San Germán-Villalba. El precio de los productos agrícolas locales que se venden en los Mercados Familiares del Departamento de la Familia es un dilema constante entre muchos participantes que, en su mayoría, van a comprar con la tarjeta del Programa de Asistencia Nutricional (PAN).

No obstante, los agricultores -certificados por el Departamento de Agricultura- que operan en estos eventos realizados dos veces al mes en distintas partes de la Isla, señalan que el precio de cada producto es fijado por el gobierno, a través de un listado que debe estar visible en sus respectivos puestos.

Mientras, los beneficiarios cuentan con, al menos, el 4% de los fondos que reciben mensualmente y que no se puede utilizar para adquirir mercancía similar en otros puntos de venta, como colmados o supermercados.

Una de las realidades que enfrentan los trabajadores de la tierra, es que para satisfacer la demanda de los mercados tienen que comprar productos a otros agricultores, con el propósito de presentar un quiosco que atraiga al consumidor.

Xavier López, propietario de la Finca Gerchu de Barranquitas, manifestó que “a veces, tenemos que dar mercancía al precio que ellos (gobierno) digan y, nosotros la compramos más cara”.

“Estamos perdiendo por obligación. Productos como la yautía, si no la traes, el mercado no se mueve. La compramos a $2 la libra en Barranquitas y Orocovis. Ahora mismo, la pusieron a $2 porque hicimos el llamado, porque estaba a $1.25 o $1.50 y estábamos perdiendo 50 centavos por libra. Pero lo hacemos para atraer gente y vender”, lamentó desde el mercado en Villalba.

Los trabajadores de la tierra resaltan la importancia de adquirir el producto de aquí.
Los trabajadores de la tierra resaltan la importancia de adquirir el producto de aquí. (Sandra Torres Guzmán)

“El ají está a $3 al por mayor, hasta $4. Aquí lo tienen a $3 y, eso tiene mucha salida. Ahí no pierdo, porque lo traigo de mi finca, porque después de Fiona todo subió. La calabaza era una cosa que nunca subía de 25 a 30 chavos la libra y, después de Fiona llegó a estar a 70 (centavos). Es un producto que se cosecha a los tres meses y hay bastante rápido. Ahora fluctúa en 30 centavos”, continuó.

Mientras que, el agrónomo Wilson Quintana, propietario de la Finca Quintana Jorge en Utuado, Quintana contestó el por qué los productos locales son más costosos que los importados.

“Para venir a este mercado (en San Germán), tuve que contratar a 18 empleados, pagando el (salario) mínimo federal. Igual que el costo de los abonos y herbicidas, tenemos un control por Estados Unidos. Hay otros países que no tienen control sobre eso. El factor que predomina en esto es que todo sube y nosotros no somos la diferencia de lo que está sucediendo. Por eso es que cada vez el producto local es más caro”, argumentó.

“Es más caro porque es fresco. Es la diferencia de lo que hay en los supermercados que llevan meses de viaje. Si no hicieran los mercados, no podemos mover la mercancía porque no es lo mismo ir a un supermercado con 10 sacos de parcha y me pueden decir, dame solo uno, o no los quiero. No es la misma ventaja que ofrecerlo y venderlo aquí”, acotó.

Por su parte, Alexis Ramos, de la Finca Los Ángeles en San Sebastián, coincidió que “no es lo mismo comprar un producto que lleva dos meses en un vagón, que un producto fresco, que se sacó de un día pa’ otro. Ni los químicos que se usan en esos otros países”.

“Lamentablemente, el consumidor se deja llevar muchas veces por un comentario y no verifica los precios de lista y la calidad del producto. A veces, quieren que nosotros compitamos contra los productos extranjeros cuando estamos, por ejemplo, en Santo Domingo; que un empleado cobra entre $2 a $5 diarios. Aquí mis empleados están a sobre $9 la hora”, manifestó el agricultor de 40 años.

Agridulce la experiencia para algunos consumidores

“¿Los precios? Eso está caro. Yo pagué por todo setenta y pico de pesos en estas tres bolsitas. Si fuera al supermercado, creo que me podría llevar el doble de estos productos”, confesó el sangermeño Freddie Rivera.

El septuagenario mostró su compra de “verduras, pa’ hacer sofrito. Encontré lo que buscaba y, también compré ñame, yuca, yautía. Son frescos”.

Evelyn Jusino, de 65 años, coincidió con su compueblano en que “los precios están un poquito altos”.

“Yo compré café, queso, guineos maduros, papaya y pimientos. Es como la tercera vez que vengo”, apuntó sin revelar el monto que pagó por su compra.

Ante la situación, el secretario de Agricultura, Ramón González Beiró, aclaró que “los precios están establecidos por unas guías y, tenemos inspectores todo el tiempo en los mercados y, aun así, es difícil”.

“Siempre puede hacer alguien inescrupuloso que le cobre de más a un consumidor. Siempre recibimos quejas de consumidores a través de las redes sociales, a través de cartas, a través de llamadas, de que, en algún momento, algún agricultor le ha cobrado de más o le ha dado mercancía de menos. Lo atendemos de inmediato, lo suspendemos, tenemos un reglamento muy estricto”, resaltó.

“Como a finales de noviembre, yo recibí por Messenger de Facebook, un caso, me parece que fue en Moca o Aguadilla, en esa zona, de alguien que le cobraron de más y por encima de los precios establecidos. Le enviamos un agrónomo de inmediato, lo agarraron ‘in fraganti’, cometiendo el acto con otro consumidor y lo suspendimos de los mercados. Le cerramos el puesto automáticamente”, concluyó.