento, la joven narró que su participación en el proyecto la ayudó a perder “el miedo a decirle a las demás personas mis ideas y mi forma de pensar, y me ha ayudado a entender que, aunque tengas miedo, tienes que afrontar tus miedos por más difícil que se te haga”.

Se expande

Alfredo Lebrón, profesor de la División de Negocios, Turismo y Emprendimiento de UAGM y mentor del grupo de estudiantes universitarios explicó que el próximo semestre, el mismo modelo de empresa social que se aplicó en la Manuel Martínez, se estará aplicando en una escuela privada de Vega Baja que quiere implementar el enfoque agrícola y de emprendimiento.

El proyecto de la comunidad escolar la Segunda Unidad Manuel Martínez también ha logrado exposición internacional al ser presentado en varios eventos como el Social Entrepreneurship Summit en Cartagena, Colombia, donde la iniciativa fue reconocida.

“También hay otra organización que se llama HEDS, que por segundo año consecutivo sometimos ponencias y volvimos a hacer la ponencia con mayor puntuación en nuestra categoría, segundo año consecutivo y hemos recibido premios también de la empresa Argos, que nos premió como proyecto social del año”, entre otros, explicó Lebrón.

Además, 180 estudiantes han sido impactados directamente en la escuela Manuel Martínez, mientras que 19 maestros han sido capacitados en el tema de emprendimiento certificados y están utilizando esa capacitación para presentarle nuevas alternativas al estudiantado que quizá no está interesado en perseguir una carrera universitaria o que tal vez no ha pensado en la educación en materias agrícolas como una alternativa a futuro. Mientras tanto, unas 81 escuelas en Puerto Rico están interesadas en replicar el programa implementado por Enactus en Vega Baja.