Mujer que demanda a Miguel Cotto quiere justicia

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 16 años.
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Denota una gran fragilidad emocional. Luce nerviosa, ansiosa y preocupada por la salud física y emocional de sus hijos.
Es blanca, delgada, de estatura pequeña y, aunque venezolana, pasaría por cualquier mujer puertorriqueña.
“¿Cómo supieron de esta demanda?”, preguntó a Primera Hora Martha L. Chacón Acevedo, quien radicó el pleito por acoso sexual contra Miguel Cotto Vázquez y otros familiares.
“Yo quería llevar este pleito de forma discreta. Yo no estoy demandando por tratarse de Miguel Cotto. Hubiese demandado a cualquier persona común que me hubiese dado el mismo trato”, hizo claro.
Primera Hora abordó a la joven de 32 años, que salía de una cita médica con dos de sus tres hijos, todos menores. La acompañaba su ex esposo, también venezolano, quien se trasladó a Puerto Rico por petición de sus hijos, luego que presenciaran cómo la esposa de Miguel Cotto, Melissa Guzmán, los insultó a ellos y a su madre, según reclaman.
“Yo soy una extranjera. Yo no soy famosa. Él es el famoso. Él es una gloria de Puerto Rico que les ha brindado mucha felicidad a ustedes”, dijo Chacón sobre Cotto.
“Yo lo que reclamo es mi dinero, porque yo me he acostumbrado de pequeña a trabajar. Yo estoy aquí protegiendo a mis hijos, porque en Venezuela hubo una vez un secuestro del abuelo de mis hijos”, dio como explicación y con renuencia a hablar con este diario.
De todas maneras, explicó que el papá de su ex esposo fue secuestrado por la guerrilla, ya que viven en el estado de Taiche, cerca de la frontera con Colombia.
¿Es un político?
No. Ellos son personas de dinero. Él es el que me estaba dando apoyo. Los niños lo llamaron el día que la señora Melissa nos insultó. Él todavía no entiende por qué la señora los trató así...
“Aparte de esta experiencia, yo adoro Puerto Rico. En Puerto Rico me han tratado a mi hijo, que tiene un autismo funcional, como uno más. Le han dado terapias psicológicas y han sido buenos conmigo y mis hijos. Yo amo esta isla. Yo cuando voy allá, mi mamá me dice que hablo ya como si fuera puertorriqueña. Se ríe. No por lo que ha sucedido voy a tirar todo. Aquí ha sido bonito”, dijo.
Chacón, quien se naturalizó estadounidense, relató que cuando llegó a Puerto Rico su primer trabajo fue con una compañía de contratistas que les daba servicio a las corporaciones de Miguel Cotto, incluyendo el alquiler y cobro de sus apartamentos en Villas del Turabo.
“El edificio estaba abandonado. Tenía cinco inquilinos que no pagaban. Cuando se le entregó el edificio a don Miguel (Cotto Carrasquillo), alquilado y sus ventas al día, me voy a Venezuela porque murió mi hermano. Cuando regreso a los cuatro meses había perdido mi empleo y entonces los Cotto me dieron trabajo.
“Doña Martha, desde que usted se nos fue no es igual”, dice la demandante que le comentó una empleada de la oficina.
Así que tomó el trabajo, dijo, con opción de que viviera allí. “Tenía a mi cargo el cobro de los edificios comerciales, de toda la administración, incluido Palmas del Mar”, dijo.
Chacón entendió que era una buena oferta, ya que tenía el beneficio de vivir en el complejo de vivienda.
“Lo menos que me iba a pensar es que me lloviera todo lo que me llovió”, dramatizó sobre el hostigamiento sexual al que alega fue sometida.
Cotto, indicó, comenzó a hostigarla a los 15 días de haber comenzado su trabajo.
“Todo eso era como si hubiera llegado carne en medio de toda la jauría de perros y, obviamente, yo sorprendida”, apuntó.
Como señala en la demanda, les indicaba a los hostigadores que la conducta era ilegal y que no le faltaran el respeto.
“A don Miguel sí le decía lo que estaba sucediendo”, dijo.
Agrega que cuando buscó la protección de “Don Miguel”, éste la botó.
“Cuando busqué la protección de don Miguel, don Miguel me dejó en un picadero. Cuando fui a buscarle, fui a pedirle a él un papel, me botó. Él nunca se quejó de mi trabajo y con todo eso, yo tengo tres hijos a quienes tengo que proteger y cuando voy a pedirle mi dinero de los permisos que conseguí de las gasolineras, que tengo evidencia, me salen con esto de darme evasivas, de enviarme personas que no tenían la más mínima remota idea de los acuerdos a que habíamos llegado”, acotó.
“Lo único que yo quiero es justicia, yo le pedía el dinero que me debían. Yo espero que la justicia de los hombres haga lo suyo, pero también hay una justicia divina en el cielo y yo espero que ellos sepan que esto no se quede así”, aseveró.
Chacón se refiere a que, según ella, nunca se le pagó el último trabajo que realizó para la corporación, que tuvo que ver con gestiones para sacarles unos permisos a las gasolineras de Cotto.
Expresó su agradecimiento a sus abogados Héctor Pedrosa Luna y Luis E. Minana, porque “la están sacando en victoria”.
Dijo que su intención no es radicar una demanda para “hacer de esto un show”.
“Mi intención es que se haga justicia. Me violaron el derecho, me faltaron el respeto, me humillaron, me vejaron. Yo creo en la justicia de Puerto Rico y ante todo en la justicia divina”, reiteró.
La demandante recordó en varias ocasiones que hubiese preferido que su demanda no recibiera publicidad, ya que ella no es una figura pública.
“Yo no soy una figura pública. Si fuera Juan del Pueblo el que me faltara el respeto... también lo haría”, acotó.
Al intentar abordar el tema íntimo de que, según su demanda, y durante el lapso de dos meses cedió a los requerimientos sexuales de Cotto, ésta detuvo de inmediato la pregunta.
“ No voy a hablar de eso”, dijo cortante.
Chacón dijo que es consciente de que el juicio por jurado será escabroso, que se le harán preguntas difíciles y la colocarán en una situación que requerirá mucha fortaleza de su parte. “Yo sé que esto está empezando... El despido es del año pasado”, sostuvo.
Insistió en que “la humillaron”, que lo hicieron delante de sus hijos, y que sólo trata de protegerlos.