La palabra “igualdad” ha sido eje de numerosos reclamos en diferentes escenarios. Sin embargo, la causa para que la mujer logre esa paridad -tanto profesional como salarial- es una lucha que continúa, aun cuando se tenga la impresión de que hay equidad en el área laboral con el sexo masculino.

No es así, aun cuando la mujer es el género que más preparado está académicamente y que, históricamente, es la población mayor en los recintos universitarios en Puerto Rico y a nivel mundial.

Según la Dra. Ilia C. Rosado Nieves, directora de la Escuela Graduada de psicología del Colegio de Estudios Graduados en Ciencias de la Conducta y Asuntos de la Comunidad de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico, en Ponce, un estudio que realizó en el 2016 reveló que entonces un 75% de las mujeres del país están preparadas académicamente. Sin embargo, la brecha por adquirir puestos de liderato es palpable en diferentes sectores laborales.

La sicóloga, que produjo la investigación “Mujer: cinco roles en la sociedad actual puertorriqueña”, examinó las principales representaciones de las boricuas más allá de los aspectos de desigualdad social, discrimen, opresión y luchas.

Rosado Nieves aseguró que, a pesar de que el por ciento de mujeres preparadas académicamente es alto, no se ve reflejado en las organizaciones. Incluso, indicó que con el fin de tener un sustento para la familia, las féminas optan por posiciones clericales y hasta por la emigración.

“El porciento es alto en el sentido de la preparación académica y cómo la mujer, de una manera u otra, trata de ostentar posiciones de liderato de acuerdo al desempeño que tenga en el área laboral. Esa preparación no necesariamente se está viendo reflejada; ese por ciento alto de preparación académica no se está viendo reflejado en las organizaciones. Eso se debe a que mayormente la mujer está ocupando puestos clericales, administrativos y muchos de ellos, tal vez por la necesidad de tener un sustento para su familia y demás… también están tomando la opción de emigrar a Estados Unidos y entonces ejercer allá en profesiones que no son las que estudiaron o se prepararon académicamente”, sostuvo.

“En cuanto a la brecha, vemos que por la necesidad de trabajar para ganar el sustento de su familia, optan por trabajar en cosas que realmente no tienen que ver con su preparación académica y eso, claro, apoya un poco lo que es la brecha en términos de masculino y femenino, en términos de la mujer dentro de las organizaciones”, manifestó.

Rosado Nieves estableció también que, aunque se pensaría que en estos tiempos ya se ha superado el machismo y no sería una razón para la consideración de una mujer a una posición de alto rango, la realidad es que sigue siendo un obstáculo para la meta de muchas féminas.

“Ciertamente, todavía permea lo que es el machismo dentro de lo que es la academia, dentro de la sociedad, dentro de las organizaciones en términos del trabajo. En ocasiones pensamos que no, que no existe o que la lucha por los derechos de la mujer de alguna manera ha trascendido, y sí ha trascendido, porque sí ha habido un avance, pero todavía vemos el machismo en las organizaciones, sobre todo en la academia y algunos sistemas universitarios que prefieren que los puestos de liderato sean ocupados por hombres y no por mujeres”, dijo.

“Es una lucha, continuamos en lucha, esto no ha acabado. Se está dando (el machismo)… es un asunto que tal vez pensamos que ya no existe, pero ciertamente sí se está dando hoy día”, añadió.

La doctora coincide en que todavía queda mucho por hacer, por lo que espera que en una o dos décadas se pueda erradicar la desigualdad salarial y profesional con las demostraciones de ejecutorias y el apoyo de grupos.

“Se había iniciado algún tipo de gestión con relación de cómo podemos aminorar esa desigualdad salarial y esa brecha. Aproximadamente, de 10 a 20 años tendríamos en cuanto a tiempo, en el sentido de poder seguir con la lucha de aminorar esa brecha y de que podamos seguir demostrando con nuestras ejecutorias, como grupo, en términos de apoyo y empoderamiento, cómo entonces la mujer puede de alguna manera demostrar que está preparada académicamente y que puede ejercer puestos más allá de los clericales que, usualmente, todavía predominan”, sostuvo.