La confidencialidad en la industria de moteles es tan importante que, según el representante de 39 de ellos, ni a los empleados les permiten estar en contacto con los clientes.

Gilberto Moreno, presidente de la Asociación de Moteles de Puerto Rico (Amoprico), condenó la colocación de artefactos en habitaciones de moteles y negó que ésa sea una costumbre en la industria.

“Nosotros condenamos dos cosas: la colocación de artefactos y la actitud de algunas personas de estar tratando de buscar dinero mediante extorsión”, aseguró Moreno, quien dijo que próximamente tendrán una reunión para diseñar una estrategia y combatir el efecto negativo que pueda tener la divulgación de la demanda de un cliente al que presuntamente grabaron en el hotel La Fuente.

Para el empresario, levanta sospechas que el demandante, Miguel Díaz Mulero, haya tratado de llegar a un acuerdo antes de llevar el caso.

“La Policía nos había advertido de que había una supuesta banda, ajena a la industria, que podían estar filmando para dedicarse a extorsionar”, afirmó.

El presidente de Amoprico aseguró también que en los moteles, como parte de la limpieza, utilizan un equipo de rastreo para detectar la presencia de algún artefacto.

“Si alguien los coloca es después de estar ahí porque cuando se limpia se buscan”, reiteró.

Aunque Moreno mencionó que quieren continuar con el enfoque de que a los moteles no los asocien con el clandestinaje, insistió en que la confidencialidad es la espina dorsal de la industria.

“La materia prima de la industria de moteles es la confidencialidad y la privacidad de los clientes. ¿Cómo un motel u hotel va a incurrir en esa práctica? Eso en ninguna cabeza cabe”, reflexionó.

Por ahora no ha habido merma en la clientela después que se conoció de la demanda y Moreno confía en que no la habrá.

“Una de las peleas y trabajos que hemos estado dando es sacar esa imagen de oculto. De hecho, ya hay algunos incorporados a la industria de turismo”, aseguró el presidente de Amoprico.