Ponce. Para muchos, Áurea Pacheco Rodríguez es el amuleto de la suerte de compradores de billetes de la Lotería Tradicional, pero aunque ha vendido todos los premios, ella asegura que solo carga con buena vibra.

De hecho, los números que recibe para el sorteo semanal se le van como pan caliente, porque el 60% de sus clientes, según destacó, le separa los boletos antes de llegar a su rinconcito en el Centro del Sur Mall en Ponce.

Allí acuden jueces, abogados, médicos, maestros, amas de casa y hasta aquel que se detiene por casualidad para echar un ojo a las combinaciones que resaltan en la tabla de esta fémina de 73 años.

Resulta que Áurea comenzó con el negocio hace unos siete años con la intención de entretenerse tras jubilarse del servicio público.

“Comencé con esto hace siete años desde que me jubilé, los últimos 12 años los trabajé con el Gobierno, y entonces, decidí vender billetes. Antes de eso, el que era mi esposo me insistió en que vendiera con él, porque se incapacitó y de Rehabilitación (Vocacional) lo adiestraron para que vendiera, y así estuve dos años”, relató la contable de profesión.

“Yo no quería estar en mi casa sin hacer nada, porque soy bien hiperactiva, y entonces, esto me ayuda porque así mi mente trabaja y me desenvuelvo y me mantengo activa”, agregó esta ponceña adoptada, quien realmente es natural del barrio Macaná de Guayanilla.

¿Por qué decidió vender Lotería Tradicional?

“Me gustaba jugar de vez en cuando, me he pegado y entonces, me entretengo porque esto, aunque tienes tu responsabilidad y a veces uno encuentra muchos tropiezos porque hay gente que viene y, sin que te des cuenta, te los sacan (para robarlos). Pero me gustan los billetes, me gusta jugar, uno hace relaciones con muchas personas que son tremendas y te desenvuelves”, explicó.

No obstante, dijo que su punto de ventas es envidiado por muchos colegas que “hasta me quieren quitar el sitio”.

De otra parte, Áurea explicó que, el puertorriqueño confía en este tipo de sorteo al ver que es factible pegarse y, además, porque el pago está exento de contribuciones.

“La gente confía en la Lotería Tradicional porque acuérdate que eso es un sorteo, están todos los bolos y la gente ve que es factible. Además, mucha gente juega porque está necesitada. Vienen a comprar, aunque sean dos o tres pedacitos, confían en que pueden sacarse algo y como esto es exento (de contribuciones) también”, argumentó.

De esa manera, muchos siguen tentando la suerte semanalmente, ya que el primer premio del sorteo regular paga $250,000. Mientras que el “Billetazo”, premia con $600,000 y la “Extraordinaria” ofrece una atractiva cifra de $1,250,000.

“Esto empezó a peseta cada pedazo. Ahora el pedazo regular es a $1, el Billetazo y la Extraordinaria es a $2 el pedazo. Del sorteo regular, cada página trae 25 pedazos, el Billetazo trae 25 pedazos y la extraordinaria 50″, puntualizó la mujer que se caracteriza por su amabilidad.

“El premio mayor de la Extraordinaria está en $1,250,000 y una página trae 50 pedazos y cuesta $100. Un pedacito cuesta $2. Yo le vendo desde la página completa hasta un pedacito. Me gusta complacer al cliente y el que necesita, no puede comprar grandes cantidades y, si me pide un pedacito, yo se lo doy”, acotó.

Pero la realidad es que su buena voluntad parece ser el secreto que muchos llaman suerte.

“El premio mayor que he vendido es de $150 mil y un segundo premio en una dupleta de $90 mil, de la Extraordinaria. He vendido todos los premios, gracias al Padre Celestial. Hay gente que pregunta que cómo yo he vendido todos los premios si ellos llevan toda la vida y no han vendido ni un solo premio. Pero, gracias al Señor, yo lo he vendido”, concluyó.