MIENTRAS MELISSA Hernández y su esposo Edgardo Rivera esperaban por los permisos para lanzar al mercado su sangría artesanal, se toparon con algo inesperado.

La bebida con la que abarcaron al público se popularizó tanto que el producto se convirtió en la primera sangría sin alcohol en el País. 

“Esto surge a petición de amistades que degustaban el producto e insistían que había que comercializarla. Nos percatamos de la necesidad de una sangría cuyo contenido de alcohol tuviera un balance perfecto con la mezcla, ya que la queja de muchas personas es que las sangrías que compran son bien fuertes y solo pueden tomar una copa”, narró Hernández,estudiante doctoral en Gerencia y Liderazgo Educativo de la Pontificia Universidad Católica de Ponce. 

La bebida es confeccionada con vino cabernet y chardonnay sin alcohol, disponibles en variedad de tinta y blanca con frutas naturales. 

“El proceso artesanal se destaca porque se realiza con pulpa natural de frutas como guanábana, guayaba, parcha, tamarindo y próximamente se añade el sabor de toronja rosada. Al no contener sulfito hace que la sangría mantenga más natural”, señaló la también consultora educativa.