Utuado. El inminente paso del huracán María por la Isla evitó que hoy recibiera su quimioterapia. Sin embargo, para Nilsa Torres Molina eso fue una bendición.

La enfermera lleva 27 años laborando en la Oficina municipal de Manejo de Emergencias (OME), y desde mayo pasado lucha contra un cáncer.

Entró a trabajar a las 9:00 de la mañana y sabe que es muy poco lo que dormirá mientras pase la emergencia.

“Dejé a mi familia, mi hija, mi nieto… Mi pueblo yo se que me necesita y aquí estoy para ayudar a todos y darle una buena calidad de servicio”, dijo.

La vecina de Arecibo confiesa que el día de hoy fue un “poquito fuerte, pero todo se pudo, gracias a Dios. Hice nueve traslados de pacientes encamados para llevarlos a casa de familiares o a refugios”, comentó.

Hoy era un buen día para quedarse en su casa.

“Sí, pero yo soy de las que no puedo estar quieta… Estoy aquí dando servicio”, indicó al agregar que “Dios tiene grandes propósitos para mí”.

Confesó que sintió emoción cuando ayudó hoy al traslado de los ciudadanos en camilla.

“Me siento contenta, safisfecha y feliz porque estoy dando lo que verdaderamente deseo”, agregó.

Torres Molina,  tras demostrar que no puede estar quieta al adelantar que pronto hará un asopa’o  para los trabajadores y voluntarios que están en la OME, aceptó que las quimioterapias son “algo fuerte. La persona se pone un poco débil pero tengo fe en Dios que voy a superar esto, que voy a lograr esta batalla porque se que soy una buena guerrera”, sentenció.

Ya le dieron cuatro tratamientos; el 26 de septiembre la evaluará su oncóloga para luego continuar con 12 quimios adicionales por un periodo de tres meses.

Adelante Nilsa, con tu fuerza de espíritu.