Desde principios del 2018, doña Carmen Avilés (nombre ficticio) dice estar “desesperada” con la infinidad de cartas que la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés) comenzó a enviarle con el propósito de cobrarle la ayuda que le otorgó a causa de los daños que dejó el huracán María en su residencia.

Para Avilés, de 67 años, esta acción de cobro de la agencia es injusta, pues entiende que solicitó la ayuda por los daños sufridos y el dinero otorgado lo invirtió en arreglar su casita que queda ubicada en el municipio de Aguada.

“Mi casa se mojaba todo el techo. Bajaba el agua por las lámparas. La cama estaba toda mojada, los muebles, la lavadora, el microondas… Aquí todo se dañó”, recordó Avilés.

Al momento de solicitar los beneficios, doña Carmen asegura que se movilizó a varios municipios para buscar las ayudas y someter la documentación requerida, hasta que por fin recibió los fondos.

“Me dieron $3 mil. Primero me dieron $1,500 y luego me dieron $1,500 más y después eso es lo que me están cobrando, ni que porque yo no soy elegible”, explicó Avilés.

Según las múltiples cartas que ha recibido, FEMA le comunica que ella es inelegible por duplicación de beneficios.

“Ellos me dicen que hice solicitud dos veces. Yo iba a cada rato a diferentes sitios. Donde había gente para esas ayudas, ahí estaba yo. No fueron dos veces, fueron un montón de veces porque yo iba a todos lados con la misma queja: ‘Mira que no han ido a mi casa, me pasó esto…’”, indicó desesperada la sexagenaria, quien asegura lleva tiempo tratando de buscar solución a su problema.

“Yo he estado reclamando eso y van años ya. He ido a abogados porque no sé qué hacer. Me han hecho cartas y las he enviado para ese lugar que dicen en los sobres. He ido a la alcaldía a que me hagan cartas y las envío. ¡Me tienen loca!... yo no sé qué hacer”, comentó Avilés.

La mujer dice que no cuenta con los recursos para pagar el dinero que FEMA le está cobrando.

“Yo soy solita aquí, soy enferma de los nervios. Vendo mis matitas, vendo guineítos y trabajo de ama de llaves cuando me quieren dar algo, pero lo que tengo es para comprar medicinas, pagar ‘billes’ y comer. Yo no tengo quien me dé nada. ¿De dónde yo voy a pagar? Ni un chavo puedo yo pagarles. Yo no robo ni soy tramposa. Si me tienen que llevar presa… que me lleven”, exclamó Avilés.

No obstante, los reclamos y explicaciones de doña Carmen no han logrado ningún avance con la agencia federal. “Ellos (FEMA) lo que me contestan para atrás es que sí, ¡que voy a pagar, que voy a pagar! Inclusive hay cartas que son de tribunales que llegan… yo las boto. Tanta carta que mandan siempre de lo mismo”, relató sollozando.

“Casi ni duermo”

En el caso de Mariela Cruz (nombre ficticio), quien es residente del pueblo de Juana Díaz, la situación con FEMA comenzó recientemente, cuando recibió una comunicación luego de tres años de haber solicitado las ayudas por los daños que sufrió su casa tras el paso del huracán María.

“Ellos me enviaron una carta el 26 noviembre de este año, indicando que yo no soy elegible para la asistencia por desastre de FEMA. Ellos me dicen que tengo 30 días para devolver la cantidad de dinero que me habían otorgado que viene siendo $11,501.56”, explicó la mujer de 50 años.

En el caso de Cruz, resulta inelegible pues solicitó la ayuda para su residencia en una segunda planta y las escrituras de la vivienda están a nombre de su padre.

Es por esto que la mujer cuestionó la labor de la agencia al momento de enviar a sus inspectores y la falta de orientación en cuanto a la documentación, lo que asegura le hubiese evitado a ella toda esta situación.

“En ningún momento ellos mencionaron que las escrituras tenían que estar a mi nombre. Lo único que me pidieron fue un afidávit que yo presenté en ese momento de que mi papá me había cedido la segunda planta de la casa, que eso fue hace como 30 años. Yo toda mi vida he vivido aquí”, destacó.

“Si ellos me hubiesen dicho que la solicitud tenía que estar a nombre de quien aparecía en las escrituras, entonces la ayuda yo la hubiese solicitado a nombre de mi papá, que con eso yo no iba a tener problema. Pero entonces ahora vienen con esto, cuando ya yo tengo mi casa hecha”, explicó la mujer, quien está apelando la determinación de FEMA mediante abogados.

Actualmente, Cruz es el único sustento de su hogar, ya que su esposo está desempleado por problemas de salud, por lo que dice no contar con el dinero para devolver las ayudas que ya invirtió en su casa y afirma que la situación la tiene sumamente preocupada.

“Sé que es algo bien delicado, tengo miedo que vaya a tener problemas, que me embarguen cosas. Casi ni duermo pensando en esta situación, ya no encuentro ni qué hacer. Es algo bien fuerte. Por lo menos yo no tengo ni la mínima moneda ahora mismo para enviarle esos chavos a esa gente. Tendrán que desbaratarme la casa y llevársela porque no puedo hacer nada”, concluyó Cruz.