La inusual visita de superhéroes alborotó el lunes a los pequeñines que pasan estadías, algunas largas, en los fríos cuartos del Hospital San Jorge, en Santurce, logrando estos cumplir con el propósito de darles ánimo y desconectarlos, aunque fuera por corto tiempo, de las condiciones de salud que enfrentan.

Dentro y fuera de la instalación hospitalaria, los pacientes y los estudiantes de una escuela elemental cercana al hospital esperaban que Batman, Capitán América, Ironman y Spiderman descendieran del techo, agarrados de una soga, hasta llegar a las ventanas de cristal de los cuartos, desde donde tendrían el esperado encuentro con los niños y las niñas.

(xavier.araujo@gfrmedia.com)

Algunos tenían en sus manos un iPad o teléfono para inmortalizar el momento con una fotografía. “Mamá: ‘Dile que mire’”, le dijo Byron de Jesús Ríos a su mamá, Yesenia Ríos, cuando Spiderman (empleado de una compañía de limpieza de ventana) se asomó por la ventana de su cuarto, donde se recupera de asma desde el pasado viernes.

También se esperaba que los famosos superhéroes llegaran hasta los cuartos de los pacientes, uniéndose así al personal de salud y voluntarios que aprovecharon la celebración del Día de Halloween para animar y entretener a los pacientes mientras se disfrazaban de sus personajes favoritos.

De otro lado, hay pacientes que contrario a Byron llevan semanas o meses en el hospital, como Deializ Concepción Pike, una adolescente de 17 años que confiesa que lo más difícil es “estar encerrada porque normalmente estoy en movimiento, no me puedo quedar quieta. He tenido que aprender a estar quieta, y hay veces que desespera”.

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A la chica, quien vestía un gorro del personaje infantil Stich, le diagnosticaron leucemia mieloide en junio pasado y es candidata a trasplante de médula ósea en St. Jude Hospital en Houston, Texas. Desde entonces, ha estado entrando y saliendo del hospital, donde puede pasar estadías largas de un mes. “El ánimo es muy importante en este proceso por las condiciones de salud, y eso (la gente disfrazada) ayuda a despejarse la mente”, destacó.

A su juicio, su periodo en el hospital es una pausa que tuvo que tomar en su vida, cuando estaba a punto de iniciar estudios universitarios. “Siento que hay un propósito de Dios”, indicó.

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En el caso de su madre, Samantha Pike “esto es una prueba de fe. Esto es un caminar de presionarte a ver hasta dónde tú puedes llegar, hasta dónde uno puede aguantar. No es lo que un quiere para un hijo. Siempre hay que todos los días levantarse, buscar la manera de no caerse, sostenerse de Dios lo más que uno puede y saber que todo es momentáneo”.