Protagonistas de la historia.

Don Pablo Ortega recuerda cuando rellenaron con tierra parte del caño Martín Peña. Mientras, Ana Rita Rivera narró cómo después del huracán San Ciprián, en 1932, el área sanjuanera quedó desierta. Y doña Conchita Cintrón rememoró cuando compró su casita de madera por $1,600, y poco a poco la fue arreglando hasta que ahora es de cemento.

Los residentes de los ocho sectores aledaños al caño Martín Peña en Hato Rey se convirtieron en los protagonistas del proyecto “Al rescate de la historia del Caño”, un vídeo que documenta la trayectoria de la comunidad, cómo se formó y sus luchas por sobrevivir en medio de lo que ahora es la Milla de Oro.

Wilfredo Villalobos relató que todo aquello era un manglar, “no había nada” cuando nació en el sector Parada 27, hace 70 años, cuando comenzaron a mudarse personas de otras partes de la Isla a la capital.

“Por aquí navegaban los tanquecitos del Ejército hacia Isla Verde y seguían hasta Ceiba. Estaba el Matadero, que ahora es el Tren Urbano. Aquí estuvo la primera licorería de Palo Viejo. El tren Martín Peña estaba donde está ahora el Banco Popular. La primera estación de radio estuvo aquí en Las Monjas”, relató el padre de tres hijos profesionales y abuelo de cuatro nietos.

“Me siento orgulloso de vivir en mi sitio. La casa mía fue hecha por mí mismo”, agregó don Wilfredo, quien trabajó 42 años en una compañía de comunicaciones.

Recordó que sacaban tierra de la Península de Cantera para rellenar el área y crear solares para la construcción de casas. Una vez se formó la Cooperativa de Crédito pro Hogar Seguro se vendían solares de no menos de 250 metros.

Doña Ana Rita destacó que hacían las casas de “paja, cartón, cinc, de lo que apareciera”. La líder comunitaria del sector San Ciprián destacó que muchos se quejan de las inundaciones ya tradicionales en el sector, “pero la culpa es de nosotros también porque cogimos sectores que eran del caño”. Aclaró que era por necesidad.

La vecina de 76 años relató que estuvo a punto de ahogarse en dos ocasiones tratando de cruzar el caño.

Don Wilfredo recordó cuando años atrás, la entonces alcaldesa de San Juan Felisa Rincón de Gautier, celebraba las Noches de San Juan en el puente del caño, de donde los vecinos se tiraban a recoger pesetas. Ahora se puede caminar sobre las aguas, dijo.

La directora ejecutiva de la Corporación del Proyecto Enlace, Lyvia Rodríguez, detalló que la documentación de las comunidades -donde viven 27,000 personas- fue gracias al esfuerzo de esa corporación junto con el Consorcio del Estuario de la Bahía de San Juan y la Universidad Interamericana.

“El proyecto surge para rescatar la historia sobre cómo se dio el proceso de formación de las ocho comunidades, algo poco registrado. Qué mejor protagonistas que los que lo vivieron nos digan cómo ocurrió”, señaló Rodríguez.

Dieciséis estudiantes del Programa Graduado de Historia entrevistaron a 16 residentes de las ocho comunidades aledañas al caño -Barrio Obrero, Barrio Obrero Marina, Buena Vista Santurce, Península de Cantera, Parada 27, Las Monjas, Buena Vista Hato Rey e Israel-Bitumul- como parte del curso de Historia Oral ofrecido por el profesor Pedro González, de la Universidad Interamericana, Recinto Metropolitano.

González detalló que el tema del estudio era poblamiento de las comunidades y adelantó que publicarán un cuaderno de los resultados. En agosto, otros 16 alumnos se encargarán de trabajar con el tema de religión, economía y sociedad. La tercera etapa trabajará con la familia, después cooperativismo y finalmente estudiarán las organizaciones de base comunitaria del área del caño Martín Peña.

Mientras, Rodríguez explicó que una vez se tengan los cinco cuadernos, éstos se estudiarán en las escuelas de la comunidad.